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Las interrogantes que genera la proyección de crecimiento 2021 que plantea Ovidio Reyes

Economistas explican la proyección del presidente del Banco Central de Nicaragua, Ovidio Reyes, de que la economía crecerá entre 2.5 y 3.5 por ciento este año no es sostenible. Cuestionan que Reyes diga que los nicaragüenses ahorraron en el 2020 y ahora ese dinero va a entrar a la economía.

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El Banco Central de Nicaragua (BCN) proyectó para este año un crecimiento 2.5 y 3.5 por ciento, donde solo identificó como principales riesgos choques externos vinculados a la pandemia y al alza del crudo y sus derivados. En su escenario, a criterio de economistas, no toma en cuenta una de las amenazas más peligrosas, el escenario electoral,  y que por tanto ponen en tela de duda la estimación oficialista.

Ovidio Reyes, presidente del BCN, solo se ha limitado a explicar que la tasa de crecimiento está sustentada en que las economías mundiales se recuperen tras el proceso de masificación de la vacuna contra el Covid-19, lo que ocasionará un aumento en la demanda de bienes y servicios lo que favorecerá a Nicaragua. Además sustenta las metas en la recuperación que la economía nicaragüense exhibió en la segunda mitad del 2020, la que se mantendría este año impulsada por mayores proyectos de inversión por parte del sector público.

En una entrevista en un medio de propaganda del régimen de Daniel Ortega, Reyes asegura que la mejoría económica favorecerá el mercado del trabajo y “además a nivel interno no ha habido quiebre en las estructuras productivas, porque aquí no hubo  confinamiento entonces eso no cerró las  cadenas de producción y comercio”. De ahí las metas.

El  economista José Vélez Morgan cuestiona que el BCN hasta ahora no ha explicado con detalle sobre qué actividades económicas espera que sustenten ese escenario económico positivo, que lo llevaron a determinar que el Producto Interno Bruto se expandirá  entre 2.5 o 3.5 por ciento.

“Si  va a tener un  crecimiento  económico un  país, vos  tenés que  decir  cuáles rubros van a crecer,  mencionar si es que habrá mayor impulso en  la construcción, si vamos a tener una subida en  turismo, o  si vamos a exportar  más carne,  en  realidad no hay argumento  económico   para sustentar sus esperanzas, porque estas son  más esperanzas religiosas, que perspectivas económicas”, dijo.

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Además Reyes dijo que  las personas ahorraron en  2020  y que el  2021  es un  momento  para  empezar a disponer de ese capital  y así evidenciar crecimiento  económico. “En 2020 se produjo un fenómeno que no se había presentado en la economía, y es que la gente ahorró y cuando nosotros vimos la pandemia pensamos que los depósitos (bancarios) iban a quedar congelados, y no, más bien aumentaron y crecieron por mucho. Eso no ocurrió en la crisis precedente, en la precedente más bien había una demanda por liquidez y demanda por depósitos”, dijo el funcionario.

Al respecto,  Vélez expresa que es casi imposible que en  Nicaragua las personas hayan  ahorrado, tomando  en  cuenta los niveles de desempleo y  las bajas de las ventas en tres años de recesión. “En  todas  las  clases sociales lo que ha habido es una descapitalización y  hasta los ganaderos han  tenido  que vender  los vientres  que disponían  porque no tienen  manera de financiarse, así que nadie ha mantenido  ahorros intactos”,  dijo.

Para el economista este 2021  no puede  ser  visto como el  fin de la recesión de tres años que  arrastra la economía. “No hay  ningún sector en expansión en  Nicaragua,  y  la mitad de los fondos que entregó  el  Fondo Monetario  Internacional (FMI) para reconstrucciones poscovid no  los administra el Gobierno, por lo tanto,  no se verá construcciones o desarrollo de  infraestructuras “, advirtió.

El mayor riesgo económico

Para Vélez  el  principal  riesgo  para que la economía  siga en decrecimiento es  que  al  final del proceso  electoral  no se tenga un  gobierno reconocido internacionalmente. “Eso es lo  peor que nos puede pasar porque nadie invertirá en un  país donde  el Gobierno que resulte electo no sea reconocido  a nivel internacional,  porque de eso depende el  riesgo país y  la tranquilidad de los inversionistas extranjeros”, profirió.

En  tanto,  el economista y expresidente del Banco Central, Mario Arana, expresa que  las proyecciones están sustentadas en expectativas. A su criterio nadie puede estar seguro de nada en un entorno de incertidumbre nacional e internacionalmente.

Al igual que Reyes, este economista señala que  se espera una reactivación de la economía mundial y eso es un  factor positivo para Nicaragua, pero afirma que no se puede estar exento de lo  que pueda  generar  la  pandemia en el  mundo, debido a nuevas cepas de Covid-19.

“Los precios de nuestras exportaciones tienden a lo positivo, pero lo cierto es que también se están incrementando los costos de agroquímicos de forma extraordinaria por problemas de logística internacional, resultado de la pandemia y eso contrarrestará la dirección del resultado”, precisó.

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Otro factor que Arana observa es que aunque hay recursos externos en las arcas del Banco Central, el Estado estaría exhibiendo una baja capacidad para ejecutarlos.  “Por otro lado, está la capacidad de ejecución del sector público de inversión y la inversión privada. El gobierno está ejecutando lento esos fondos porque no depende solo de ellos. Los recursos están bien condicionados, y la inversión privada es la gran incógnita,  lo mismo que el consumo”, declaró.

El consumo va a mejorar y ayudarán las remesas que están creciendo, observó.  “Lo cierto es que acá se puede cumplir la proyección del FMI y la de Funides que hablan de un crecimiento de uno por ciento. Aunque también se puede cumplir la del gobierno. Lo mejor que los negocios pueden hacer es dar un seguimiento sistemático de la economía para ver cómo se va comportando. Ahorita a priori es una apuesta, no necesariamente una realidad de la que podamos estar seguro”, previno.

Son “cifras alegres”

El economista Róger Arteaga ve los números que proporciona el  Banco  Central  como  “cifras alegres”.  “Se les conoce con  ese nombre porque el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial,   el Banco Interamericano de Desarrollo  (BID) y  la Fundación Nicaragüense para el desarrollo Económico  y  Social (Funides) ofrecen  proyecciones independientes,  sin  sesgo,  son  cifras distintas a las que expone el Gobierno,  recuerde que desde hace meses se viene hablando  que podría ser  de 1 a 1.5 por ciento  el  crecimiento  en 2021,  pero  con  las medidas que  está haciendo  el Gobierno lo  que se hace es atentar  contra el crecimiento”, expresó.

Arteaga está convencido que  se atenta contra el  crecimiento mediante las constantes alzas en el precio de los combustibles, que acumula 19 semanas seguidas de incrementos.  “El  combustible es una variable transversal que toca a todos los sectores de la economía,  no  hay sector en  la economía que no  dependa o  tenga  que ver con  este. Muchas empresas deberán  ajustar sus estructuras de costo y eso significará menos producción  y  menos demanda cuando los precios de estos rubros incrementen su precio  a causa del mayor  costo en  el transporte”, explicó.

De hecho el mismo Ovidio Reyes durante la presentación del informe sobre el estado de la economía, admitió que el encarecimiento de los combustibles constituían una amenaza para la recuperación de la economía.

Teme intenciones detrás de lentitud

“Las cifras del BCN  son  muy  optimistas y quizá lo que el Gobierno  está pensando  es que los préstamos que le aprobaron , y  están  en manos de este ente financiero  (BCN) podrían  ser ejecutados para fines que  dinamicen la economía”,  planteó.

Arteaga  dijo que a medida que se acerquen  las elecciones,  el  Gobierno tratará de ser el  rescatador del pueblo y  la economía para  atraer  votos, por lo tanto  puede ser que a partir de junio se vea mayor  desembolso de los fondos obtenidos de los entes multilaterales. Observa que por el momento  hay lentitud en  el gobierno para ejecutar los proyectos con préstamos de instituciones que ya han desembolsado.  Esos desembolsos se están acumulando en las reservas del Banco Central por falta de rapidez en la ejecución, mencionó.

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Este economista  manifestó  que los  fondos que ha recibido  Nicaragua por causa de la pandemia y  los huracanes Eta e Iota  podrían atraer mayor inversión en  medicinas y reconstrucción de viviendas y seguro  impulsará  el crecimiento  del país, pero ese crecimiento estaría basado  en  una  devastación   previa por lo tanto no se puede  hablar de un  verdadero avance en  la economía y  un  punto  final a la recesión de  tres años consecutivos.

“No se termina la recesión, sino que se puede dar un  impulso  económico. La única manera de salir de la recesión es con un  plan integral de reactivación  económica  utilizando aquellos sectores que son  estratégicos  y que tienen  más impacto en  el crecimiento  económico,  como  son  la construcción,  la agricultura y la minería”,  propuso.

Otra proyección

La proyección  del economista Welbin Romero está  muy  distante de la del BCN. “Podríamos estar entre uno positivo o  uno negativo, porque  no  hay  ninguna medida, ni  ninguna tendencia que  nos indique que vamos a entrar en  recuperación”,  señaló.

Y  agregó que  el  supuesto  del BCN  se basa en que al  normalizarse la pandemia la  gente comenzará a  comprar, pero  la verdad es que desde septiembre  la gente  comenzó a ver  con  normalidad la  Covid-19 y  normalizaron  sus compras  hasta la medida de lo posible.

El presidente del Banco Central de Nicaragua estimó este jueves que esperan este año la generación de 50 mil puestos de trabajo, un planteamiento que Romero pone en duda tomando en cuenta que dependerá de la capacidad que tenga el sector público para crearlos, porque en el sector privado la situación es más difícil.

Hacen falta políticas orientadas a  dinamizar la demanda,  dijo  Romero.  Observa que  el aumento  del  salario  mínimo  en 1 y  3 por ciento para los  nueve sectores económicos del  país  no elevará el poder  adquisitivo porque lo único que se hizo  fue equiparar con  la inflación. La pérdida de capacidad de compra según  los salarios supera el 5 por ciento, de acuerdo con  las estimaciones de este economista.

“En mis cálculos el  Gobierno  tiene disponible 600 millones de  dólares, muchos de estos no  se ejecutarán  este año. Pero  si se evalúa   que  la inversión  extranjera directa  no sobrepasó los 500 millones de  dólares en 2020,  no  se puede  decir que  estos montos que podría ejecutar el Gobierno  sacarán  de la recesión  económica al país este 2021”, señaló.

En síntesis, Romero  ve un  alivio solamente si  hay  un  gasto  orientado a  productos  nacionales. Si la cooperación  que ha recibido  Nicaragua se  usa para comprar  comida que  se produce en  este país y  las divisas quedan  en manos de los  nacionales,  entonces eso será alentador,  manifestó.

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