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Alza en precios de gasolinas fue más fuerte en Nicaragua que en Guatemala y Honduras, pese a similitud en revisión de precios

César Arévalo, especialista en el mercado de hidrocarburos explicó que sí se toma de referencia el consumo del año pasado, fácilmente las empresas se habrán embolsado entre enero y marzo unos 8.5 millones de dólares en ganancia por sobreprecio.

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Aunque Guatemala y Honduras revisan cada semana sus precios y toman como referencia las variaciones internacionales, al igual que Nicaragua, esta semana las gasolinas se encarecieron más a nivel local que en esos países, lo que refleja la grave distorsión que sufre el mercado de hidrocarburos nicaragüense, colocando los precios —sin incluir impuestos— como los más caros de Centroamérica.

Tal es la distorsión, que una revisión realizada por LA PRENSA revela que pese a que el precio del petróleo actual es similar al que hubo en el 2019, los precios de ahora de los combustibles a los consumidores finales en Nicaragua están por encima de los registrados en ese año, sin que las autoridades de gobierno rindan una explicación de por qué esta disparidad y la falta de fiscalización de las empresas petroleras.

Actualmente las gasolinas acumulan 18 semanas seguidas de incremento, lo que las ha situado en promedio esta semana a  37.78 córdobas la súper por litro y  la regular a 36.70. El diesel, con un alza casi similar, se vende a 31.21 córdobas por litro. Estos precios en el interior del país son mayores, porque se les incorporan otros costos, incluido el de distribución.

La última alza que sucedió esta semana en Nicaragua superó significativamente las que se aplicaron en Guatemala y Honduras, donde los precios se mueven semanalmente, mientras el resto lo hace cada 15 días.

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Por ejemplo, mientras en Nicaragua la súper subió 0.035 dólar por litro,  en Guatemala el aumento fue de 0.023 dólar y en Honduras de 0.020 dólar. Es decir, que a los nicaragüenses se les aplicó un alza adicional por 0.012 dólar más que a los guatemaltecos y si se compara con los hondureños la brecha es de 0.015 dólar, según constató LA PRENSA en el sondeo regional.

Es decir que llenar el tanque de combustibles en este país es mucho más caro que en Guatemala, donde los precios no son regulados —al igual que aquí—, y que Honduras, que sí tiene una regulación establecida por ley, pero que aún así sus precios son más asequibles que los locales.

Pero además el precio de los combustibles está mucho más caro que en abril del 2019, cuando el barril de petróleo se cotizaba a 63.91 y, en consecuencia, el precio de los carburantes subió, de manera que la gasolina súper llegó a 35.63 córdobas el litro (1.05 dólares a cambio oficial de esa fecha), mientras que actualmente está en 37.78 córdobas (1.08 dólares), es decir que es 2.8 por ciento más cara.

En el caso de la gasolina regular, en el 2019 su pico llegó a cotizarse en 34.53 córdobas (1.02 dólares al cambio oficial de esa fecha), mientras que esta semana llegó a 36.70 córdobas (1.04 dólares). Y en el caso del diesel, en abril del 2019 andaba en 29.90 córdobas (0.88 dólar) y el reciente fin de semana llegó a 31.21 córdobas (0.89 dólar).

¿Por qué ha incrementado el petróleo?

Lo que sí es cierto, es que el aumento de los combustibles en la región y Nicaragua se debe a la recuperación del petróleo a nivel internacional. La OPEP, organización de los principales países extractores de petróleo en el mundo, considera que la subida de precios y de la demanda se deben a las perspectivas de una mejora de la economía global este año en medio de la vacunación masiva de la población, sobre todo en los países industrializados.

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En los últimos tres meses el barril de petróleo West Texas International (WTI), de referencia para Nicaragua, se ha encarecido un 32 por ciento, de tal manera que el barril se acerca cada vez más a los 70 dólares; hasta ayer martes se cotizaba en 65.31 dólares.

La recuperación del petróleo es significativa en esta nueva fase de la pandemia, ya que la materia prima fue una de las más castigadas por las restricciones de movilidad a nivel mundial.

Distorsiones en el mercado nicaragüense

Además de los factores exógenos, los precios de los combustibles en Nicaragua sufren de distorsiones, que han provocado que estos sin impuestos sean los más caros de Centroamérica, lo que supone un golpe para los nicaragüenses, cuya economía es la más empobrecida del istmo.

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Si se les incorpora los impuestos, los precios de los combustibles en Nicaragua son los segundos más caros de la región, solo superados por los de Costa Rica, según detalla un informe del Comité de Cooperación de Hidrocarburos de América Central (CCHAC).

César Arévalo, especialista en el mercado de hidrocarburos, señala que el problema de Nicaragua es que las petroleras para mantener sus ganancias en medio de la caída de la demanda han aumentado el sobreprecio, es por eso que el aumento es mayor a la variación internacional.

“La verdadera explicación es que aquí tenemos empresas que se coludieron, se protegieron y en medio de la crisis socioeconómica tuvieron un margen de 7 millones de dólares de ganancias y luego comenzó a bajar.  ¿Qué hacés vos si tenés un vehículo para ir al trabajo? ¿Dejás de conducir?  No, al final terminás pagando el costo, es lamentable la situación porque las petroleras tienen niveles de ganancias casi del doble de lo que era  en el 2009”, dijo Arévalo.

Explicó que si se toma de referencia el consumo del año pasado, fácilmente las empresas se habrán embolsado entre enero y marzo de este año unos 8.5 millones de dólares en ganancia por sobreprecio.

El economista Maykell Marenco manifestó que si bien es cierto el alza de los combustibles es de contexto internacional, en Nicaragua el problema es que los precios no son regulados.

“El tema del aumento del combustible, si bien es cierto no es solo  en Nicaragua y obedece a distintas situaciones internacionales, la reactivación de la economía mundial, el recorte de producción llevado a cabo  por la OPEP, la temporada de frío en Texas, sumado a que otros países están levantando la movilidad debido a la llegada de la vacuna, entonces la demanda está repuntando y la oferta se ha visto limitada, eso ha provocado que los combustibles incrementen”, expresó Marenco.

“En el caso de Nicaragua, es preocupante la situación porque los precios no son regulados, son establecidos por las empresas que importan, tengo entendido que estas fijan el precio después de hacer una cotización semanal y, por supuesto, el precio varía dependiendo del departamento por el tema del transporte. Yo creo que para que la situación cambie, debería de haber un mejor nivel de regulación porque los precios de los combustibles tienen una incidencia terrible, porque se da un efecto encadenamiento y todo eso se transfiere a la estructura de precios”, añadió.

No obstante, cabe mencionar que a nivel de Centroamérica, con excepción de Costa Rica, donde los precios de los carburantes son regulados, estos resultan más baratos que los de Nicaragua y superan a los precios costarricenses si se excluyen los impuestos, lo que significaría, entonces, que no basta con regular el mercado.

Menor demanda de combustible reduce la factura petrolera

Por otro lado, estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN) revelan que en el 2020 se importó menos gasolina y crudo, de tal manera que la factura fue de 680 millones de dólares, es decir que se redujo un 28.9 por ciento, con respecto al 2019, cuando la factura fue de 957 millones de dólares.

En el caso del diesel, también se redujo la importación con respecto al año pasado. En el 2020 se consumieron 2.09 millones de barriles de diesel, un 19.9 por ciento menos con respecto al 2019.

Esta caída en el consumo, como consecuencia de la contracción económica, Arévalo explicó, está siendo compensada por las petroleras con sobreprecios, lo que mantiene asfixiada la economía.

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