Según el informe más reciente sobre remesas familiares que publicó el Banco Central de Nicaragua (BCN), correspondiente al tercer trimestre de 2020, los bancos comerciales se encargaron de traer el 63.5 por ciento del monto recibido por concepto de remesas familiares en el país.
Eso quiere decir que, de 482.1 millones de dólares que enviaron los nicaragüenses que trabajan en el exterior, en ese período, 306.4 millones entraron al país por medio de los bancos.
Las agencias especializadas en remesas solo captaron el 36.4 por ciento y un mínimo porcentaje, de 0.1 por ciento, representa lo que se le conoce como remesas de bolsillo.
Menos remesas de bolsillos
En el primer trimestre de 2020, los bancos recibieron el 56 por ciento del monto de remesas familiares de ese período, pero en ese entonces las remesas de bolsillos representaban el 6.4 por ciento; mientras que en el segundo trimestre las entidades financieras se llevaron el 61.8 y disminuyeron a su mínima expresión las remesas que traen personalmente los migrantes nicaragüenses.
Durante los primeros nueve meses de 2020, según los tres informes trimestrales publicados por el BCN, los nicaragüenses en el exterior enviaron 1,342.7 millones de dólares en concepto de remesas familiares, de los cuales 813.9 millones fueron canalizados a través de los bancos, es decir cerca del 61 por ciento.
La participación de los bancos en el área de las remesas ha venido creciendo significativamente si se toma en cuenta que hace tres años manejaban sólo el 46.1 por ciento, al igual que las agencias especializadas.
¿Qué pasará con los envíos de remesas?
La banca privada ha manifestado que los envíos de remesas saldrán afectados con la reforma a la Ley 842 (Ley de Protección de los Derechos de las Personas Consumidoras y Usuarias), que pretende obligar a los bancos privados a mantener entre sus clientes a funcionarios y entidades sancionadas, del régimen orteguista, por parte de Estados Unidos.
La Asociación de Bancos Privados de Nicaragua (Asobanp), en una carta enviada a la Comisión de Economía de la Asamblea Nacional en días pasados, solicitó a los legisladores que no aprobaran esa reforma, porque atenta contra la libertad que tienen los bancos de elegir con quién iniciar relaciones comerciales, contratos y decidir cuándo cancelar una relación con un consumidor, una decisión que les corresponde a los bancos. Pero los diputados orteguistas no hicieron caso.
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Para el economista y sociólogo Cirilo Otero, es grave que la reforma esté encaminada a que los bancos trabajen con personas sancionadas, porque si estos acceden serán sancionados por los bancos internacionales, ya que estarían “haciendo negociación con delincuentes”.
La economista Valeria Gutiérrez explicó que esa ley ahora interferirá en roles que tienen los bancos, de tener sus propios reglamentos y estándares de riesgo y control de lavado de dinero. “En Nicaragua cada banco tiene sus propios mecanismos para mantener su credibilidad y tiene sus estándares para competir en el mercado financiero internacional”, indicó.
Según Gutiérrez, la reforma de la Ley de Consumidores además da más funciones al Banco Central de Nicaragua, para controlar las remesas. “La ley viene a poner un control sobre las entidades financieras, para realizar las transacciones internacionales. Hace que las remesas sean parte de este paquete, para tener un control: que estas no sean usadas para el terrorismo o lavado de dinero. Pero este control ya lo hacían los bancos y con esos cambios se desvirtúa el control que estaba a criterio de los bancos. Ahora estaría, de forma arbitraria, sometido por las instituciones designadas por el Estado”, explicó la economista.
Asobanp advirtió a los diputados que, a partir de la aprobación de esa reforma a la Ley de Consumidores, Nicaragua estaría en riesgo de pasar de la lista gris a la lista negra del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que evalúa la lucha de los países contra el blanqueo o capital y el financiamiento al terrorismo.
Esto provocaría el cierre de las cuentas de corresponsalías bancarias, la imposibilidad de recibir remesas, de enviar o recibir transferencias internacionales, cierre de líneas de crédito del exterior y cancelación de contratos con las marcas de tarjetas de crédito, advirtió.
¿Renuncia el régimen a uno de los pilares de la economía?
El economista Néstor Avendaño dijo a LA PRENSA que los montos en concepto de remesas familiares seguirán aumentando en este 2021. “El año pasado ingresaron a Nicaragua 1,851 millones de dólares, un 10 por ciento mayor que el año 2019, y esta vez se pronostica un 8.6 por ciento más, lo que rompería con la barrera de años anteriores, por lo menos con unos 2,000 millones de dólares”, expresó.
Ante el retroceso que han experimentado otros sectores, como el turismo y las inversiones, las exportaciones y las remesas familiares se han convertido en dos pilares importantes para la economía del país, al punto de ser siempre destacados en los informes y declaraciones de los funcionarios del régimen orteguista.
Para el economista Luis Núñez Salmerón debido a la reforma de esa ley se pondrían en riesgo esos 2,000 millones de dólares que se proyectan, porque “no habría mecanismos para que ingresen las remesas”.
Las familias nicaragüenses reciben remesas principalmente de Estados Unidos, España y Costa Rica.