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Emérita Rodríguez señalando una fotografía en la que se ve como estaba el estado físico de don Justo cuando fue capturado por la PO, aquel 20 de abril de 2020. Pesaba al menos 170 libras, recuerda. LA PRENSA/Jader Flores.

La trágica y cruel historia de don Justo, el ex preso político torturado por la dictadura hasta provocarle un derrame cerebral

Todo comenzó cuando el campesino se arrimó a un árbol para observar a unos agentes policiales que realizaban redadas en la Isla de Ometepe en busca de opositores al régimen de Daniel Ortega. LA PRENSA viajó a la isla para reconstruir paso a paso su historia

En un pequeño cuarto hecho de concreto y madera, reposa forzosamente en cama, Justo Rodríguez, el campesino de 68 años, originario de la isla de Ometepe que fue entregado por el régimen Ortega Murillo, este 19 de diciembre a sus familiares en estado parapléjico, tras ocho meses encarcelado injustamente.

Una fotografía ubicada en la cabecera de la cama, donde reposa don Justo, evidencia el buen estado físico en que se encontrada cuando oficiales de la Policía Orteguista (PO), “lo secuestraron” aquel 20 de abril de 2020, señala con voz quebrantada su hermana, Emérita Rodríguez, de 70 años, quien además asegura que era un hombre sano “no padecía de ninguna enfermedad. Pesaba como 170 libras, véalo ahora”, dijo a un equipo de LA PRENSA, posteriormente soltó en llanto.

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Don Justo es el menor de cuatro hermanos que habitan juntos en un mismo terreno (amplio), pero en diferentes casas (construidas de concreto y madera, plástico, zinc y tablas), en la comunidad de Esquipulas, del municipio de Moyogalpa en la isla de Ometepe, lo que permite que sus hermanas y sobrinas estén al pendiente, lo cuiden y curen sus heridas, ya que él no tuvo hijos.

Sus familiares lamentan las condiciones delicadas en que se encuentra don Justo, pero manifiestan que son las evidencias de las torturas que sufren los reos políticos bajo órdenes de la dictadura.

Los hechos que le cambiaron la vida

El hombre fue sentenciado a tres años y seis meses de cárcel por el delito de obstrucción de funciones, involucrado en el caso de un grupo de ciudadanos, que el 19 de abril de 2020, conmemoraron el segundo aniversario de la Rebelión de Abril en la isla de Ometepe.

Sus familiares aseguran que él no participó en esa actividad, pero la Policía Orteguista lo implicó solo por “observar” a los oficiales, que al día siguiente realizaban una redada en busca de quienes habían participaron en la manifestación ciudadana.

La mañana de ese 20 de abril, don Justo salió de su casa como de costumbre a ver sus cultivos, ya que se dedicaba a la agricultura y artesanía, también ese día sus familiares recuerdan que le había salido un rumbo de instalar una puerta en la casa de una vecina. Pero fue detenido por la Policía.

“No padecía de ninguna enfermedad. Pesaba como 170 libras, véalo ahora”, dice su hermana Emérita Rodríguez, mientras lo acomoda en la almohada. LA PRENSA/Jader Flores.

“Él iba a trabajar, cuando escuchó la bulla se quedó parado a la orilla del parque. En el palo de Nim donde él estaba recostado viendo, ahí fue donde lo agarraron (la PO), lo arrastraron lo volaron a la tina y le tiraron una llanta de repuesto encima, lo que le causó una lesión en el corazón”, denunció Emérita.

Después “lo llegaron a patear a la estación policial de Rivas, lo trasladaron a El Chipote (Dirección de Auxilio Judicial) y después al Sistema Penitenciario, en la primera visita cuando lo fui a ver me dijo que la Policía en Moyogalpa lo había golpeado, se me encorvó y le pregunté qué tenía y me dijo que le dolía mucho la cabeza. Estaba inflamado”, recuerda Emérita.

Sufrió un derrame cerebral en prisión

A los cuatro meses de estar encarcelado fue llevado de emergencias por custodios del Sistema Penitenciario Nacional, Jorge Navarro, mejor conocido como “La Modelo”, al hospital Antonio Lenín Fonseca, de Managua tras sufrir un derrame cerebral.

“Ahí lo operaron de la cabeza y le sacaron coágulos de sangre que el doctor me dijo que le estaban llegando al cerebro y que si hubiera llegado 20 minutos más tarde, él se muere, pero inmediatamente lo ingresaron al quirófano y lo operaron, eso a consecuencia de golpes, me dijo el doctor”, afirmó Emérita.

A doña Emérita se le orientó en esa ocasión que debía quedarse 72 horas en el hospital en espera de la reacción del paciente, luego de la operación, pero todo ese tiempo, fue asediada por los oficiales, contó. “Yo lo llamo un asedio, porque me pusieron en UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) a una policía que me siguiera todo el día, cinco antimotines afuera y no me dejaban hablar con nadie”, contó.

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“Mi hermano se gravó en prisión, porque cuando él decía que no quería comer no le daban y no ponían cuidado cuando se quejaba de los dolores”, incluso, “el día que le dio el derrame (30 de agosto 2020) ellos (autoridades del Sistema Penitenciario) me llamaron y me dijeron que me presentara sola, sin teléfono y estuve retenida cinco días sin saber ni de familiares ni nada”, recordó.

La abogada defensora de presos políticos, Yonarqui Martínez, quien ha estado al frente del caso de don Justo y al pendiente de su salud, mostró un epicrisis médico con fecha del 30-08-2020, extendido por el hospital Antonio Lenín Fonseca, el que indican que el hombre  estuvo ingresado por un trauma cráneo encefálico y hematoma,  “que le produjo un coágulo en la parte baja del cerebro, estuvo meses con ese golpe, con dolores de cabeza intensos, cuando él ya no aguanto le vino el derrame, pero el derrame ya le ocasionó la perdida del habla, movilidad y es así como quedó”, dijo Martínez.

“Pero fue precisamente por la falta de atención oportuna, porque a él lo golpean y le dejan ese coágulo de tan fuertes que fueron los golpes en la cabeza que le ocasionaron un trauma cráneo encefálico y jamás fue atendido. Lo que los médicos dicen es que a medida que fueron los meses eso le fue afectando, como no fue atendido le dio el derrame y esas son las consecuencias”, agregó la abogada.

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“Él va por golpes en la cabeza al hospital, ellos mismos (las autoridades del hospital) reconocen que él tenía un trauma cráneo encefálico producto de golpes, esos huecos son señales donde le metían tubos para sacarle los coágulos de sangre”, insiste Martínez.

La dictadura lo entregó parapléjico y no da la cara

El 18 de diciembre, la dictadura liberó a más de mil reos comunes y solo a cinco reos políticos, entre ellos a don Justo, pero no fue entregado directamente a sus familiares, sino que fue dejado bajo observación médica en el mismo centro asistencial, tampoco se les informó que se le había realizado una cirugía en la columna.

“Cuando me entregan a mi hermano solo le miraba la cara, al parecer el doctor no tenía orden de enseñarlo y me dijo que ya quedaba en manos de los familiares, que aquí (en el hospital) solo se le va a terminar el tratamiento que le pusieron hasta las 12 de la noche, ya mañana se iba de alta. Yo firmé su salida y de esa cirugía nosotros no nos dábamos cuanta hasta que dice una enfermera vengan que les voy a enseñar a curar la herida que es delicada”, manifestó Emérita.

Sus familiares no se explican por qué la dictadura se ensañó de esta manera contra don Justo. LA PRENSA/Jader Flores.

“Esa operación que tiene en la columna tal vez se la hicieron de alguna patada porque tiene como un hoyo, no sé si es que le salió una pelota, pero es fea, son 20 puntadas que le hicieron”, detalló.

Una joven que estudió enfermería, hija de Lilliam López, de 76 años, hermana mayor de don Justo es quien cada mañana antes de irse a trabajar le limpia la herida de la columna. “Me gustaría que estuviera mi hija para que le destapara y ustedes vieran clase herida. Si mi hermano está vivo de milagro”, expresó López, al equipo de LA PRENSA mientras sobaba los pies del expreso político.

“Ellos (el régimen) no le iban a dar salida (de la cárcel) así por así, porque ya estaba casi muerto lo liberaron, nadie a dado la cara, ni razón (por su estado)”, demandó López.

Emérita no se explica por qué la dictadura se ensañó de esta manera contra don Justo, “la situación en que me entregaron a mi hermano es crítica, yo lo que demando es justicia, lo que le hicieron a él y a los otros presos es injusto. Yo no sé porque le hicieron eso, si mi hermano ni si quiera tiró una piedra, solo se recostó a un palo a ver”, lamentó.

Ha presentado mejoría

Cuando don Justo llegó a su casa (20 de diciembre) tras ocho meses encarcelado, y varios días en el hospital, no hablaba, no comía, ni se movía, sin embargo, en los últimos días bajo el cuidado de sus familiares ha demostrado mejoría. “Ya está tomando sopa, su leche y dice algunas palabras. Cuando vino tenía las manos encorvadas, pero lo hemos sobado con pomada de cascabel y ya las estira y se cobija solo”, expresó López.

“Así esperamos hacer con las piernas, cuando se le cure la herida sobarlo para que las pueda estirar, él tiene que volver a caminar, si mi hermano era un hombre fuerte, trabajador, muy amable, no se metía con nadie”, agregó entre lágrimas.

Justo Rodríguez, el campesino de 68 años, originario de la isla de Ometepe fue entregado por el régimen Ortega Murillo a sus familiares en estado parapléjico. LA PRENSA/Jader Flores.

Don Justo ha sido muy cercano con sus hermanos, se había ido de la comunidad de Esquipula, pero desde que falleció su esposa en 2010 regresó donde sus familiares y desde entonces habían permanecido unidos otra vez. Lo recuerdan muy cariñoso con sus sobrinos.

Agotarán todas las instancias en busca de justicia

Por otro lado, Martínez informó que recurrirán a todas las instancias necesarias en busca de justicia para el exreo político. “Obviamente hay una responsabilidad de todas las autoridades que debieron presentar auxilio en su momento. Incluso hay documentación en sala donde se solicitaba que fuera al médico, nunca fue atendido oportunamente y esta situación va a tener que tocar fondo con todas aquellas personas que tendrán que pagar por lo que le pasó a don Justo”, sentenció la abogada.

“Es una tortura evidente lo que hay en él, la falta de acceso a la salud, a un médico, los dolores de cabeza que este señor presentaba en la celda eran insoportables, productos de las golpizas que le dio la Policía desde el día de su detención y fue una tortura más lo que aguantó en las celdas, como dice el doctor este señor sufrió en silencio hasta que colapso”, señaló Martínez.

PO continúa intimidación contra familiares

Pese al grave y delicado estado de don Justo, al parecer la dictadura de Ortega no ha dado tregua al asedio e intimidación, ya que el mismo día que este  fue dado de alta y sus familiares se encontraban en el puerto de San Jorge, Rivas, para cruzar a Moyogalpa, efectivos de la Policía Orteguista detuvieron la camioneta en que se movilizaban, les pidieron documentación y revisaron todos las maletas que llevaban.

“Lo más bonito es que vamos con él (don Justo) así acostado, nos para los policías y con prepotencia nos dicen que nos bajemos y yo les digo que como me voy a bajar si lo llevó así, nos hacen que nos bajemos, nos revisaron, tiraron lo que traíamos al suelo, la comida que traíamos en un saco también la tiraron, nos tuvieron retenidos más de media hora, y yo les dije tengan corazón, tenemos que agarrar el barco”, denunció Emérita.

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El lunes 28 por la noche, también fueron retenidos por la Policía dos familiares de don Justo, quienes iban al muelle a retirar unos medicamentos y pampers. “No fueron trasladados a ningún lado, la Policía solo los detuvo, les revisó los paquetes porque supuestamente les habían dicho que llevaban droga, pero luego los dejaron ir y les entregaron las cosas”, dijo Martínez.

“No les importa por lo que estamos pasando, ellos siguen intimidando y acosando. Solo eran pampers lo que traían, lo vieron y los dejaron ir”, confirmó López.

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