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Así quedó el muelle de Bilwi, tras el paso del huracán Iota.

Así quedó Bilwi tras el paso del huracán Iota

Bilwi permaneció incomunicado por más de 20 horas tras el paso de Iota. Este es el reporte desde la zona

El impacto del huracán Iota en Nicaragua maximizó este martes la estela de destrucción que ya había dejado el paso de Eta en los barrios de Bilwi: viviendas destruidas y sin techos; postes de tendido eléctrico tumbados; árboles derribados que obstaculizaban las calles; algunos barrios inundados y una ciudad sin electricidad, sin servicio de agua potable ni comunicación por la caída de las redes de telefonía.

La red de comunicación de las dos proveedoras de telefonía móvil que operan en el país, Claro y Tigo, fueron suspendidas desde las 2:00 de la madrugada de este martes, cuando los descomunales vientos embestían las viviendas de la ciudad, dejando a toda la ciudad de Bilwi sin acceso a comunicación.

“Ahorita la reconexión va para largo porque hay un corte de la fibra desde Rosita y el motor generador no se ha podido reparar”, indicó un miembro del equipo de soporte técnico de la empresa Claro, que no quiso identificarse.

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Durante los recorridos realizados por LA PRENSA se observó a miembros del Ejército de Nicaragua comunicándose a través de teléfonos satelitales.

La electricidad en Bilwi también fue suspendida desde el lunes a mediodía, como ocurre normalmente cuando se avecina un fenómeno de esta magnitud en la zona, para evitar incidentes.


Otro problema fue el servicio del agua potable, que también se suspendió totalmente desde la noche del mismo lunes, cuando los vientos y lluvias de Iota ya empezaban a mostrar el poder con que golpeó la ciudad. El servicio fue reactivado, al menos en el barrio Santa Inés, a partir de las 6:00 de la noche de este martes.

“Aquí en Bilwi, siempre que se acerca un huracán la luz y el agua se corta y regresa hasta que ya pasa todo, siempre ha sido así, pero esta vez con Iota fue peor porque hasta la red de teléfonos se fue”, manifestó Rony Pérez, del barrio Loma Verde.

Barrios inundados

Cuatro de los barrios más afectados por las inundaciones provocadas por las intensas lluvias fueron La Bocana, La Bocanita, Filimón Rivera y San Luis.


Los pobladores se movilizaban con el agua llegando hasta sus rodillas mientras otros levantaban algunas láminas de zinc que desprendieron los violentos vientos, mientras que otros reparaban lo que quedó de sus viviendas para soportar las lluvias que persistían este mismo martes.

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Fátima Thomas Pérez, del barrio Filimón Rivera, describió a LA PRENSA la situación que vivió con sus familiares tras el impacto de Iota. “Anoche estábamos todos en la casa con el viento soplando fuertísimo, la casa estaba inundada y nosotros estábamos sacando el agua, los árboles se estaban cayendo, nosotros agarrábamos los zincs, los niños gritaban del miedo; fue horrible”, dice Pérez, visiblemente nerviosa.

Dos grandes árboles fueron derribados por los vientos generados por el huracán: uno dentro de la propiedad de Pérez, donde hay tres casas, y otro sobre la calle que estaba completamente intransitable.

“Todo el terreno se estremeció como un terremoto, nosotros pensábamos que íbamos a morirnos” dice. “Ese palo (el que cayó sobre la calle) nos iba a caer a nosotros pero los mismos vientos lo trasladó todo al otro lado” relata la mujer.


Otra afectada del mismo barrio fue Eloisa Devis Rivera, quien habita en una casita hecha de tambos que está a orillas de una especie de cauce natural que es parte del Río Lankrik. Ella manifestó que su vivienda fue completamente rebasaba por el agua.

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“Teníamos miedo, porque yo dije: si (el agua) se lleva todas las casas ¿a dónde vamos a vivir?. No tenemos dinero y cómo vamos a conseguir de nuevo las casas si nadie nos viene a ayudar”, expresó Rivera, quien agregó que con el huracán Eta no sufrieron daños, pero con el Iota “nos destruyeron las casas”.

“Gracias a Dios que estamos con vida”

Don Rafael Henríquez es habitante del barrio San Luis y trabaja como guarda de seguridad. Pero al momento de la llegada del huracán, él estaba cuidando el Hotel Cortijo II, ubicado en el barrio San Pedro. Manifestó su gratificación con Dios por haber sobrevivido al derrumbe del hotel, pues al momento de querer evacuar, los vientos trabaron la puerta, por lo que se vio obligado a romper las maderas del piso, donde había una especie de bodega para lograr salir.

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“Gracias a Dios que estamos con vida porque aquí nos escapamos como a las nueve de la noche rompimos para salir porque (las lluvias y los vientos) nos trabó la puerta y quedamos encerrados, entonces en ese momento agarramos un marrillo y rompimos con el marrtillo para poder salir. Entre diez o veinte minutos se nos cayó encima todo eso (hotel), pero gracias a Dios estábamos ya abajo”, relató Henríquez.


Otro habitante de el barrio San Luís es un señor que solamente se identificó como Francisco, quien tiene 50 años de habitar en ese barrio. Francisco asegura que al momento de la llegada del huracán Iota, él se encontraba en su vivienda de madera con seis familiares.

“Creo que eran como las 3:00 de la mañana cuando el huracán derribó mi casa”, lamentó escuetamente el señor, en referencia a su casita de madera.

Previo a la amenaza del derribo de su casa, Francisco evacuó con toda su familia hacia una vivienda de concreto ubicada detrás de la suya.

Barrios destruidos

Los barrios que sufrieron graves daños materiales fueron los ubicados en la mera costa como El Muelle y Guililandi, donde las tablas de las casitas de madera, que ya habían sido azotadas por Eta, quedaron reducidas a tablas que quedaron esparcidas sobre la costa.

“Yo no me moví, estaba en mi casa y miraba las olas como de diez metros, quebró todas las casas, se llevó mi techo, miraba como los otros techos volaban; era muy horrible, (Iota) era más fuerte que el huracán Eta”, relató Delmira Dionilda Peralta, habitante del barrio El Muelle.

Peralta cargaba una botella de vidrio con una especie de ramas con un líquido color anaranjado, que utilizan como medicina. “Esto es medicina, se llama guífiti, para la enfermedad”, indicó Peralta, quien no detalló para qué tipo de enfermedad es utilizado ese líquido porque abandonó la entrevista para seguir recogiendo las tablas de su casa.

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Otros pobladores del barrio El Muelle al ser consultados por este Diario y otros medios de comunicación que daban cobertura al desastre, se mostraron molestos alegando que “solo vienen a tomar fotos y no nos dan nada; agua es lo que necesitamos no entrevista.

Muelle de Bilwi destrozado

El muelle de Bilwi, que tras el paso de Eta fue destruida la mitad de la estructura y que posteriormente fue reparado por las autoridades gubernamentales, nuevamente quedó severamente dañado por el impacto de Iota.

A unos 600 metros al sur del muelle, en la costa, quedó un trozo de unos 6 metros cuadrados de esta misma estructura, mientras que a otros 800 metros estaba otra pedazo, pero a orillas del mar.

Los pobladores aprovechaban los pedazos desprendidos del muelle de Bilwi para desarmarlo y extraer la madre, para utilizarla en la reconstrucción de sus viviendas.

“Ya el agua se nos volvió a llevar todo, ni el muelle se escapó otra vez. Por lo menos estamos agarrando de esta madera para ver si hacemos algo (casa) para escampar la lluvia”, indicó Ariel Calderón, del barrio El Muelle.

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Durante un recorrido realizado por el barrio Loma Verde, se pudo observar el derribo de varios muros, como el de un almacén de colchones localizado a unas cuadras de la gasolinera Petronic, cuyo techo también fue dañado.

La otra estación de servicio que funciona en Bilwi, gasolinera El Manatí, también sufrió daños en su estructura: ventanas de vidrio quebradas y el techo parcialmente destruido. La cerca de la entrada del albergue instalado en el Colegio Cristiano Verbo, en Loma Verde, fue destruido y varias láminas de zinc fueron desprendidas.

En ese albergue, que ya excedió su capacidad, se encuentran refugiadas más de 500 personas de comunidades vulnerables. Otro albergue que sufrió afectaciones en su techo fue el instalado en el Colegio Cristiano Getsemaní, donde se intentó ingresar pero se impidió el acceso.

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