La emergencia por la llegada del huracán Eta a Nicaragua es otra crisis en la que está ausente el dictador Daniel Ortega, lo que contrasta con la actividad de otros gobernantes centroamericanos, cuyas naciones igualmente enfrentan afectaciones por el fenómeno.
Aunque los períodos de ausencia han sido habituales en sus más de 13 años de gobierno, llaman más la atención cuando no aparece en tiempos de crisis nacional. Hasta este martes 3 de noviembre Ortega lleva 15 días sin aparecer públicamente desde el pasado 19 de octubre, cuando habló en el acto del 41 aniversario del Ministerio de Gobernación.
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La voz de su esposa y vicepresidenta designada, Rosario Murillo, es lo que siempre sobresale en los tiempos de emergencia. Ella y su gabinete de leales funcionarios son los que están a la cabeza de los reportes del huracán a través de los medios de comunicación oficialistas. Aunque Ortega está ausente, su nombre es repetido innumerables veces cada vez que hablan sus funcionarios para agradecerle a él y a Murillo su “buen gobierno”.
Este año Ortega ha tenido ausencias hasta por casi 40 días en medio de la pandemia del Covid-19, lo que generó especulaciones sobre su salud; y las apariciones que ha tenido se limitan a actos partidarios y aniversarios de las instituciones.
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Aunque las ausencias de Ortega de más de un mes son controversiales, no implican responsabilidad penal ni un efecto jurídico, según la valoración del artículo 149 de la Constitución Política que hizo el abogado constitucionalista Gabriel Álvarez.
Este artículo se refiere a los períodos de ausencia del Presidente de la República por salir del país y a las faltas temporales de la esfera pública. El constitucionalista dejó claro que no se puede destituir, sancionar ni juzgar al presidente por privar de su presencia a la ciudadanía.
El artículo 149 no establece faltas por no aparecer en público por más de un mes, que ha sido el caso de Ortega. Lo que reglamenta son sus ausencias fuera del país. Por menos de 15 días fuera del país no necesita autorización de la Asamblea Nacional. El Presidente de la República puede estar ausente del territorio nacional más de tres meses con autorización del Poder Legislativo.
Aunque en teoría los críticos señalan que como gobernante de un país Ortega debería estar al frente de los problemas y las crisis que eventualmente vive Nicaragua, lo cierto es que cuando aparece lo hace para referirse a temas internacionales, con un discursos antiimperialista, y no se refiere a los verdaderos problemas que aquejan a los nicaragüenses.
Gobernantes del área al frente de la crisis en sus países
La permanente ausencia del dictador contrasta con la actitud de otros gobernantes de la región, como la del presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien incluso, respondiendo un tuit de LAPRENSA en el que se reportaba el colapso de una pared en Bilwi, prometió apoyar a Nicaragua, pese a las severas diferencias políticas con el régimen orteguista.
#HuracánEta | “Si tenemos los recursos luego de atender nuestra emergencia (El Salvador), los vamos a poner a disposición de estos países, sabemos que no tenemos la mejor relación con sus gobernantes pero sus pueblos nobles necesitarán ayuda”, aseguró Bukele (📸: Presidencia) pic.twitter.com/wN0j9doFQp
— LA PRENSA Nicaragua (@laprensa) November 3, 2020
Por su parte, el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, también por medio de sus redes sociales reporta como van las afectaciones del fenómeno meteorológico en su país, que hasta el momento todavía no registra daños por las consecuencias del mismo. Igualmente, envió su solidaridad a los países de la región más afectados.
Seguimos muy atentos a la evolución de este fenómeno natural en nuestra nación.
Enviamos nuestra solidaridad y apoyo a los hermanos países de Centroamérica, quienes hoy reciben el impacto directo del huracán Eta. ¡Mucha fuerza!
— Carlos Alvarado Quesada (@CarlosAlvQ) November 3, 2020