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Daniel Ortega había aparecido en público 35 veces en el último año. LA PRENSA/AP/ARCHIVO

Ya llegó Daniel Ortega, el presidente que andaba ausente

En más de un año, el presidente Daniel Ortega solo había aparecido unas 35 veces en público. Tan largas son sus ausencias que incluso en más de una ocasión se le ha dado por muerto.

En los últimos 10 días, el presidente designado Daniel Ortega ha realizado cuatro apariciones públicas, algo totalmente inusual en alguien acostumbrado a desaparecer por largas temporadas, al punto que en más de una ocasión se le ha dado por muerto.

Hizo falta ver un baño de sangre. Más de 30 jóvenes muertos. Niños pidiendo auxilio. Motorizados, con pasamontañas, golpeando ancianos. Periodistas asaltados. Jóvenes ahogados en sangre después de un tiro en el cuello. Hizo falta ver las calles envueltas en gases lacrimógenos y las tiendas saqueadas para que Ortega se acomodara detrás de una cámara y brindara un mensaje a todo el país.

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Tal y como se había comportado con otros temas, el manejo del inicio de la peor crisis política en 11 años de gobierno había quedado en manos de la vicepresidenta designada Rosario Murillo.

Sin embargo, a raíz del desarrollo de las protestas, la figura de Murillo parece haberse opacado, al punto de ocupar un papel decorativo en la última intervención del comandante, el 30 de abril, en la marcha que el partido de gobierno convocó para intentar demostrar que todavía le queda músculo.

La ausencia de Daniel Ortega había sido tan marcada que ha desatado rumores que lo han considerado muerto. El 22 de febrero de 2014 había desaparecido por más de diez días de la agenda pública y solo se pudo saber que estaba vivo cuando apareció recibiendo al cardenal Leopoldo Brenes, con lo que puso fin a los rumores sobre una posible enfermedad y los problemas cardíacos que lo afectan.

Ernesto Medina
Daniel Ortega (c), su esposa Rosario Murillo (d), y el comandante revolucionario Víctor Tirado (i), durante minuto de silencio en honor a los caídos en las pasadas manifestaciones. La manifestación oficialista fue en la Plaza de Las Victorias. LA PRENSA/EFE

Este ha sido un comportamiento muy común del mandatario en sus diez años de gobierno: Ortega solo había aparecido en público en 35 ocasiones en más de un año, entre el lunes 6 de marzo de 2017 y el viernes 21 de abril de 2018, según un conteo realizado por LA PRENSA en El 19 Digital, órgano oficial del gobierno de Daniel Ortega.

Ocho de las apariciones de Ortega, la mayor cantidad, habían sido exclusivamente para asistir a homenajes de nacimiento o de muerte de héroes sandinistas, como Carlos Fonseca, Augusto C. Sandino y Tomás Borge. Otras seis veces fue a aniversarios de instituciones como el Ejército y la Policía Nacional. En cuatro ocasiones asistió a reuniones con organismos internacionales, Cumbres e inauguraciones de edificios: estadios deportivos y hospitales públicos.

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En Nicaragua había recibido dos visitas donde había hecho declaraciones públicas, entre ellas, hace pocas semanas de parte de Adán Chávez, hermano del fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y Elías Jaua, ex vicepresidente venezolano.

El resto de apariciones tienen que ver con reuniones con delegados del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, además de los discursos en los eventos tradicionales del repliegue y el 19 de julio.

Las cuatro últimas apariciones de Ortega, en abril, fueron las únicas a propósito de una crisis en el país.
Una investigación de la revista Confidencial, realizada por la periodista Arlen Cerda, reveló que desde enero de 2012 hasta abril de 2017, Ortega solo tuvo 296 actos o intervenciones públicas. De estas, de acuerdo con la publicación, solo en 18 ocasiones salió de Managua hacia otros departamentos del país.

Algunos expertos políticos consultados esgrimen que la razón por la que Ortega “no da la cara” es porque había delegado esa función a Murillo —su esposa, primera dama y vicepresidenta— algo que podría haber cambiado en las últimas semanas.

Sin embargo, hay versiones de que el mandatario no aparece en público debido a una enfermedad que padece. De hecho, diferentes versiones apuntan que Ortega se encontraba en Cuba, tratándose de una enfermedad, en el momento que las protestas cogían vuelo en Nicaragua, y de ahí la explicación de la tardía aparición pública del mandatario.

Por otro lado, existe la teoría de que en el fondo padece un trauma psicológico o “síndrome de prisionero”, desde que pasó siete años en la cárcel, por el cual se siente más cómodo en su casa que frente a los extraños.


Apariciones públicas

Estas son las apariciones públicas de Ortega entre el 6 de marzo de 2017 y el 20 de abril del 2018. En todas hizo un discurso público.
2 de las apariciones de Ortega han sido para recibir a funcionarios venezolanos y a la selección juvenil de beisbol, que ganó una medalla en un torneo internacional.
4 veces han sido para asistir a la Cumbre del Alba, el foro de Sao Paulo y el congreso sandinista.
8 ocasiones ha asistido a homenajes de vida o muerte de Carlos Fonseca, Tomás Borge, Augusto C. Sandino, Silvio Conrado y David Spencer.
5 veces se ha reunido con el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los grupos de bancos privados de Nicaragua.
4 días han sido dedicados a inauguraciones, como la del Estadio Nacional, Hospital Vélez Paiz, el complejo Alexis Argüello y los Juegos Centroamericanos.
6 veces ha asistido a aniversarios del Ejército, Policía, Fuerza Aérea, Fuerza Naval, Movimiento Scout y Gobernación.
2 veces asistió a desfiles como el del 14 de septiembre y la antorcha centroamericana.
2 días ocupó para la conmemoración del Repliegue Táctico y el 19 de julio.
2 ocasiones fue invitado para dar los ascensos de grado en el Ejército y en la Asamblea Nacional.
4 veces ha parecido en público para enfrentar la crisis de abril.


Traumas de prisión

Un Daniel Ortega dando vueltas en los pasillos de su casa, en calzoncillos, es la postal que describe el escritor Kenneth Morris del actual mandatario nicaragüense en su libro Nicaragua Inconclusa, que se vende como la biografía no autorizada del comandante. Durante los primeros meses de su liberación, después de estar enjaulado por la dictadura somocista, Ortega vivía cambiándose de “casas de seguridad” para no ser atrapado nuevamente, según el libro de Morris.

En 2014, durante los temblores que se registraron en el occidente del país, fue de las pocas ocasiones que Daniel Ortega ha hablado en público.
LAPRENSA/Archivo

“Sus días solían transcurrir encerrado en pequeñas casas, donde el calor sofocante hacía que vestirse en ropa interior o pantalones cortos no fuera cómodo, y donde no hablar en susurros era demasiado arriesgado. Usualmente solo salía por la noche, sigilosamente, y a menudo disfrazado, y siempre usaba su alias, Enrique”, escribe Morris.

En la entrevista que Ortega concedió a la revista Playboy, en 1987, afirma que cuando fue liberado se sentía “muy tenso y claustrofóbico”. “Lo pasé mal… si entraba en la habitación, me gustaba salir rápidamente. Si me metía a un carro, comenzaba a sentirme desesperado. Era como que si la celda estuviera conmigo para siempre”, agregó en aquel momento.

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Ortega también afirmó, en aquella ocasión, que ya superó el trauma. Sin embargo, el escritor Sergio Ramírez Mercado, quien fuera vicepresidente de Nicaragua, en algún momento pensaba diferente, ya que sostuvo, según recoge el libro de Morris, que Ortega aún conservaba una “personalidad prisionera, solitaria, desconfiada, dura”.

Morris dice que la experiencia de Ortega en la prisión lo dejó psicológicamente dañado, pero también descubrió habilidades de supervivencia que no las tenía cuando entró a la cárcel. Increíblemente, según el autor, Ortega “prosperó” en ese ambiente. “Me sentí bien, me sentí muy bien”, exclamó para la revista Playboy sobre el tema. “Los rasgos psicológicos de Ortega lo ayudaron a triunfar como revolucionario, pero también tuvieron una manifestación oscura”, cuenta Morris.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, es muy probable que Ortega tenga razones psicológicas para no hablar más a menudo en público.

En el libro La Sonrisa del Jaguar, de Salman Rushdie, se recogen anécdotas de excentricidades de Ortega, producto de los años encarcelado. Cuando se convirtió en presidente, en 1984, Ortega organizaba cenas en su casa, custodiado por guardias privados, pero no cenaba con los invitados, sino que se iba a la cocina a comer con el personal. “Es como que si después de muchos años de estar como un animal enjaulado, siguiera prefiriendo ser uno”, agrega el autor.

Leticia Herrera, madre de uno de los hijos de Daniel Ortega antes de que este se uniera con Rosario Murillo, cuenta en su libro Guerrillera, mujer y comandante de la revolución el miedo en el que vivían en esos días. Herrera afirma que le salvó la vida a Ortega cuando evitó que llegara a la casa de su compañero Eduardo Contreras, cuando fue asesinado.

Rosario Murillo parece haber perdido terreno tras las manifestaciones de abril. LAPRENSA

Mensajes a la nación

El 20 de enero de 2009, en su segundo mensaje a la nación, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, presentó ante la nación su informe de gestión del año 2008, así como el Plan Económico para ese año. En su discurso culpó al modelo capitalista de la crisis internacional. Según Ortega, el capitalismo había originado que miles de personas perdieran su empleo a causa de la quiebra de grandes empresas en Estados Unidos y afirmó que “la violenta crisis que se vive en estos países no ha golpeado fuertemente a Nicaragua”.

El 19 de septiembre de 2012 Ortega celebró el fallo de la Corte Internacional de La Haya que le otorgó territorio marítimo que hasta hace muy poco pertenecía a Colombia. El mandatario nicaragüense aseguró que “Colombia hizo muchas artimañas para entrampar a Nicaragua” y consideró como preocupante el discurso del presidente Juan Manuel Santos en el que señaló que “rechaza enfáticamente ese aspecto del fallo que la Corte ha proferido”.

Hace más de cuatro años, el 15 de abril de 2014, después de que Nicaragua amaneciera temblando por cuarto día consecutivo que mantenía en vilo al país, donde ya había dejado un muerto, cuarenta heridos y más de dos mil viviendas dañadas, Ortega habló ante la nación y dijo: “Nicaragua lleva cuatro días de actividades (sísmicas) altamente peligrosas para la seguridad de la vida de la población. Estamos obligados a elevar al máximo las medidas de seguridad por responsabilidad con nuestro pueblo, hijos, familias”, agregó Ortega en aquel momento.

Antes de la crisis de abril, la última vez que se recordaba un mensaje al país de parte de Ortega, exceptuando celebraciones históricas como el 19 de julio, el repliegue, fue cuando tomó posesión después de ganar las últimas elecciones presidenciales en las que fue electa Murillo, su esposa, como vicepresidenta, el 10 de enero de 2017.

“Ratificamos el compromiso de seguir trabajando en unidad con todas las fuerzas económicas, sociales y políticas de nuestro país, a seguir trabajando en unidad por el bienestar de nuestro pueblo, a seguir fortaleciendo esta gran alianza”, pronunció Ortega en aquel momento.


“Colapsó” figura de Murillo

Ya han pasado 4,156 días, desde el 10 de enero de 2007, cuando Daniel Ortega recuperó el poder, sin que ofrezca una conferencia de prensa. No brinda entrevistas de manera particular ni a sus propios medios de comunicación y solamente ha hablado a ciertos medios internacionales, como Telesur y Rusia Today, según un reportaje de revista Domingo, publicado el 3 de septiembre de 2017.

Aunque la vicepresidenta designada Rosario Murillo calificó de “grupos minúsculos” a quienes protestaron, se ordenó a la Policía reprimirlos. LA PRENSA/C. VALLE
A raíz de las reformas al INSS, en 2018, se desató la peor crisis política del gobierno de Daniel Ortega.
LA PRENSA/C.Valle

El 27 de enero de 2009 el sacerdote Ernesto Cardenal reveló en una entrevista para la agencia de noticias EFE una de las posibles razones por las cuales Ortega desaparece de los focos, al señalar que “Daniel Ortega padece una enfermedad sanguínea que no le permite exponerse al sol y por eso gestiona de noche”.

Kenneth Morris también afirma que Ortega padece de lupus eritematoso. De acuerdo con la Asociación de Lupus de Argentina (ALUA), creada en 1993, una de las más antiguas organizaciones de América Latina, los pacientes de lupus tienen fotosensibilidad, provocada por la luz ultravioleta del sol, que produce quemaduras en la piel expuesta al sol.

Adrián Uriarte, investigador y catedrático, dice que las desapariciones de Ortega tenían que ver porque por más de una década, la política de comunicación estuvo bajo el monopolio de Rosario Murillo. “La política de comunicación fue diseñada y ejecutada desde la visión de la poeta Murillo, imprimiendo su propia visión, estilo y códigos de comunicación política”.

Sin embargo, Uriarte considera que la política de comunicación de la actual administración pública colapsó con la crisis sociopolítica de abril. “Antes de la crisis de abril, la estrategia de comunicación del Gobierno descansaba en el uso y abuso del lenguaje religioso, en el discurso político y el control de los medios de comunicación y pretender controlar las redes sociales”, agregó el sociólogo.

El analista político Óscar René Vargas considera que las desapariciones de Ortega exacerban a la población por no tener un mensaje directo del mandatario. “Ortega tiene la obligación de dar la cara porque los incendios sociales, como el de ahorita, no se va a extinguir de un día para otro. Alguien tiene que echar agua para que este incendio se apague. Porque el discurso de la señora Murillo no ayuda a resolver el problema y más bien lo agrava”, agrega.

Para Uriarte, Murillo, por primera vez, dejó de monopolizar el discurso oficial y fue relegada, precisamente por el presidente Daniel Ortega. “Pareciera sugerir que (Murillo) es mejor que guarde silencio, para no hacer ruido y poner en más riesgo el poder hegemónico, que una vez parecía haber logrado tener el control absoluto”.

Política Reportajes Daniel Ortega INSS Rosario Murillo archivo

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