Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) dieron un plazo de 72 horas al presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, para cumplir con cuatro condiciones que calificaron de “premisas ineludibles”, para que “de forma inmediata inicie el diálogo nacional”.
Dos horas después, la vicepresidenta designada y vocera gubernamental, Rosario Murillo, anunciaba que el Gobierno aceptaba las cuatro condiciones de los jerarcas católicos, quienes participan como mediadores y testigos del diálogo, que aún no tiene fecha para iniciar.
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“Estamos de acuerdo en trabajar cada uno de los puntos allí planteados, tomando en cuenta que en todos se recoge su buena voluntad como mediadores y testigos”, señaló la vocera gubernamental.
Los requerimientos:
1.- Que venga la CIDH
El primer requerimiento pide “permitir en el menor tiempo posible el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para investigar y aclarar las muertes y desapariciones de nicaragüenses, que desde que esta “situación inició, se ha agravado en todo el país”.
En la carta de respuesta que Murillo leyó en los canales de televisión de su familia, la vicepresidenta designada expresó: “Podemos asegurarles que seguimos y seguiremos trabajando para que se establezcan la verdad y responsabilidades alrededor de los hechos de las últimas semanas”.
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La respuesta no menciona a la CIDH. Pero minutos después de leída la carta del Gobierno, el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, miembro de la comisión mediadora, publicó un tuit en el que aclaró: “No hemos pedido simplemente que se esclarezca la verdad, sino que se invite a ingresar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que investigue la masacre contra estudiantes”.
2.- Suprimir cuerpos paramilitares
El segundo punto de los obispos dice textualmente: “Suprimir los cuerpos paramilitares, fuerzas de choque que intimidan, coaccionan y agreden a los ciudadanos, así como no usar a la Policía Nacional para ningún tipo de acción represiva”.
La respuesta del Gobierno fue:
“Coincidimos con su alta autoridad religiosa en las necesidad del cese de la violencia, intimidación y agresión a los ciudadanos y agregamos nuestra gran preocupación sobre ambientes de temor creados en comunidades donde más allá de las protestas pacíficas, que respetamos absolutamente, se multiplican hechos de violencia, que asolan y afectan la calidad de vida de nicaragüenses”.
De nuevo, Báez tuiteó: “Aclaración. Los obispos de Nicaragua no hemos pedido al Gobierno un alto al uso de fuerzas paramilitares, sino su supresión. ¡Nunca más matones ni turbas!”.
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3.- Detener represión
El tercer requerimiento es “detener de inmediato y de modo absoluto todo tipo de represión frente a grupos civiles que protestan pacíficamente y asegurar la integridad física de los estudiantes universitarios, los diversos miembros activos que conformarían la mesa del diálogo nacional y de todos y cada uno de los ciudadanos”.
La respuesta leída por Murillo fue: “Nos comprometemos a fortalecer todas las libertades como corresponde a un gobierno responsable, serio y respetuoso de todas las expresiones de vida, cultura y humanidad”.
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Sin embargo, cerca de las 9:00 p.m., y a pesar de que Murillo afirmó en su respuesta que “respetan profundamente las protestas pacíficas”, las turbas de la JS y antimotines reprimieron violentamente manifestaciones pacíficas en Chinandega y La Concepción, Masaya.
4.- Dar signos de voluntad de diálogo
El último requerimiento es “dar signos de voluntad de diálogo y paz, respetando la dignidad y libertad de las personas, así como todos los derechos humanos de los ciudadanos, particularmente de los empleados públicos, no obligándoles a asistir a eventos partidarios ni paralizando el transporte nacional para los mismos fines”.
La respuesta a este punto de parte de Ortega fue: “Reiteramos ante su alta autoridad, su eminencia reverendísima Leopoldo José y señores obispos nuestro compromiso con el diálogo, la justicia, la seguridad y la paz; y permanecemos abiertos a escuchar e incorporar todos los aportes que presente unidad de propósitos”.
La respuesta del Gobierno no hizo referencia del todo al requerimiento de no obligar a los trabajadores del Estado a asistir a eventos partidarios ni paralizar el transporte público.
“El tiempo del diálogo es este momento”
Previo al anuncio de los obispos de la CEN, en una conferencia de prensa conjunta, representantes de los estudiantes, sociedad civil y sector privado anunciaron que están listos para participar en el diálogo nacional en el momento en que los obispos lo dispongan.
“En ningún momento el estudiantado y la sociedad civil han tomado alguna acción que vaya en contra de la paz, de la justicia y del reclamo constitucional de nuestros derechos, nosotros habíamos depositado nuestra confianza en que (el Gobierno) tuviera la poca sensatez para dialogar, pero siguen demostrando que no quieren escuchar al pueblo y que ellos son los únicos vampiros que detienen el diálogo”, dijo Víctor Cuadras.
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Juan Sebastián Chamorro, presidente de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), advirtió que la mesa de diálogo es la única opción que tiene el país para recuperar la paz. “Hay que reconocer que el país está semiparalizado, no hay transporte, de tal manera que estamos en una situación compleja, reiteramos que el tiempo de diálogo es este momento”, dijo Chamorro.
Culpa a Ortega
Azahálea Solís, como representante de la sociedad civil, indicó que el único que ha mostrado no tener voluntad para dialogar ha sido el Gobierno.
“Lo que hemos visto es que ellos (el Gobierno) no tienen voluntad de dialogar, nos han dicho en estos 11 años unas cuestiones y con las acciones otras cosas, ellos dicen que están listos, pero en realidad no están listos, porque ellos están boicoteando el diálogo, la noche de terror que vivió Managua ayer (el jueves 10 de mayo) demuestra que no hay voluntad política, pero nosotros sí tenemos voluntad política, nosotros sí estamos listos, queremos que haya justicia”, expresó Solís.