Cada hora que pasa en el interior de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli) el cansancio se percibe más, los jóvenes que protestan en este lugar aseguran que diez días de manifestaciones les han diezmado las fuerzas pero no el ánimo.
Es por ello que llamaron a todos los grupos estudiantiles –de diferentes universidades– a que lleven sus propuestas hasta este recinto para trabajar juntos y de una manera más ordenada.
“Nosotros no somos UNEN (Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua), ellos no nos representan. Aquí como estudiantes estamos llamando a todos los grupos estudiantiles que están afuera porque aquí somos una comunidad estudiantil. Diciéndoles que traigan todas sus propuestas para que las juntemos y canalicemos toda esta lucha. Decirles que nosotros no queremos a este Gobierno y vamos a estar siempre firmes”, dijo uno de los jóvenes que protesta en la Upoli.
Además, paulatinamente se van normalizando las cosas en este recinto universitario. Los estudiantes se han encargado de limpiar el lugar y los guardas de seguridad ya están en sus puestos de trabajo.
Quitan las barricadas
Mientras tanto, en el exterior de la Upoli la Alcaldía de Managua logró desmontar las barricadas levantadas en los cuatro puntos cardinales de la universidad y activó la circulación vehicular en esa zona.
Con esto, los buses del transporte colectivo de Managua que pasan por la Upoli poco a poco retoman sus acostumbrados recorridos. Aunque en el sitio todavía se advierten vestigios de los enfrentamientos que tuvieron universitarios y antimotines, al ejecutarse una dura represión policial.
Al quitar el muro de adoquines que montaron los protestantes desde la semana pasada en los semáforos de la villa Miguel Gutiérrez, obreros de la municipalidad avanzaron al sur, hacia los semáforos de villa Rafaela Herrera, para devolver los adoquines al piso.
En los días más crueles de la represión policial ante el levantamiento popular, originado por las reformas al Seguro Social -ya derogadas- los alrededores de la Upoli fueron escenario de batalla, donde falleció la primera persona de la más de 30 que se contabilizan hasta la fecha, pero que van en aumento.
Zona estuvo sitiada
Desde que los universitarios de la Upoli empezaron a ser atacados por antimotines y que terminaron por atrincherarse dentro de las instalaciones, la zona se tornó gris: quemas de llantas, barricadas por todos lados y pintas en repudio al Gobierno por su actuar represivo.