Nadie lo pone en duda: Daniel Ortega Saavedra, el actual presidente inconstitucional de Nicaragua, correrá como candidato presidencial del Frente Sandinista de Liberación Nacional en el proceso electoral del año 2016. Será su séptima vez consecutiva que se postulará a presidente del país. A criterio del exfuncionario público y analista político Carlos Tunnermann, a menos que ocurra un milagro o un desastre, el 10 de enero de 2017, Ortega iniciará un tercer período presidencial consecutivo, por cinco años más en el sillón presidencial. “Entonces su nombre quedará escrito en piedra en la historia del país como el dictador que más años se sentó, a las buenas o a las malas, en la silla presidencial”, dice Tunnermann.
Las intenciones de Ortega de sostenerse en el poder quedaron claras apenas ocho meses después de iniciado su segundo período presidencial inconstitucional en enero del 2012.
Ortega en campaña eterna
El viernes 14 de septiembre de ese año, mientras el país celebraba las fiestas patrias, en el sitio oficialista El 19 Digital se publicó el documento Es el Pueblo, es el Frente, es Daniel, el que va a ganar en cada Gobierno Municipal, una orientación escrita por Rosario Murillo, esposa y consejera de Ortega, donde orientaba a alcaldes y funcionarios de su gobierno a apoyar a Ortega para la campaña electoral del 2016.
Entre arenga y exaltaciones a la figura de Daniel Ortega, así como orientaciones de cara a la campaña de elecciones municipales de ese momento, Murillo ordenó a sus partidarios que toda acción electoral en todos los municipios debe ir encaminada a fortalecer a su marido para que gane las elecciones presidenciales del 2016.
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“Y compañeros, nosotros estamos en campaña ya para el 2016. Compañeros, cada cosa que hacemos es un mojón que ponemos. Nosotros estamos en campaña ¡y el comandante Daniel tiene que ganar las elecciones en el 2016! Y aquí estamos todos, que Dios mediante tengamos salud, estemos vivos, tengamos fortaleza, para ir adelante con nuestro pueblo, ¡con Daniel! Y ese es el ánimo que debe de haber en esta campaña. Es el pueblo, es el frente, es Daniel, el que va a ganar en cada Gobierno Municipal”, dijo Murillo.
El candado que abrió la CSJ
Un año atrás de ese documento Daniel Ortega tenía expresamente prohibido una reelección, pero la Corte Suprema de Justicia determinó en 2011 que la Constitución violaba el derecho de reelección de Ortega y jurídicamente declararon inaplicable el artículo 147 que impedía las reelecciones continuas.
En una primera sentencia, la número 504, de octubre del 2009, la Sala Constitucional de la CSJ dictó que la medida de derecho a reelección beneficiaba únicamente a Ortega en su carácter de recurrente de cara al proceso electoral del 2011.
En el 2010 se produjo la segunda sentencia de la CSJ, firmada en pleno por ese poder del Estado, conocida en términos jurídicos como erga omnes, que significa que es una sentencia no solo para ese caso, sino para todos los casos de cualquier presidente que en el futuro deseara reelegirse, porque no solo rectificó la sentencia 504 de la Sala Constitucional para ese caso específico, sino que la amplió declarando inaplicable el artículo 147 de la Constitución.
Rompen el último candado
En las reformas constitucionales del 2014, con el FSLN dominando la mayoría de los escaños de la Asamblea Nacional por voluntad del Consejo Supremo Electoral, Ortega logró modificar el artículo 147 que establecía que no podrá presidente o vicepresidente de Nicaragua “el que ejerciere o hubiere ejercido en propiedad la Presidencia de la República en cualquier tiempo del período en que se efectúa la elección para el período siguiente, ni el que la hubiera ejercido por dos períodos presidenciales”.
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Los diputados sandinistas lo aprobaron con 63 votos a favor y lo redactaron nuevamente borrando la prohibición a la reelección en el período siguiente y cuando se hubiera ejercido dos mandatos presidenciales.
Así, Ortega quedó listo para postularse en 2016 y en 2021, si así lo decidiera. “Nunca un solo hombre había mostrado tanta sed de poder y acumulación de poder y riquezas que Ortega en la historia del país”, advierte Tunnermann.
Si logra ceñirse por tercera vez consecutiva y por cuarta ocasión en su vida la banda presidencial, Ortega habrá roto desde el 2018 la marca histórica de 16 años como presidente que acumularon los dos dictadores más prolongados de la historia nicaragüense: Anastasio Somoza García, a quien se le imputan veinte en el poder, aunque cuatro de ellos los ejerció desde su puesto de director de la Guardia Nacional; y el caudillo liberal José Santos Zelaya, que se tomó los 16 años de manera consecutiva.
Quizás el Cacique Nicarao
“Habría que revisar el período del cacique Nicarao”, bromea el historiador Nicolás López Maltez, al analizar los períodos que mayor tiempo han pasado en el poder los dictadores de Nicaragua.
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Para él, Ortega casi los veinte años sentados en el poder: “No hay que olvidar que estuvo de 1979 a 1984 como coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional y luego como presidente de 1985 a 1990. Ahí fueron diez años, más otros diez años más que lleva consecutivo desde 2007 a 2016”, detalla.
“Lo único claro que nos demuestra la historia es que ninguno de los tres presidentes que más se han aferrado al poder ha terminado bien. Zelaya cayó por las armas y fue obligado al exilio. A Somoza García lo mataron en 1956, el propio día que celebraba su candidatura para un cuarto período y luego su hijo, Somoza Debayle, quien estuvo como presidente diez años y como jefe de la Guardia otros dos y medio, fue derrocado por los sandinistas en 1979 y un año después también era asesinado”, rememora Tunnermann.
Ortega como Somoza
¿A estas alturas de la historia alguien cree que Ortega se baje del caballo para cederle a otro del FSLN la candidatura y el poder en 2016 o en otro período posterior? La pregunta, hecha a quemarropa a Ana Margarita Vigil, presidenta del Movimiento Renovador Sandinista, disidentes del FSLN y uno de sus más férreos críticos, es respondida de forma tajante.
“No. Y eso contribuirá a garantizar su derrota. Esto es una dictadura porque se robaron los votos para quedarse en el poder, no hay Estado de Derecho, no hay independencia de poderes y sí hay violación y restricción de los derechos ciudadanos. Y pretende ser dinástica porque el poder no es del partido FSLN, sino que se asienta en la familia Ortega Murillo, igual que se asentó en la familia Somoza”.
¿Daniel Ortega forever?
Ningún político nicaragüense se ha postulado más veces a la Presidencia de la República de Nicaragua como Daniel Ortega: 1984, 1990, 1996, 2001, 2006, 2011 y se alista a su séptima candidatura en 2016.
En el año 2009, el famoso periodista británico David Frost entrevistó al presidente inconstitucional Daniel Ortega en Managua, para su programa Frost Over The World, de la cadena Al Jazeera. Ahí Ortega expresó sus deseos de vivir muchos años para permanecer toda su vida en la silla presidencial de Nicaragua: “Mi madre vivió 97 años. Y yo espero poder vivir el tiempo suficiente para contribuir a esta nueva etapa de desarrollo de la revolución”.
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El fin de las sucesiones
Enrique Bolaños fue el presidente 38 de la historia y recibió en el 2001, de manos del presidente de la Asamblea Nacional, Óscar Moncada, una banda presidencial muy corta que no alcanzaba a ser abrochada en su extremo inferior, pese a que su antecesor, Arnoldo Alemán, era más alto y grueso de abdomen. Bolaños proclamó que le gustaría ser recordado como “el mejor presidente de la historia de Nicaragua”. Luego entregó el poder a Ortega en enero del 2007, cuando irónicamente le fue colocada la banda presidencial en sentido inverso al protocolo, por el presidente de la Asamblea Nacional, René Núñez. La sucesión de cambio presidencial, como se venía realizando desde 1990, se detuvo ese año cuando Ortega regresó al poder. En 2012, en medio de acusaciones de fraude electoral de la oposición política, Ortega se volvió a ceñir la cinta azul y blanca y se prepara para volver a ceñirla en 2017.
De bandas y cañonazos
- El 10 de enero del 2007, cuando Daniel Ortega asumió la Presidencia de Nicaragua, se convirtió en el presidente número 39 de la historia del país y su toma de posesión fue la número 53 desde que en 1825, don Manuel Antonio de la Cerda se convirtiera en el primer jefe de Estado de Nicaragua.
- Desde entonces y a la fecha, muchas cosas han pasado el día en que se disparan los 21 cañonazos para despedir a uno y darle la despedida al otro, que regirá los destinos del país.
- El 24 de julio de 1856, cuando William Walker se proclamó presidente de Nicaragua en Granada, con cañonazos incluidos, declaró el inglés como idioma oficial del país y autorizó la esclavitud.
- En mayo de 1947, cuando Anastasio Somoza García entregaba el poder al presidente impuesto por él mismo en elecciones fraudulentas, Leonardo Argüello Barreto, la gente silbaba y cantaba “Se va el caimán, se va el caimán”. A Somoza le molestaba la burla y 26 días más tarde dio golpe de Estado al presidente, luego que este quisiera gobernar con independencia al régimen.
- El doctor Mariano Argüello Vargas, como presidente del Congreso somocista, impuso la banda presidencial a seis presidentes de la República: Anastasio Somoza García, Leonardo Argüello Barreto, Benjamín Lacayo, Víctor Manuel Román y Reyes, Luis Somoza y René Schick.
- En julio de 1979 se dio la entrega de la Presidencia y la estadía más fugaz de un presidente en el poder, al contarse oficialmente menos de 48 horas en el cargo a Mariano Urcuyo Maliaños, quien como presidente del Congreso recibió apuradamente la banda presidencial dejada por el saliente Anastasio Somoza Debayle, quien huyó del país el 17 de julio en medio de la guerra civil que destronó una dinastía familiar de 45 años.
- En 1985, el comandante Daniel Ortega Saavedra, durante la toma de posesión, vestido de militar, declaró a Sandino como “presidente eterno de Nicaragua”.
- Violeta Barrios de Chamorro, electa en las elecciones de 1990, fue la primera mujer en la historia de Nicaragua y de América en ser democráticamente electa para ocupar el cargo de presidenta de la República.
- En abril de 1990, cuando le tocó entregar la banda presidencial a Violeta Barrios de Chamorro, Daniel Ortega llegó de camisa roja informal y pañoleta rojinegra al cuello y le colocó con mucha dificultad la banda a la nueva presidenta, pero del lado contrario que establecía el protocolo: a la izquierda.
- Después de Violeta Barrios de Chamorro, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños asumieron sus mandatos en el mismo estadio nacional de beisbol.
- Cuando Violeta Barrios de Chamorro le entregó la banda presidencial a Arnoldo Alemán fue la primera vez en la historia moderna del país que un régimen civil traspasaba el mando a otro civil en medio de una democracia estable.