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La Libertad, Chontales.11/05/2010. Presidente Daniel Ortega Saavedra junto a la primera dama rosario Murillo durante la entrega de consecion minera B2 Gold. Oscar Navarrete.

Fotorreportaje | Estampas de un amor presidencial

Se conocieron en la infancia y se juntaron en la adultez. Han estado juntos en la gloria y en el infierno. Y hoy son la pareja con más poder de Nicaragua. Este es un recuento fotográfico por sus vidas.

Seis años mayor él que ella, Daniel Ortega (1945) y Rosario Murillo (1951) se conocieron a temprana edad en el barrio San Antonio de la Vieja Managua. Pero en ese primer momento no cruzaron mayor palabra. Ella era amiga de Camilo Ortega, hermano de Daniel. El tiempo los separó pero los reencontró años después en un museo de Caracas, Venezuela, exactamente en 1977. Para ese tiempo Rosario ya había estado casada dos veces y había tenido tres hijos. Ortega estaba en el exilio. En Caracas comenzó la historia de amor y poder de la ahora pareja presidencial.

En los 40 años de relación, se les ha visto juntos en los mejores y en los peores momentos. Uno de los más difíciles fue cuando Murillo apoyó a Ortega después de que su hija Zoilamérica lo denunció de haber abusado sexualmente de ella cuando era niña. Según aseguró Zoilamérica a LA PRENSA, Murillo siempre supo pero declaró a favor de él a cambio del poder.

A través de fotografías, Domingo le trae un repaso por la vida de la actual pareja presidencial que dominan y dirigen el país, imponiendo las excentricidades de Murillo y el sistema dictatorial de Ortega.

 

La relación entre Ortega y Murillo no es convencional. “El problema es que nosotros tenemos una relación muy particular, que no se entiende mucho y pienso tiene que ver con la defensa que (yo por lo menos) siempre he hecho (y él también a su manera) de tener una relación en la que no intervienen los cargos ni las formalidades; una relación entre un hombre y una mujer”, dijo en la última entrevista que le dio al diario LA PRENSA en 1990, cuando se le preguntó de una posible separación con Ortega. LA PRENSA/ ARCHIVO
La relación entre Ortega y Murillo no es convencional. “El problema es que nosotros tenemos una relación muy particular, que no se entiende mucho y pienso tiene que ver con la defensa que (yo por lo menos) siempre he hecho (y él también a su manera) de tener una relación en la que no intervienen los cargos ni las formalidades; una relación entre un hombre y una mujer”, dijo en la última entrevista que le dio al diario LA PRENSA en 1990, cuando se le preguntó de una posible separación con Ortega. LA PRENSA/ ARCHIVO.

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En los años ochenta, Rosario Murillo toma una actitud distante del poder porque Ortega no la respaldaba. Entonces funda la Asociación Sandinista de Trabajadores de la Cultura (ASTC) y se aleja públicamente de él. Fotografía tomada en 1996. LA PRENSA/ Francisco Larios
En los años ochenta, Rosario Murillo toma una actitud distante del poder porque Ortega no la respaldaba. Entonces funda la Asociación Sandinista de Trabajadores de la Cultura (ASTC) y se aleja públicamente de él. Fotografía tomada en 1996. LA PRENSA/ Francisco Larios
A finales de los ochenta, Daniel Ortega rechazó el apoyo de Murillo y ella desapareció del ojo público. Decidió hacerse un cambio radical en su aspecto y personalidad, pues hasta entonces había seguido los protocolos diplomáticos. Se cortó el cabello al estilo varonil y comenzó a vestir extravagantemente. LA PRENSA/ ARCHIVO
A finales de los ochenta, Daniel Ortega rechazó el apoyo de Murillo y ella desapareció del ojo público. Decidió hacerse un cambio radical en su aspecto y personalidad, pues hasta entonces había seguido los protocolos diplomáticos. Se cortó el cabello al estilo varonil y comenzó a vestir extravagantemente. LA PRENSA/ ARCHIVO

Además: Ortega y Murillo: Una pareja de poder

En las elecciones presidenciales de 1990 nadie esperaba que el Frente Sandinista perdiera. Días antes Ortega le pidió a Murillo que lo acompañara en el cierre de campaña y ella aceptó dudosa. Tenía tiempo de no aparecer públicamente. LAPRENSA/ARCHIVO
En las elecciones presidenciales de 1990 nadie esperaba que el Frente Sandinista perdiera. Días antes Ortega le pidió a Murillo que lo acompañara en el cierre de campaña y ella aceptó dudosa. Tenía tiempo de no aparecer públicamente. LAPRENSA/ARCHIVO
El estilo de Murillo ha influido en la personalidad de Ortega. Ella, después de usar un estilo de ropa protocolario durante la primera década que el FSLN estuvo en el poder, usó ropa extravagante y más arriesgada. Su gusto por el vestir también ha tratado de influirlo en su esposo. LA PRENSA/Bismarck Picado
El estilo de Murillo ha influido en la personalidad de Ortega. Ella, después de usar un estilo de ropa  Protocolario durante la primera década que el FSLN estuvo en el poder, usó ropa extravagante y más arriesgada. Su gusto por el vestir también ha tratado de influirlo en su esposo. LA PRENSA/Bismarck Picado
En 1998 Zoilamérica Narváez acusó públicamente a su padre adoptivo, Daniel Ortega, de haber abusado sexualmente de ella. Murillo, en rueda de prensa, aseguró sentirse avergonzada de su hija por querer destruir la imagen de Ortega y dijo que su hija era una mitómana. LA PRENSA/ ARCHIVO
En 1998 Zoilamérica Narváez acusó públicamente a su padre adoptivo, Daniel Ortega, de haber abusado sexualmente de ella. Murillo, en rueda de prensa, aseguró sentirse avergonzada de su hija por querer destruir la imagen de Ortega y dijo que su hija era una mitómana. LA PRENSA/ ARCHIVO

Lea también: El poder de los Ortega Murillo

Después que Daniel Ortega regresó al poder en 2007, Murillo fungió como vicepresidenta y coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía. Desde ese momento se vio cómo cobraba fuerza y poder para, diez años después, convertirse en vicepresidenta del país al lado de su esposo. LA PRENSA/ ARCHIVO
Después que Daniel Ortega regresó al poder en 2007, Murillo fungió como vicepresidenta y coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía. Desde ese momento se vio cómo cobraba fuerza y poder para, diez años después, convertirse en vicepresidenta del país al lado de su esposo. LA PRENSA/ ARCHIVO

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