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Justicia internacional patafísica

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El jueves 23 de enero de 2025, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) dio a conocer su sentencia sobre las elecciones del 6 de noviembre de 2011 en Nicaragua, en las que Daniel Ortega se reeligió como presidente de manera irregular, contrariando hasta la misma Constitución Política de la nación.

Parece mentira, o una burla, pero es verdad y en serio: para dictar esa sentencia con la que supuestamente hace justicia en el caso, la Corte IDH se tomó más de 13 años. En ese tiempo Daniel Ortega se reeligió otras dos veces e igualmente de manera tan irregular como en 2011.

Siempre se ha dicho y se da como algo común que la justicia es lenta. Y que cuando se trata de la justicia internacional tarda más todavía. Como consuelo se acuñó el supuesto principio de que la justicia, aunque tarda siempre llega. Lo cual  fue rebatido ya en el siglo primero después de Cristo con la sentencia que se atribuye al filósofo político romano, Séneca, de que la justicia tardía no es justicia.

Además, en el caso de la justicia internacional, aunque quienes la imparten dictaran sus sentencias con rapidez, sobre todo cuando se trata de violaciones graves a los derechos humanos, los que detentan el poder no les hacen caso.

En lo que se refiere a las elecciones en Nicaragua de noviembre de 2011, cabe recordar que el Centro Carter resumió su valoración señalando que fueron “un punto de quiebre en el que se redistribuyó el poder político, se imprimió un golpe negativo a la democracia nicaragüense y se revelaron los límites de la Carta Democrática Interamericana y de la observación electoral”.

Precisó el Centro Carter que “las elecciones realizadas en 2011 en Nicaragua no fueron transparentes y ninguno de los partidos de oposición aceptó los resultados. Observadores fidedignos, tanto nacionales como internacionales, catalogaron una importante cantidad de irregularidades como graves y no pudieron verificar los resultados de la elección. Resulta particularmente revelador que muchos de los problemas surgiesen de las autoridades electorales, en lugar de haber sido remediados por ellas”.

Precisamente por eso fue que el candidato de la oposición democrática a quien le fue robada la elección, apeló ante la Corte IDH en busca de justicia. Y esta ha venido a darle la razón y a descalificar la farsa electoral del 6 de noviembre de 2011… ¡13 años y 2 meses después!

Con toda razón podemos decir que la justicia internacional en general, pero sobre todo en el ámbito de los derechos humanos, es una justicia patafísica, o sea imaginaria, según el concepto acuñado por el escritor francés Alfred Jarry (1873-1907) a fines del siglo XIX.

Jarry definió la patafísica como “la ciencia de las soluciones imaginarias”, aquellas que solo están en la cabeza de personas fantasiosas e ilusas y por tanto no se corresponden con la realidad. Y no sirven en absoluto para resolver los problemas verdaderos de la gente, de la sociedad y del mundo.

Con base en esa idea genial de Alfred Jarry, algún tiempo después de su muerte un grupo de renombrados intelectuales y artistas de diferentes países formaron el Colegio de la Patafísica, al que definieron como “una sociedad docta e inútil dedicada al estudio de las soluciones imaginarias”.

Como inútiles e imaginarias son las sentencias de la justicia internacional cuando supuestamente son a favor de las víctimas de los abusos de poder y las violaciones a los derechos humanos.   

Editorial

COMENTARIOS

  1. Hace 3 semanas

    Me parece que son patafisicos los que no se unieron ni se unen desde 2018 porque todos quieren ser Presidente, y que todos los dias expresan que un cambio en Nicaragua esta muy proximo segun los «analisis» que hacen sobre resoluciones de la SDIH, de la CPI, de la OEA, de la ONU, de la UE, de la ABCDEFGH,etc. y que actualmente por su desprestigio, torpeza, incapacidad y desunion ya no son nadie ni nada ni representan ninguna esperanza de lograr un cambio en Nicaragua.

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