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Monte Kilimanjaro, Nelsón Miranda

LA PRENSA/Cortesía

El matagalpino que escaló el Kilimanjaro y ha viajado a 28 países en dos años  

Nelson Miranda Villagra se declara un viajero apasionado y a sus 32 años ha visitado 50 países. Esta es su historia.

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El nicaragüense Nelson José Miranda recibió el año nuevo escalando el monte Kilimanjaro, la montaña más alta de África y una de las siete cumbres más altas del mundo. No fue un viaje planeado, asegura, pues desde hace dos años y medio recorre el mundo.  

El viaje inició el 31 de diciembre y duró seis días. Lo hizo a través de un tour que ofrecen en el pueblo de Moshi, que es el punto de partida, junto con otros tres turistas, de origen japonés, que también tenían como meta llegar a la cumbre.  

Miranda es originario de Matagalpa y tiene 32 años. Desde pequeño, cuenta, sintió el deseo de viajar y conocer nuevos lugares. “Tuve como esa curiosidad por andar de pata de perro, como decimos en Nicaragua”, dice a LA PRENSA.  

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Salió de Nicaragua en 2020 y tras andar por varios lugares se estableció en Brasil un par de años. “Siempre quise desarrollar un poco más esa pasión que tenía por viajar, ya había hecho como que unos viajes y todo eso, así como mochilero, siempre en Nicaragua, como descubriendo nuevos lugares y todo eso”, dice Miranda, quien es ingeniero civil de profesión.   

Luego, en agosto de 2022, decidió conocer más de Sudamérica y terminó moviéndose hacia Europa, Asia y África. Miranda confiesa que todo ha sido espontáneo, pues nunca planeó que su viaje duraría más de dos años. “En ese momento yo estaba dando clases de inglés en línea y me di cuenta, así como que, bueno me podía llevar mi computadora y al mismo tiempo estar como que viajando”, relata.  

Hasta la fecha, el nicaragüense ha viajado a 50 países y en estos últimos dos años y medio ha estado en 28 países y 83 ciudades diferentes.  

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Miranda cuenta que para viajar usa plataformas como CouchSurfing, una comunidad de viajeros que brinda alojamiento, y hacer voluntariados a cambio de comida y habitaciones le permitió sortear el costo de sus viajes, pues el sueldo que recibía como profesor de inglés no era muy alto. Sin embargo, “desde hace más de un año conseguí un trabajo en línea que me ha permitido pues tener ingresos un poco bastante mejores”, cuenta Miranda, quien brinda consultorías de ingeniería.  

Su llegada al Kilimanjaro 

Para llegar al monte Kilimanjaro, ubicado en Tanzania, Miranda viajó por Kenia y Etiopía en carretera usando el transporte público, ya que había decidido visitar la parte oriental de África en un segundo viaje por el continente. “Quería como que ver las otras caras de África, así como no tan conocidas y lugares que quizá la gente no visita tanto”, comenta. 

Antes, el nicaragüense había estado en Turquía, Mauritania, Senegal, Cabo Verde, Egipto, Bulgaria, Grecia, Rumania, Moldova, Albania, Macedonia del Norte, Kosovo, Irlanda, Reino Unido, España, Italia.  

Una vez en Tanzania, Miranda decidió visitar Moshi, uno de los pueblos cercanos al monte Kilimanjaro. “Nunca había escalado un cerro, una montaña de tanta altura porque el Kilimanjaro tiene 5,895 metros sobre el nivel del mar, así que es bastante alto y bueno no me aguanté las ganas y dije: ´Bueno lo voy a hacer, o al menos lo voy a intentar’”, relata Miranda, quien admite que no tenía una preparación física previa para escalar la montaña. Para él, llevar una actitud positiva y hacer caso a la recomendación de caminar muy despacio fue la clave, pues las condiciones son extremas. 

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Miranda dice que tuvo buenos compañeros en el tour y que los guías estaban pendientes de su salud, además cuenta que sufrió el llamado mal de altura cuanto estaba en los 5,500 metros. “Fue un reto increíble, o sea, yo sentía como que ya no podía más, o sea, yo estaba como al borde, pero igual con la mente enfocada que quería terminarlo, no quería dejar todo como que tirar todo por la borda y regresarme”, relata Miranda, quien experimentó nostalgia cuando pudo observar la cumbre de la montaña entre la nieve durante el amanecer del quinto día. A pesar de sentirse exhausto, dice que recordó entre nostalgia y lágrimas a su familia, su viaje, a Nicaragua y todo lo que había hecho.  

El nicaragüense tampoco pudo contener la emoción cuando llegó a la cumbre del Kilimanjaro. “Me sentí con una satisfacción increíble, volví a llorar un montón, en ese momento lo primero que se me pasó por la mente fue sacar la Bandera de Nicaragua de mi mochila”, cuenta Miranda, quien se tuvo que tomar rápidamente una foto, para inmortalizar el momento, pues no podía permanecer mucho tiempo en el lugar por el clima.  

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El regreso, cuenta Miranda, le llevó dos días y tras tomar un descanso en el pueblito de Moshi, viajaría a Zambia, luego a Zimbabue, para regresar a Brasil y retomar su rutina. “Han sido dos años y medio de andar del timbo al tambo, conociendo y ha sido extremadamente fascinante, una parte de mi vida extremadamente hermosa, que la valoro mucho”, dice Miranda, quien está seguro de que seguirá viajando por el mundo.  

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