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Los Ortega Murillo tenían al BID y al Banco Mundial entre los organismos multilaterales que más préstamos les facilitaban, pero desde 2018 han ido perdiendo esas fuentes de financiamiento, por lo que barajan otras opciones. LA PRENSA/ ARTE

Los financiadores del régimen Ortega Murillo o ¿de dónde saca plata la dictadura?

La dictadura enfrenta serios problemas de financiamiento porque las remesas no son ideales para el crecimiento económico del país, en el BCIE ya no está Dante Mossi, China presta con intereses leoninos y el pueblo ya no aguanta una sobrecarga de impuestos.

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La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo intenta hacer creer que realizan una buena gestión económica en el país, pero omiten decir que tienen un problema serio: a partir de la crisis sociopolítica de 2018 se están quedando sin organismos multilaterales o países que les hagan préstamos o donaciones.

En 2017, por ejemplo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le otorgó en préstamos al régimen un total de 305 millones de dólares. Mientras que, en este 2024, el BID solo entregó 47.8 millones de dólares.

Algo similar ha ocurrido con el Banco Mundial (BM), que en 2017 otorgó 89.7 millones de dólares, pero en este 2024 fueron 47.7 millones de dólares.

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Economistas, como Juan Sebastián Chamorro, explican que si todavía el régimen reporta recursos provenientes del BID y del BM se debe a que el país fue afectado recientemente por dos huracanes y por la pandemia de covid-19, es decir, se trata de préstamos para temas humanitarios, pero no son para infraestructura ni otro rubro que beneficie la economía de la dictadura.

En el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI), tiene más tiempo sin otorgar préstamos a la dictadura, a pesar de que sí ha emitido informes que le dan una buena imagen al régimen de cara a alentar a que al país lleguen inversionistas internacionales.

El BCIE es actualmente el principal financiador de la dictadura Ortega Murillo, pero eso puede cambiar porque hay nueva presidencia en ese organismo. LA PRENSA/ AFP

El organismo multilateral que sí está apoyando a la dictadura actualmente es el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que está convertido en el principal financiador de la dictadura. En este año 2024, le desembolso préstamos por 549.2 millones de dólares.

Un segundo gran financiador que tiene la dictadura es China, pero estos préstamos aún no se reflejan en los números del Banco Central de Nicaragua (BCN) porque todavía están en acuerdos, y se podrían ver hasta en el próximo año 2025, señala un experto en temas financieros que pide anonimato.

Una economía sostenida en las remesas

Los créditos internacionales que el régimen recibía del BID o del Banco Mundial eran muy importantes porque le ayudaban a aliviar la carga en el presupuesto de la nación a la hora de invertir en proyectos de educación, salud o infraestructura, explica el economista Enrique Sáenz, porque le financiaban construcciones de hospitales, escuelas, carreteras o programas de educación.

“La cooperación internacional no es despreciable”, indica Sáenz.

Sin embargo, añade, ahora la dictadura Ortega Murillo está recibiendo como “caídos del cielo” unos cinco mil millones de dólares que anualmente entran al país producto de las remesas que envían los miles de nicaragüenses que han tenido que salir ya sea por razones económicas o políticas.

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La migración de los nicaragüenses a los Ortega Murillo les sirve para “hacer flotar la economía” y para alardear de crecimiento económico debido a que a los dos meses de estar fuera del país esos connacionales comienzan a enviar remesas.

“El sostén de la economía nicaragüense es el sacrificio de los nicaragüenses en el exterior”, acusa Sáenz.

Un aproximado de cinco mil millones de dólares entran anualmente a Nicaragua en concepto de remesas. LA PRENSA/ ARCHIVO

El dinero de las remesas impacta en la economía nacional porque la gente lo ocupa para consumir dentro del país, lo cual beneficia al sector empresarial, pero también al régimen porque capta más impuestos.

“La mayoría de las remesas van al consumo, que la gente compra una camisa, paga el colegio, compra frijoles, queso, el ron. Y el consumo es uno de los motores del crecimiento económico, un consumo que es derivado de las remesas”, señala el economista.

Las remesas, agrega Sáenz, representan cerca del 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, lo que convierte a Nicaragua en el principal país en América Latina en depender de estos envíos de dinero.

“Ovidio (Reyes, presidente del BCN) anuncia que hay reservas internacionales récord, pero no es porque las exportaciones estén creciendo, porque están estancadas. Tampoco es por volumen cuantioso de créditos internacionales, sino que es por las remesas, que por ser en dólares alimentan las reservas del Banco Central”, asevera.

El problema —según manifiestan tanto Sáenz como el experto que pide anonimato— es que ese crecimiento económico del que se jacta la dictadura, producto de las remesas y de los impuestos que generan, no se traduce en mejores empleos formales ni en mejores salarios, mucho menos en mejores condiciones de vida para los nicaragüenses.

Por su parte, el experto indica que, más que recibir remesas, preferiría que en el país se generaran más empleos formales, pero las empresas o negocios están teniendo problemas con eso, debido a que el régimen ha hecho de Nicaragua el país en Centroamérica donde hay más carga tributaria, es decir, donde se pagan más impuestos.

“Veo un vínculo entre la carga tributaria y los costos de producción. Los negocios tienen problemas para generar empleo formal. Lo reducen y prefieren subcontratar para evitar las cargas asociadas al empleo formal. El país necesita más recursos fiscales para solventar las demandas sociales, pero a la misma vez la carga tiene un impacto negativo para crear empleo formal. Yo preferiría generación de empleo formal”, manifiesta.

El BCIE y China

En la actualidad, se puede decir que los principales financiadores de la dictadura Ortega Murillo son, en primer lugar, el BCIE y, en segundo, la China comunista, explican Juan Sebastián Chamorro y Enrique Sáenz.

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En el caso de China, son cientos de millones de dólares los que tienen previstos “colocar” en Nicaragua, indica Chamorro. “Solo en el aeropuerto de Punta Huete son 400 millones de dólares, y a eso hay que sumarle las diferentes etapas de la carretera costanera, dos generadoras de energía fotovoltaica y el puerto de aguas profundas en Bluefields”, expresa.

Sin embargo, con estos dos “financiadores” los Ortega Murillo corren muchos riesgos.

La dictadura tiene varios acuerdos firmados con China comunista, que podría empezar a desembolsar dinero en 2025. LA PRENSA/ ARCHIVO/ MEDIOS OFICIALISTAS

El BCIE estuvo manejado hasta hace poco por un amigo de ellos, el hondureño Dante Mossi, quien les ayudaba a facilitar préstamos, pero ahora hay una nueva presidenta, la costarricense Gisela Sánchez, quien tiene una administración “más técnica y menos politizada” que la de Mossi. De hecho, asegura el experto que pide anonimato, con Sánchez el monto de operaciones de nuevos recursos se bajó y actualmente “solo se está desembolsando la plata que se negoció en los últimos años”.

Es decir, en los próximos informes de la dictadura se seguirá viendo préstamos provenientes del BCIE, pero no será porque haya aprobaciones nuevas, sino que será por los aprobados durante la época de Mossi. “Los recursos nuevos del BCIE han descendido”, afirma el especialista.

China también representa riesgos para el régimen, manifiesta Juan Sebastián Chamorro, porque, a diferencia del BID o el Banco Mundial, que son bancos creados para apoyar el desarrollo de los países y que ofrecen en sus préstamos tasas preferenciales, mayores plazos de pagos, China no es un banco y sus préstamos son con intereses “leoninos”, pagos por adelantado y otras exigencias.

Por su parte, Enrique Sáenz no tiene claro aun si los préstamos de China repercutirán realmente en el crecimiento económico del país.

Una economía “a la baja”

Cada uno de los actuales principales financiadores de la dictadura Ortega Murillo presentan muchos riesgos, indica el experto que pide anonimato, lo que hace que la economía del régimen tenga muchos “desafíos para crecer” y más bien “tiende a la baja”.

Dante Mossi, a la derecha, fue quien convirtió al BCIE en el principal prestamista del régimen Ortega Murillo. LA PRENSA/ ARCHIVO

Las remesas no son lo ideal para la economía del país, pues es preferible la generación de empleo formal que la fuga del país de su recurso humano convertido en migrantes. El cambio de presidente en el BCIE hará que este organismo cada vez vaya aprobando menos crédito para el régimen. Los chinos no son una garantía y más bien se estaría creando con ellos una enorme deuda. Y, los impuestos, que cada vez son una carga mayor para los nicaragüenses, no ayudan a que las empresas o negocios puedan crear el empleo formal que tanto se necesita, resumen los economistas consultados.

El experto en temas económicos asevera que, aunque los números de la dictadura hacen ver que la economía del país está creciendo, al nivel de sus mejores tiempos previos al 2018, son muchos los desafíos que enfrenta. En tanto, Enrique Sáenz afirma que la salud económica del país se sustenta en “el sufrimiento de los nicaragüenses”.

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