El 11 de marzo de 2022, el nicaragüense Alberto, de 41 años, —quien ese momento era padre soltero de un menor de 11 años— tenía dos años de haber sido despedido de la empresa a la que laboró por una década por “pensar diferente”, en medio del contexto represivo que se vive en Nicaragua. En ese momento no le quedó de otra que migrar a España con el sueño de que su hijo se pudiera reencontrar en ese país con su mamá, y en busca de mejores oportunidades laborales.
“Yo salí de Nicaragua por la situación económica, social y política. Me informé de cómo migrar, le pregunté a conocidos y me decían aquí hay trabajo, podés tener una mejor vida, entonces salió la idea de venir a buscar nuevos horizontes, una oportunidad de darle a mi hijo que volviera a ver a su mamá, porque él tenía 4 años que no la miraba porque en 2017 se vino a España”, contó Alberto a LA PRENSA.
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Para viajar, el hombre originario de una comunidad de Sébaco, Matagalpa, tuvo que hacerse de una deuda de cerca de 5,000 dólares. “Gasté más de 2,000 dólares en boletos, ida y regreso, también incluían hoteles; también traje al menos 1,000 euros porque entramos como turistas con el argumento de que venimos a ver a la mamá del niño por un mes y después nos regresábamos”, relató el nicaragüense.
Desde ese día, dejó a su hijo con su mamá en Madrid y él buscó llegar a Utrera, Sevilla, dado a que es reconocido por los mismos migrantes como una zona de trabajo agrícola. “Unos conocidos me dijeron que había trabajo en el campo y me vine a aventurar, al día siguiente que vine empecé a trabajar, gracias a Dios, empecé cortando brócoli”, apuntó Alberto.
“La limitante siempre son los documentos”
Los dos años y medio que tiene de estar en España le ha tocado trabajar en el campo cortando brócoli, naranja, pimiento (chiltoma) y otras verduras y frutas, aunque confiesa que la principal limitante siempre han sido los documentos para trabajar legalmente en ese país.
“Aquí a veces cuesta encontrar trabajo por los documentos, porque los dueños de las fincas siempre los piden, porque si contratan a personas sin papeles los multan como con 10 mil euros. Hay casos que tenés que andar prestando nombres de otras personas que tengan el Número de Identidad de Extranjero (NIE) así te reportás, pero cuando caen las inspecciones de la Seguridad Social te toca esconderte, salir corriendo, para que no multen al de la finca ni al encargado que anda con nosotros y esperamos el nuevo aviso para volver al trabajo”, rememoró Alberto.
Las semanas que le iba bien como trabajador del campo en Sevilla sacaba entre 200 y 300 euros, y si le iba mal, por condiciones climáticas, entre 100 a 150 euros.
En Nicaragua, Alberto trabajaba en empresas que importaban café en la zona del Corredor Seco del país. “Empecé cargando sacos y escalé a la parte administrativa como supervisor y haciendo trámites de exportaciones, yo estudié un técnico en contabilidad, pero con todo lo de 2018, como apoyé y opinaba, los jefes que tenía eran afines al gobierno y me despidieron en 2019, así quede sin trabajo”, describió.
Ahora el nicaragüense trabaja como encargado de un almacén de mueblería. “Con mucha suerte encontré este trabajo y me aceptaron. Apliqué a una entrevista y mandé mi experiencia en Nicaragua, lo que podía hacer y había hecho toda mi vida en mi país, planteé que yo no tenía documentos, me aceptaron así y claro el jefe me dijo que tengo que regularizarme pronto, porque él no me puede tener mucho tiempo así, porque es un riesgo para él”, confió Alberto.
Se abren nuevas puertas para la regularización
Este nicaragüense es uno de los 900 mil migrantes irregulares en España que podrán regularizar su estatus migratorio, dado a que el gobierno de ese país aprobó un nuevo Reglamento de Extranjería que representa un cambio legal para impulsar una regularización masiva de migrantes.
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El Reglamento de Extranjería fue propuesto por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones español, que busca beneficiar a extranjeros en situación irregular quienes podrán legalizar su situación en el país en los próximos tres años tras los cambios aprobados.
Hasta antes del estallido de la crisis sociopolítica en Nicaragua, como consecuencia de la brutal represión ejercida por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, España acogía a al menos 30 mil nicaragüenses, cifra que en los últimos años se duplicó y en 2022 pasó a 60,681 connacionales, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas.
“Me alegra e ilusiona saber que sí vamos a poder regularizarnos”
Alberto expresó que cuando se dio cuenta de la noticia del nuevo Reglamento de Extranjería se alegró, ya podrían quedar atrás cada una de las dificultades a las que se enfrentan los migrantes sin documentos en ese país, que van desde conseguir trabajo y una buena remuneración remuneración; a la ausencia de seguridad social y el escaso acceso a la salud.
“En marzo yo cumplo tres años y sí me alegra e ilusiona saber que vamos a poder regularizarnos en este país”, expresó.
Aunque también compartió que ojalá que se haga realidad y cumplan a cabalidad dado a que “a la hora llegada ya cuando están a punto de comenzar a implementarla se replantean, así pasó hace poco que decían que todos los que habíamos entrado antes del 1 de noviembre de 2021 y 31 de diciembre de 2023 podríamos regularizarnos y al final no ocurrió”.
A lo que se refiere Alberto fue a la propuesta de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) de regularización de más de medio millón de extranjeros en España en situación irregular, sin papeles, hasta el 1 de noviembre de 2021; sin embargo, otros grupos parlamentarios propusieron que el proceso extraordinario de regularización se aplique también a los extranjeros que llegaron a España antes del 31 de diciembre de 2023.
En ese momento, dijo Alberto, no logró regularizarse en España dado a que cuando él llegó podía legalizarse por medio de la solicitud de asilo político por la situación de Nicaragua, sin embargo, “como habemos muchos latinoamericanos, de Nicaragua, Venezuela, Colombia y otros país, las oficinas encargadas se saturas y se me hizo difícil encontrar una cita que la tenía que hacer en línea, yo tenía seis meses para hacerlo y nunca logré concretar una”.
De acuerdo a datos de la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior de España de 2018 al 31 de octubre de 2024, un total de 18,943 nicaragüenses presentaron sus casos de asilo en territorio europeo, del total a 4,043 se les concedió el asilo y 7,994 obtuvieron una resolución desfavorable.
El restante, en su mayoría, fue archivado, por el desistimiento voluntario de los solicitante, y una pequeña parte los recursos interpuestos por vía administrativa o judicial contra resoluciones de protección internacional fueron desestimados.
Es importante señalar que los datos ofrecidos por las autoridades españolas son un subregistro de la migración nicaragüense a ese país en el contexto de la crisis, debido a que hay personas que llegan y no han logrado procesar su solicitud de asilo debido a la sobrecarga de trabajo en las oficinas de Extranjería, como el caso de Alberto.
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El nicaragüense aguarda con esperanza poder regularizarte. Sobre su hijo, contó que por la mamá que contrajo matrimonio con un nacionalizado español, cuenta con la residencia permanente en ese país.
“A mí me ilusiona porque quisiera estar en otras condiciones en cuanto a salud, opciones laborales, con documentos aquí podés homologar tu licencia de conducir, adquirir préstamos. Para mí España sigue siendo una opción de vida, ahora más porque mi hijo está aquí bien con su mamá, y porque si me legalizo puedo ayudar a mi familia en Nicaragua, a mi mamá, que cuando me queda algo le mando dinero”, concluyó.
En qué consiste el nuevo reglamento
El reglamento establece nuevas figuras de arraigo, una fórmula contemplada en la ley española por la que un extranjero en situación irregular en España puede regularizar su situación cuando existan vínculos con el lugar en el que reside, ya sean de tipo económico, social, familiar, laboral o formativo.
“Somos el único país de la Unión Europea que dispone de una figura específica para regularizar a las personas día a día a través del arraigo”, dijo la ministra Elma Saiz.
A su vez, Saiz insistió que “el objetivo es reforzar y ampliar las vías de acceso a la regularización de las personas migrantes que están en España para que puedan llevar una vida plena como ciudadanos”.
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Enseguida la funcionaria española agregó que “el Reglamento abre puertas que antes estaban cerradas mediante tres llaves: la formación, el empleo y la familia. Tres llaves que nos llevan a la inclusión, pero siendo muy exigentes con los requisitos jurídicos y exquisitos con los derechos humanos”.
Entre las novedades, esta modificación reduce el tiempo de permanencia en España necesario para acceder a las figuras de arraigo de tres a dos años, también se amplía la duración del visado para la búsqueda de empleo de tres meses a un año, e incorpora mecanismos de protección para los trabajadores migrantes de temporada y refuerza la reagrupación familiar.
Una de las principales novedades del nuevo reglamento es la reformulación de las figuras de arraigo, el mecanismo que permite a las personas extrajeras que residen en España en situación administrativa irregular conseguir los papeles y que ha sido puesto en valor por la ministra por ser único en la Unión Europea (UE).