Una serie de factores internos y externos provocan desde el año pasado una caída cercana al 30 por ciento, tanto en el volumen de producción como en el valor de las exportaciones del camarón de cultivo, segundo producto más importante de la oferta acuícola y pesquera nicaragüense. Y aunque como ocurre con otras crisis esta también es ignorada. El régimen Ortega Murillo buscó el apoyo del Ministerio de Agricultura chino y le ofreció aprovechar juntos el potencial de producción de atún, langosta, camarón, pepino de mar, cangrejo, pulpo y calamar, entre otras especies marinas.
Según los reportes de comercio exterior del Banco Central de Nicaragua (BCN) en 2022 se exportaron 11.38 millones de libras de camarón de cultivo y estas ventas generaron 31.33 millones de dólares, ya que en promedio cada libra se vendió a 2.8 dólares. Pero desde el año pasado una serie de factores, tanto externos como internos, han provocado una caída significativa en la producción y exportación de este producto.
Según medios especializados en acuicultura, la caída en la demanda del camarón de cultivo en algunos países asiáticos, entre ellos China, junto a los efectos de las olas de calor, temporadas de lluvias irregulares, y el incremento de la producción principalmente en Ecuador, han provocado inestabilidad en el precio y han afectado la producción en algunos países, entre ellos Nicaragua.
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Ofrecen potencial del camarón y otras especies
Esto se reflejó en las exportaciones nicaragüenses ya que en 2023 solo se enviaron al exterior 5.80 millones de libras de camarón de cultivo, es decir la mitad con respecto al año anterior. Esta merma se sumó a la reducción de diez centavos de dólar en el precio promedio por libra que pagó el mercado internacional y juntos redujeron los ingresos obtenidos por estas ventas a 15.91 millones de dólares, la mitad de lo obtenido en 2022.
Entre enero y julio de 2024 la tendencia de reducción se mantuvo. En este lapso Nicaragua sólo colocó en el mercado internacional 3.24 millones de libras de camarón de cultivo, por las que obtuvo 8.46 millones de dólares. A esta reducción también contribuyó otra reducción de diez centavos de dólar en el precio promedio de venta de este producto.
Nicaragua ha compensado la caída en la producción y exportación de camarones de cultivo con el incremento de la captura y exportación de langosta y de peces frescos. Desafortunadamente el precio promedio de venta de la langosta se desplomó, pasó de 18.20 dólares por libra en 2022 a 10.90 en 2024. Estas caídas se han compensado con el incremento en el volumen de exportación de otras especies como camarón marino, atún y pepino de mar.
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Ingresos se reducen en casi US$50 millones
Sin embargo, estas dificultades han impactado en los ingresos que generan las exportaciones del sector acuícola y pesquero, especialmente las que realizan las empresas que operan bajo el régimen preferencial de Zona Franca donde se encuentran las principales camaroneras.
Según los reportes del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific), en 2021 las exportaciones totales de este sector, es decir las del régimen general y las de Zona Franca generaron 306.45 millones de dólares y al año siguiente subieron a 311.11 millones. Pero en 2023 disminuyeron en casi 50 millones de dólares y entre enero y julio de este año sólo han generado 163.40 millones de dólares.
Dirigentes del sector, que por temor a represalias evitan identificarse, mantienen que los efectos del clima, principalmente en las zonas costeras del océano Pacífico, son la principal causa de esta reducción en la producción. Pero admiten que la caída de los precios en el mercado internacional, por exceso de oferta, desincentiva la producción, ya que los costos de producción crecieron mucho y si el precio del mercado internacional está muy bajo no los cubre, entonces las granjas camaroneras optan por reducir o suspender la producción.
Pesca y acuicultura pierden productividad
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, conocida mundialmente como FAO, advierte que los cambios que está generando el calentamiento global están reduciendo la productividad en la pesca y en la acuicultura.
En medio de estas dificultades el régimen sigue apostando a que su nuevo aliado político le ayudará a superar estos obstáculos. Recientemente, se reunieron con Sun Haiwen, director adjunto del buró de Pesca del Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de la República Popular China y con representantes de la Asociación China de Pesca en el Extranjero.
Según información divulgada por medios oficialistas, durante el encuentro Sun Haiwen, destacó el interés de esa nación “para forjar una relación mutuamente beneficiosa con Nicaragua para el aprovechamiento de especies de alto valor agregado como el atún… la captura de langosta, camarón, pepino de mar, cangrejo, pulpo, calamar y en el desarrollo de la acuicultura, sector en la que China tiene tecnología y conocimientos muy avanzados”.
Los dirigentes del sector no descartan que empresas chinas vengan a establecerse al país pare explotar, con la tecnología de punta que efectivamente poseen, el potencial pesquero y acuícola del país que todavía no es aprovechado. Sin embargo, no están seguros qué tan beneficioso para el país es entregar ese recuso a más empresas extranjeras, ya que las más grandes que ya funcionan son de capital extranjero, principalmente español.