En esta época dominada por algoritmos y métricas que han trastocado el estilo tradicional con que se ha jugado el beisbol, los Yanquis y los Dodgers han mostrado una grandeza que va por encima de los números y, como en los viejos tiempos, se han citado a partir del viernes 25 de octubre en Los Ángeles en la Serie Mundial de las Grandes Ligas.
Después de 43 años, la Serie Mundial más esperada está a punto de suceder. La rivalidad más grande y definitiva del beisbol se ha revitalizado luego de que dos equipos de talento masivo han sobrevivido a través de un largo y sinuoso trayecto que les ha obligado a desplegar toda su fortaleza atlética y firmeza temperamental para estar de pie.
Yanquis-Dodgers ha sido lo máximo en cuanto a la disputa de la cima del beisbol. Será la vez número 12 que estos conjuntos se ven las caras en un clásico de otoño. De las 11 citas anteriores, Nueva York triunfó en ocho por tres de los californianos. Para los del Bronx, es su Serie Mundial número 41. Para los de Chávez Ravine la 22 de su historia.
Para quienes doblamos la curva de los 50 años, esta es la Serie Mundial soñada. Mi generación creció apreciando esas batallas que tenían como protagonistas a Reggie Jackson, Craig Nettles, Thurman Munson y Ron Guidry por los Yanquis contra Steve Garvey, Ron Cey, Dusty Baker, Reggie Smith y Tommy John por los Dodgers.
De hecho, mi primer recuerdo de una Serie Mundial es Reggie Jackson, “Mr. Octubre”, girando repetidamente a través de las bases en aquel sexto juego del clásico de 1977 después de llevarse la cerca en tres ocasiones frente a Burt Hooton, Elías Sosa y Charlie Hough de los Dodgers, en una jornada para la historia del gran cañonero.
Ahí nació mi simpatía por los Yanquis, quienes además de triunfar en esa ocasión, regresaron a reafirmar su superioridad un año después ante los mismos Dodgers, quienes, sin embargo, fueron los ganadores en el último enfrentamiento entre estos equipos en 1981, cuando viniendo luego de dos derrotas, metieron cuatro victorias al hilo.
Sin embargo, esta confrontación data de 1941 cuando los Yanquis ganaron la primera de cinco Series Mundiales corridas ante los Dodgers. Ganaron en 1941, 1947, 1949, 1952 y 1953. Los Dodgers se rebelaron en 1955, pero los Yanquis ripostaron en 1956. Los californianos triunfaron en 1963 antes de éxitos neoyorquinos en 1977 y 1978.
Podría interesarte: México arrebata la victoria a Nicaragua en la última bateada
Así que 43 años después, Yanquis y Dodgers estarán frente a frente. Y aunque ya no es la época de Sandy Koufax o Whitey Ford, Mickey Mantle o Duke Snider, Jackson o Garbey, Valenzuela o Guidry, vamos a apreciar el fenomenal talento de Shohei Ohtani, Mookie Betts y Freddie Freeman, contra Aaron Judge, Juan Soto, Giancarlo Stanton y Gerrit Cole.
Son dos colosos frente a frente y aunque siento un enorme respeto por los Dodgers y su habilidad para encontrar formas creativas de sobreponerse a las lesiones en sus cinco lanzadores abridores (Clayton Kershaw, Tyler Glasnow, Tony Gonsolin, Gavin Stone y Dustin May), pienso que los Yanquis podrían alzarse con el título por vez número 28.
Dodgers vs. Yanquis, la Serie Mundial más grande que el beisbol puede tener está a la vuelta de la esquina. Mi pronóstico es que ganan los Yanquis. Me parece que después de deshacerse de los Padres y Mets, el esfuerzo ha sido más desgastante para los Dodgers. Y su bullpen, que es muy bueno, ha tenido un trabajo intenso y ahora podría batallar.
Después de un ayuno de 15 años sin triunfar y ni siquiera llegar a una Serie Mundial, hay un mayor sentido de urgencia en ganar en los Yanquis que en los Dodgers, cuyo último título fue en 2020. Sin embargo, nadie sabe qué sucederá en el terreno de juego entre estos dos pesos pesados del beisbol y por eso tendremos que estar muy atentos.
¿Usted a quien se apunta?