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Tras casi dos décadas sorteando su crisis financiera a través de préstamos y del incremento de las tarifas de sus servicios, la Empresa Administradora de Aeropuertos Nacionales e Internacionales (EAAI) encontró en los miles de migrantes que persiguen el llamado sueño americano, el mecanismo perfecto para poner fin a su crisis financiera. En 2022, por primera vez en décadas, el balance de la EAAI reportó utilidades por 150 millones de córdobas. En 2023 estas se incrementaron en 386 por ciento, producto de la profundización de la estrategia de Daniel Ortega, de facilitar la llegada de migrantes de todas partes del mundo hacia la frontera de Estados Unidos.
El balance financiero de la EAAI, que administra el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino de Managua, muestra que la entidad finalizó el 2023 con utilidades por 730 millones de córdobas (unos 20 millones de dólares). Por lo que los dos años de uso de la terminal aérea de Managua como trampolín para llegar hacia Estados Unidos, le dejaron a las finanzas públicas 880 millones de córdobas (unos 24 millones de dólares).
El régimen de Daniel Ortega comenzó a tejer su estrategia migratoria contra Estados Unidos en el 2021, cuando en noviembre de ese año suspendió el requisito de visa a los cubanos. El segundo paso lo adoptó en febrero de 2022 cuando ratificó la decisión tomada en diciembre de 2016 de incluir en el Consejo Consultivo de la EAAI a su hijo Laureano Ortega Murillo, su testaferro José Mojica Mejía, y su consuegro y jefe de la Policía, comisionado Francisco Díaz Madriz, con ello garantizó el control de la toma de decisiones.
Ortega aprovechó la crisis migratoria
Luego la aerolínea venezolana Conviasa comenzó a ofrecer vuelos entre La Habana y Managua y así consolidó que el Aeropuerto de Managua funcionara como un puente aéreo que acorta la ruta hacia la frontera de Estados Unidos.
Por el lado político, la estrategia ayudó a agudizar la crisis migratoria que enfrenta Estados Unidos y por el económico le sirvió para sanear las finanzas de la EAAI, que desde hace casi dos décadas arrastraba pérdidas anuales. Sin embargo, en noviembre del año pasado Estados Unidos anunció que le restringiría la visa a las personas involucradas en los vuelos chárter que traen migrantes a Managua. Eso frenó la llegada de vuelos procedentes de la mayoría de islas del Caribe, sin embargo, los que realizan las aerolíneas venezolanas Conviasa y Aruba siguen ofreciendo el servicio.
Pero la reducción de los vuelos procedentes de las islas del Caribe incrementó los de otras rutas. Se hizo más evidente la llegada de aeronaves que jamás habían pisado la pista del Aeropuerto de Managua. Por primera vez llegaron al país vuelos directos procedentes de Alemania, Francia y Marruecos, cargados de migrantes africanos y asiáticos. Algunos incluso enfrentaron problemas para cubrir la ruta, uno de ellos fue detenido en Francia por sospechas de tráfico humano y otro fue cancelado en Emiratos Árabes.
Más de 600 mil se fueron por tierra
Pese a estos obstáculos, entre 2022 y gran parte de 2023, el Aeropuerto de Managua sirvió como puente aéreo para que más de 600 mil migrantes acortaran la ruta hacia Estados Unidos. La pequeña terminal aérea que tradicionalmente recibía unos 15 vuelos por día, llegó a reportar hasta cincuenta por día y la cantidad de viajeros que llegaron en avión, pero que no usaron esa vía para dejar el país alcanzó niveles históricos.
Entre 2022 y noviembre del año pasado, 1.43 millones de viajeros llegaron a Managua por vía aérea, pero 601,800 no se fueron por esa ruta y se presume que siguieron por tierra su travesía hacia Estados Unidos. En 2022 entraron al país por la terminal aérea 634,800 pasajeros, pero solo se fueron por este medio 312,400, por lo que se presume que 322,400 siguieron por tierra su viaje hacia Estados Unidos. El año pasado, entre enero y noviembre, 791,100 personas entraron por el Aeropuerto de Managua, pero solo 517,700 salieron en avión, por lo que 273,400 se habrían ido por tierra hacia el norte, para llegar a Estados Unidos.
En septiembre y octubre del 2023, la terminal aérea marcó récord de llegadas con 115,500 y 126,200 respectivamente. En esos meses, 66,500 y 80,700, respectivamente, de los pasajeros que llegaron no volaron de regreso a sus países. Es decir, que solo en esos dos meses 147,200 personas se habrían sumado a las que siguen por tierra el viaje hacia la frontera estadounidense.
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La EAAI hizo ajustes de tarifas
Este flujo de migrantes elevó considerablemente los ingresos de la EAAI, entidad que administra seis aeropuertos, cinco nacionales ubicados en Puerto Cabezas, Bluefields, Corn Islands, isla de Ometepe y San Juan de Nicaragua, y el Internacional de Managua, que además es el que genera prácticamente la totalidad de los ingresos que percibe.
La mayoría de sus ingresos los obtiene a través de los servicios aeronáuticos que representan el 90 por ciento del total e incluyen: derecho de terminal, derecho de aterrizaje, asistencia en tierra y tasa de seguridad aeroportuaria. El restante 10 por ciento surge de los servicios no aeronáuticos, que incluyen los cobros por arrendamientos y servicios, negocios propios (sala VIP) y el estacionamiento de vehículos.
La EAAI, al igual que el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), siempre fueron un dolor de cabeza para el régimen de Ortega. Según los estados financieros de la EAAI revisados por LA PRENSA, entre 2009 y 2021 registró pérdidas anuales de entre 61 y 367 millones de córdobas. Para tratar de frenar esta crisis, en 2012 elevó sus tarifas y en 2016 hizo otro ajuste que subió a 44.23 dólares el derecho de uso de la terminal que cada pasajero paga en el boleto de avión que utiliza. A pesar de estos cambios, en 2021 la EAAI acumuló 367 millones de córdobas en pérdidas.
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En 2022 CSR aconsejó reducir gastos
En abril de 2022 la empresa reactivó las tarifas por aproximación, que no se cobraban desde 1999, ya que el servicio se prestaba de forma gratuita a todas las naves que aterrizaban y despegaban de la terminal aérea. Desde entonces, las radioayudas de aproximación a pista se cobran dependiendo del peso de las aeronaves. También estableció tarifas por el uso de radiocomunicadores portátiles, que utilizan los operadores aéreos en las actividades de aterrizaje y despegue de las naves.
En 2022 la Sociedad Calificadora de Riesgo Centroamericana (SCR) le recomendó establecer un plan de ahorro para reducir los gastos; buscar acuerdos de pago con el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, la distribuidora de energía eléctrica Dissur y la Dirección General de Ingresos (DGI); suspender el pago de convenios institucionales y procesos de compras; renegociar los plazos de los créditos y ajustar las tarifas de los servicios.
Sin embargo, no fue necesario aplicar las recomendaciones de SCR, ya que ese año comenzó a funcionar el negocio de los migrantes y la EAAI cerró el 2022 con 963 millones de córdobas en ingresos, casi el doble con respecto a 2021 y una cifra similar a la de los años previos al estallido de la crisis sociopolítica de 2018. Ese monto superó los gastos y por primera vez en casi dos décadas la EAAI obtuvo ganancias, un total de 150 millones de dólares.
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Mejoró la calificación de riesgo de la EAAI
En 2023 el puente aéreo se terminó de consolidar, ya no era utilizado únicamente por cubanos y haitianos, sino que el servicio se extendió a africanos y asiáticos y eso elevó los ingresos hasta 1,430 millones de córdobas, cifra récord que le dejó utilidades de 730 millones de córdobas (cerca de 20 millones de dólares al cambio oficial), que es también la mayor ganancia que ha registrado la EAAI en su historia. Dicho monto representa un crecimiento de las utilidades del 386 por ciento con respecto a 2022.
Gracias a este desempeño, en diciembre de 2023, la Sociedad Calificadora de Riesgo Centroamericana (SCR) elogió la “consistencia mostrada por la EAAI en la consecución de los distintos planes establecidos para el mejoramiento de su situación financiera”.