Los efectos del fenómeno climático El Niño, asociados al aumento de las temperaturas, están previstos que se prolonguen hasta abril de 2024, por lo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), anunció que este año habrá alza de las temperaturas en América Latina, donde Nicaragua es uno de los países más vulnerables en la región.
Pascal Girot, director de escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica (UCR), afirmó que en la actualidad “estamos en una coyuntura con un episodio de El Niño bastante fuerte, tradicionalmente los efectos del fenómeno se traducen en altas temperaturas, aumento de las temperaturas en todo el Pacífico ecuatorial y del mar que luego desencadena en una zona de eventos de sequía y reducción de la precipitación en el Caribe”.
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En esa misma línea, el agrometeorólogo y director del Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena), Agustín Moreira, recordó que aunque las temperaturas del año pasado no fueron tan severas en Nicaragua, “se mantuvieron en rango normales en el territorio donde tuvimos ausencia de lluvias debido al paso de el fenómeno de El Niño neutral al seco”, a nivel global fue el año más caliente desde que se tiene registro.
2024, sin embargo “podría ser aún más caluroso”, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En noviembre de 2023, esta organización reveló que hay un 90 por ciento de probabilidad de que ese fenómeno cíclico del Pacífico persista hasta abril de 2024. También es muy probable que “adquiera en su apogeo valores correspondientes a un episodio intenso”.
“Nicaragua es vulnerable a las altas temperaturas principalmente a los meses críticos, los primeros cuatro meses del año, incluyendo parte de mayo, hay que tener mucha precaución en relación a estas afectaciones”, apuntó Moreira.
Temperaturas podrían alcanzar los 40 grados
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su más reciente informe, advirtió que “hay mayores posibilidades de temperaturas superiores a lo normal, lo que contribuye a la intensificación de las condiciones de sequía”.
En cuanto a las temperaturas altas, Moreira indicó que a pesar de que en 2023 hubo un aumento de temperaturas no es comparable “con las que se registraron en 2015, que alcanzaron récord alto y esto fue por el fenómeno de El Niño, temperaturas de 41 y 42 grados Celsius en Villa Nueva, Somotillo. Registramos temperaturas de 39 y 40 en León y Chinandega, Managua también registró 39 grados, fueron bastantes severas en la región del Pacífico y Central”.
Agregó que las temperaturas de 2023 no fueron tan severas, porque el país vivió una “transición bastante errática de El Niño neutral al seco, que eso generó algunas alteraciones”.
Para este año, dijo Moreira, se espera que “tengamos alteraciones en los meses de enero, febrero, marzo y abril, los dos últimos meses vamos a tener altas temperaturas que pueden ser muy perjudiciales para las personas con enfermedades crónicas como diabetes, presión alta, personas obesas y con problemas cardíacos. Recordemos que en los primeros meses del año el efecto seco – verano es normal en el país”.
El experto nicaragüense apuntó que las temperaturas máximas en el país tendrán mayor incidencia en la zona del Pacífico en León y Chinandega; también en la zona del Centro, en Estelí, Madriz, Nueva Segovia, Jinotega, Matagalpa y Chontales”; mientras que la Costa Caribe mantiene sus temperaturas “por las brisas del Mar”.
Girot mencionó que generalmente las temperaturas a2umentan y llegan a su pico en marzo y abril, y que pueden llegar a 40 grados Celsius. Eso hay que esperarse, pero esperamos que no hayan temperaturas más de 40 grados sobre todo en áreas urbanas porque afecta a poblaciones más vulnerables, de la tercera edad y niños”.
En el caso de Centroamérica, Girot precisó que cuando El Niño está una fase cálida generalmente tiene su pico en diciembre y enero, pero “la interrogante es cuándo van a entrar las lluvias, ahí es donde la situación es crítica y Centroamérica es altamente vulnerable a este fenómeno sobre todo cuando se atrasan las lluvias de mayo y junio”.
¿Afectará la agricultura?
El Boletín Agricultura y Clima en la Región del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), realizado por la Mesa Especializada de Agricultura, indicó que la principal conclusión que se desprende es que “por la lenta salida del fenómeno del Niño, las temperaturas altas se mantendrán en los próximos cuatro meses e incluso con tendencia a aumentar en algunas zonas de la Región, lo que mantendría condiciones aún más secas”.
De acuerdo con la nota de prensa, esta información fue presentada y analizada por la Mesa de Agricultura que lidera el Consejo Agropecuario Centroamericano a fin de poner en perspectiva las previsiones climáticas y cómo estás podrían incidir en los cultivos y otras actividades agropecuarias, para que, desde los Ministerios de Agricultura de Centroamérica, se tomen desde ya las acciones para mitigar cualquier impacto en la producción.
Nicaragua no aparece entre los países, que según el informe, registraran lluvias por debajo del rango habitual ni por encima del rango normal.
El agrometeorólogo Moreira aseveró que habrá escasez de agua “debido a la sequía o al período seco de verano, hay que cuidar las fuentes de agua, evitar los incendios forestales, evitar los despales, debido a que vamos a tener altas temperaturas, condiciones adversas a la salud, agricultura y ganadería”.
Girot advirtió que si las lluvias se atrasan se convertirá en un gran problema para Centroamérica debido a que “de esas (lluvias) dependen millones de pequeños y grandes agricultores centroamericanos para la producción de granos básicos. La gran duda es que si va a haber una prolongación de la sequía durante los meses más allá de marzo”.
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“En el caso de la agricultura se emite la recomendación de ajustar fechas de siembra, adecuar sistemas eficientes de riego a los cultivos, realizar un monitoreo frecuente de plagas y enfermedades, realizar monitoreo frecuente de fuentes de agua, utilizar uso de semillas con variedades resistentes a la sequía, tolerantes a enfermedades y productiva, entre otras más”, concluyó el informe.