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Pinolero por gracia de Dios

La canción brotó espontáneamente no solo de las gargantas, sino del corazón de miles de nicaragüenses, cuando se oyó que nuestra candidata, Sheynnis Palacios, había sido seleccionada como Miss Universo.

Reflexionando sobre este acontecimiento, yo refería en mi artículo del lunes pasado (El día que nos sentimos uno), la maravilla de que un paisito atrasado y con una población minúscula, haya producido no solo una Miss Universo en competencia con cientos de otras competidoras escogidas de entre países enormes con billones de habitantes, sino varios gigantes de la literatura.

Comentándolo me decía mi buen amigo Sergio Ramírez que, aunque Nicaragua carece de orquesta completa, produce primeros violines, citándome algunos ejemplos y añadiendo esta frase feliz: “¡Somos el país con más alta densidad de premios literarios!” Es oportuno, pues, recordar algunos. Porque lo merecen, y también porque nos suben la autoestima; nos hace sentir que no somos los habitantes de una república “bananera”, que parece condenada a las desgracias, sino una tierra excepcionalmente fértil en talentos humanos.

Indudablemente, donde más ha brillado Nicaragua, es el campo de las letras. Despuntamos con nuestra más grande gloria nacional, Rubén Darío, uno de los más grandes poetas de la literatura universal. Decía al respecto uno de nuestros más eruditos intelectuales, José Coronel Urtecho, que Darío “representa la revolución poética del español en nuestro siglo… el iniciador de la poesía propia del continente americano, y hasta quizás en cierto sentido de la cultura americana continental…” (Coronel, 1974, 3 Conferencias a la Empresa Privada).

Con Rubén no se detuvo la cosecha. Otro poeta de renombre mundial fue Ernesto Cardenal. Su fama se extendió más allá de los países hispanos, con múltiples traducciones de su obra y llegando a ser el poeta latinoamericano con más lectores en la mayoría de los países europeos, como Alemania, Francia, Holanda. Rusia, Finlandia o los países escandinavos. (Ibid).

La lista sigue y extiende, creando el problema insoluble de condensar en poco espacio aportes y logros que demandarían volúmenes. Con ese riesgo, el de no hacer justicia al mérito y de excluir grandes talentos, puede añadirse a Salomón de la Selva, quien para Coronel no solo es el mayor, sino el único verdadero poeta neoclásico de la lengua española. También a Carlos Martínez Rivas —a quien Cardenal consideraba de más valor que él— junto con Ernesto Mejía Sánchez, Alfonso Cortés, Pablo Antonio Cuadra, y la cosecha de cumbres que han venido cosechando los premios literarios de mayor prestigio.

El premio Reina Sofía, el más alto en poesía, ha sido ganado por tres nicaragüenses: Ernesto Cardenal, Claribel Alegría, y apenas días atrás, Gioconda Belli. Me advertía Sergio que Ernesto recibió también el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes en Francfort, mismo que acaba de ser entregado a Salman Rushdie, y Claribel el premio Neustadt que otorga la Universidad de Oaklahoma, y que también recibió Octavio Paz. Sergio, por su parte, recibió en 2017 el Premio Miguel de Cervantes, el máximo reconocimiento a la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos. Conste que Gioconda quedó, también hace poco y por el momento, en tercer lugar, en el famoso premio Planeta a la mejor novela, y otra nicaragüense, Laura Martínez Belli, quedó entre las finalistas. Están punteando alto y les hace falta camino por recorrer. Con seguridad, más nicaragüenses seguirán poniendo nuestra bandera en alto.

Mas no solo en letras descuellan los nicas. Tenemos portentos deportivos, como Denis Martínez, quien, ante el asombro de todos, en 1991 se convirtió en el lanzador número 13 y primer y único latinoamericano que conseguía pichar un juego perfecto. Igual está Alexis Arguello, tricampeón en boxeo y otros púgiles. En pintura también bateamos en grandes ligas con artistas como Armando Morales, Alejandro Aróstegui y más.

Cabría añadir muchas glorias más. Un libro de Jorge Eduardo Arellano Héroes sin fusil que desafortunadamente tuve que dejar en Nicaragua, provee un sumario de connacionales que han destacado en campos tan variados como la medicina, los negocios, y otros. La diáspora está llena de ellos. Ojalá los mecenas del conocimiento patrocinen y pongan al día una reseña actualizada de aquellos pinoleros que nos han ayudado a sentirnos nicaragüenses por gracia de Dios.

El autor es sociólogo e historiador. Autor de En busca de la tierra prometida. Historia de Nicaragua 1492-2019.

COMENTARIOS

  1. Hace 4 meses

    Son simplemente individualidades que el sistema total de Nicaragua no ha puesto ningun esfuerzo en la labor de estos individuos. Por lo tanto los nicaraguenses no se deben de vanagloriar del esfuerzo de ellos. En lo referente a los premios, las universidades y la prensa mundial se inclinan por la izquierda puesto que estas dos instituciones estan dirigidas por izquierdistas y por lo tanto premian a sus compañeros de armas. De todos los literatos de Nicaragua los unicos que tienen calidad y pueden escupir en rueda son Ruben Dario y Ernesto Cardenal. El resto de escritores y poetas mencionados en este articulo de opinion son promedio.

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