Miami, una ciudad vibrante y llena de vida, enfrenta una realidad ineludible: su futuro está entrelazado con el cambio climático. A medida que su población y su horizonte urbano se expanden, Miami se encuentra en una encrucijada donde el desarrollo y la sostenibilidad chocan de frente. ¿Cómo puede una ciudad en crecimiento mantenerse a flote —literal y figurativamente— cuando las marejadas del cambio climático amenazan con inundar sus calles?
Con solo seis pies sobre el nivel del mar, Miami es un símbolo de vulnerabilidad frente a la amenaza del cambio climático. Se estima que para finales de este siglo, el nivel del mar podría aumentar la misma cantidad de pies, una predicción alarmante que plantea serias interrogantes sobre la viabilidad futura de esta metrópolis costera.
La población de Miami y sus alrededores creció en más de 660,000 personas entre 2010 y 2020, y sigue aumentando. El incremento de la población y la construcción de rascacielos son testimonio del atractivo de Miami como centro de actividad económica y cultural. Sin embargo, esta expansión desenfrenada viene acompañada de una carga ambiental que no puede ser ignorada. ¿Cómo reconciliamos la necesidad de desarrollo con la preservación de nuestro entorno natural? Esta pregunta cobra aún más relevancia cuando enfrentamos la realidad de que Miami está entre las ciudades más vulnerables al cambio climático en todo el mundo.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Miami es una de las 10 ciudades más vulnerables en todo el mundo al cambio climático, teniendo en cuenta la cantidad de personas que viven bajo la amenaza de inundaciones costeras. Y si se considera el valor total de activos, como edificios e infraestructuras, en riesgo, es la más vulnerable.
Hay que actuar en serio ya. Las soluciones no pueden ser postergadas indefinidamente mientras el agua amenaza con inundar nuestras calles y hogares. La infraestructura resiliente debe convertirse en la piedra angular de cualquier plan de desarrollo futuro. Desde sistemas de drenaje mejorados hasta la elevación de edificios y la creación de barreras costeras, se requiere una acción concertada y audaz para proteger a Miami de la subida del nivel del mar.
Al mismo tiempo, la mitigación del cambio climático debe ser una estrategia prioritaria. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar prácticas sostenibles son pasos fundamentales hacia un futuro más seguro y habitable. En Miami se debe promover el uso del transporte público y la inversión en energías renovables. Y sus habitantes debemos adoptar hábitos de consumo más sostenibles y participar en actividades de conservación. Miami puede y debe convertirse en un líder en la lucha contra el cambio climático. Nuestro futuro depende de esa decisión. [FIRMAS PRESS]
El auto es un escritor y periodista radicado en Miami. Su novela más reciente es La espada macedonia, publicada por Mundiediciones. En 2023 publicó un libro sobre la pandemia del covid-19, titulado Una plaga del siglo XXI, a la venta en Amazon.
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