Continuando nuestra serie de semblanzas de personalidades nacidas en la ciudad de León, esta vez nuestro homenaje es para Mariana Sansón Argüello: poeta, pintora, escultora y diseñadora.
Mariana Sansón Argüello nació en León en el año 1918. Irrumpe en la poesía nicaragüense en 1959, con la publicación de su primer libro Poemas (Ediciones de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua). Se trata de una separata de la revista Cuadernos Universitarios Nº14, correspondiente a diciembre de 1959, donde habían aparecido dieciséis poemas de Mariana precedidos de la siguiente presentación: “Siempre agrada el descubrimiento de un poeta de altas calidades y cuando estas calidades y cualidades las reúne una mujer que escribe buenos poemas, el agrado y el regocijo es más intenso. Mariana Sansón Argüello escribe excelente poesía. Una poesía inquietante y enigmática, con unos aciertos que deslumbran y desasosiegan”.
La separata se amplió a veinticinco poemas que se caracterizan por su sencillez formal, riqueza metafórica y hondo significado. En un poemita realiza lo que el maestro Rubén decía acerca de que la música es muchas veces sólo de la idea: “En el campo, el pensar / de la espiga. / El secreto de Dios / en el altar / Y en mis manos / la sencillez del pan…” Mariano Fiallo Gil escribió unas breves líneas que con singular acierto nos descubren uno de los ejes de la poesía de Mariana: “…y habiéndose desprendido / de todos sus abalorios, / las cosas se le acercaron para que les / leyera las líneas de las manos”.
Pablo Antonio Cuadra saludó la publicación del libro con el comentario siguiente: “La nueva mirada de Mariana es como la invitación o el camino a una aventura misteriosa a través de las almas y de las cosas, una aventura del pensar y del sentir del mundo. Es lo que se llama un acto mágico. Cada poemita produce un pequeño, arbitrario, luminoso, lúdico, inquietante y sugerente mundo… Decimos que Mariana con este poemario se coloca en la mejor línea —primera y pionera—, de la poesía femenina del istmo”.
Muchos de los temas que aparecen en este primer libro resurgen constantemente en la poesía de Mariana Sansón Argüello, que en realidad es como un solo y continuo canto o, en palabras del poeta Fanor Téllez, una obra que se nos presenta “con una gran unidad como si siempre se continuara el hilo de la gracia sin llegar aún al otro cabo”.
La propia Mariana nos lo dice en las Confesiones que, a manera de prólogo, preceden Las horas y sus voces y otros poemas: “Por lo general, hay una palabra que al leerla, golpea mi cerebro y produce un desencadenamiento de voces y de ideas, que inmediatamente se sincronizan con mi mano y empiezo a escribir versos, como una serie, hasta que la energía interna que los produce, cesa”.
En el epílogo de su libro Las voces y sus horas, Mariana le recomienda a sus nietos: “Jamás le preguntes a la poesía quién es, de dónde llega ni para qué sirve”… “Hará conjuros contra tí, prohibitivos; te sacará de tu espacio-esfera y quedarás callado para siempre”… “No trates de entenderla (si te ha escogido). Déjala actuar, no la describas… Yo diría que es sobrenatural”… “Está frente a tí, desnuda, limpia, pura, salida de “la frente arrugada de Dios”.
Dios es otro tema recurrente en la poesía de Mariana Sansón, como también la eternidad y los secretos insondables del universo. Mariana tiene, como Alfonso Cortés que llegó a sentir las “cosquillas de Dios” en su cerebro, una relación muy particular, personal, íntima con Dios: “Dios en la Primavera / pasea por la Tierra./ En el Invierno, duerme / y su aliento nos hiela. / En el Verano suda faenas. / Y en el Otoño, / sus vestidos cambia / por los buenos”.
En 1994 Mariana nos sorprendió con un desborde más de su inagotable fantasía. Fue la publicación de su hoy célebre Zoo fantástico, por el cual desfilan, en alucinante marcha, medio centenar de animalitos que solo existen en su imaginación. Lo cierto es que uno llega a encariñarse con estos animalitos y hasta a sentir el impulso de adoptarlos como mascotas. Nos limitamos a mencionar a los “Tomporines” que: “No saben de las horas./ Las llevan tapadas en las espaldas /y cuando mueren / las sueltan”.
Mas, no solo por los ámbitos infinitos de la poesía ha volado la poderosa imaginación de Mariana Sansón. También en el campo de las artes plásticas Mariana tiene una obra digna de reconocimiento, por cierto tan original, tan suya, como su poesía. Aquí también ella es intuitiva y autodidacta. Cultivó la pintura primitivista, inspirándose en motivos indígenas y en temas de la vida cotidiana y popular. Sus celebradas cotonas bordadas han sido objeto de reconocimiento nacional e internacional. Usando marcadores de color creó, en los últimos años, una colección de dibujos de extrañas figuras cuyo estilo Carlos Martínez Rivas definió, acertadamente, como “grafismo mágico”. Y como Mariana tenía esa rara capacidad de ver lo que otros no ven, ha dado al arte compositivo un aporte sumamente original. Con ramas, hojas, semillas, piedras y otros materiales, ha sido capaz de producir toda una serie de conjuntos escultóricos que don Rodrigo Peñalba bautizó como “Creaciones Estereoplásticas”.
¿A qué escuela pertenece la poesía de Mariana Sansón Argüello? Mariana es una voz única e intemporal en la poesía nicaragüense. Solo con la poesía metafísica de Alfonso Cortés podríamos emparentarla, pero advirtiendo que la poesía de Cortés es “alfonsina” y la de Mariana “marianasansoniana”. Es decir, únicas. Ambos, por su apelación al subconsciente, su extraordinaria capacidad sensorial, que les permite ver, oler, tocar y oír lo que nunca antes nadie ha visto, tocado ni oído; de pintar las cosas abstractas: el tiempo, las horas, los números, el espacio, podemos decir que se inscriben en la gran corriente del surrealismo contemporáneo (“tocando un infinito”, “el grito de la tarde”, “el mar que habla en el vacío”, “sumando eternidades”, “las astillas de Dios arden”).
De haber vivido Mariana Sansón en tiempos de Darío, este sin duda la hubiera incluido en la galería de sus Raros. Fue la primera mujer en ser incorporada a la Academia Nicaragüense de la Lengua en calidad de Académica Correspondiente. La recién fundada Escuela de Bellas Artes de León lleva su nombre.
El autor es educador, académico y escritor. Fue rector universitario y ministro de Educación.