La mafia funciona de manera orgánica a través de una estructura jerárquica, con un jefe supremo, capos, gente de confianza, soldados y asociados nacionales e internacionales. Se organiza en familias o clanes que operan en un área geográfica específica y se basa en la lealtad, el consenso y el uso de la violencia como mecanismo de control.
Un Estado tiránico, como el liderado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, tiene todas las características que se asemejen a una organización mafiosa en términos de control, coerción, criminalidad y represión.
Cuando una parte de los mafiosos no cumplen con sus obligaciones o no le dan su parte a otra parte de la organización, esto lleva tensiones y conflictos dentro de la mafia. La falta de reciprocidad puede ser considerada una violación del código de lealtad y confianza que rige a la organización.
En estos casos, es común que se busque una resolución interna mediante negociaciones o disputas entre los miembros involucrados. La mafia puede recurrir a su propia justicia interna para tratar tales discrepancias, lo cual puede implicar desde sanciones y castigos hasta la expulsión o incluso la violencia.
Sin embargo, estas disputas y rupturas internas pueden debilitar la cohesión de la mafia y llevar a posibles represalias o conflictos más amplios dentro de la organización. Pero ese es un tema que habrá que profundizar en otro escrito.
Sin embargo, lo que sucedió en la Corte Suprema de Justicia (CSJ) es exactamente lo que expuse en el antepenúltimo párrafo… “que el régimen mafioso que tenemos castigó y expulsó con el uso de la fuerza”, que tiene a los que no estaban repartiendo el botín que obtenían, y como toda organización mafiosa en la barrida que hace se lleva en el saco a unos cuantos inocentes… diría que muy pocos, ya que por un tema de principios a estas alturas del partido me parece inconcebible que haya gente en esa guarida del régimen que no haya participado en hechos ilícitos y criminales.
Lo que me tiene sorprendido es que he leído en ciertos círculos y medios que esa barrida es un autogolpe de Estado o un desmantelamiento del poder judicial… lo cual es muy doloroso verlo desde esa óptica, ya que ahora los ponen como víctimas y peor aún dan a entender que lo que hicieron anteriormente fue correcto, como que no recuerdan las condenas injustas que han hecho y los encarcelamientos indebidos…
Desde mi punto de vista, no puede haber autogolpe de Estado o desmantelamiento de la institución donde no existe Estado de derecho. Lo que ha habido en la CSJ es una disputa entre mafiosos, como los que vimos entre el cártel de Cali y el cártel de Medellín en tiempos de Pablo Escobar.
El autor es ingeniero, presidente de Hagamos Democracia Nic Cr.