La hija contralora del expresidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán Lacayo, sobrevivió a la ola de despidos en el sector público, en la que incluso el hijo primogénito del dictador Daniel Ortega resultó afectado.
La barrida que tocó primordialmente a la Corte Suprema de Justicia (CSJ), puso bajo investigación a los magistrados judiciales, entre ellos la presidenta de ese poder del Estado, Alba Luz Ramos, una leal a la dictadura orteguista, que parecía alguien intocable. Actualmente Ramos se mantiene apartada de su cargo y bajo vigilancia policial en su casa. Extraoficialmente se conoció que fueron despedidas secretarias, asistentes, personal del departamento de informática, abogados, jueces de todo el país. Se han calculado alrededor de 900 despidos. En otras instituciones también se reportaron trabajadores públicos despedidos, pero en menor cantidad.
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María Dolores Alemán Cardenal, hija del ex presidente Alemán (1997-2002), lleva nueve años siendo miembro del Consejo Superior de la Contraloría General de la República, lo que desde un inicio generó críticas de parte de los sectores opositores, debido a que su padre estuvo preso y acusado formalmente de corrupción pública durante su gobierno, y el hecho de que su hija esté en un cargo de supervisión de los recursos públicos es visto como una burla.
El pasado 18 de octubre, Alemán Cardenal fue ratificada como contralora por la Asamblea Nacional, otra institución bajo el control de la dictadura orteguista.
Para los críticos, esta concesión a la hija de Alemán, en un país donde nada ocurre sin la bendición de la dictadura, es un remanente del pacto Alemán-Ortega, que originalmente contempló repartirse los cargos en todos los poderes del Estado allá por el año 2000. En ese entonces, Alemán todavía estaba en el poder y lideraba el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que representaba la primera fuerza política en el país. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que encabeza Ortega, era la segunda fuerza política.
«Lo sigue respetando porque tuvieron un acuerdo»
El politólogo José Antonio Peraza manifestó que hay que estar claro que Alemán ya no le sirve de nada a Ortega, sin embargo, «lo sigue respetando porque tuvieron un acuerdo».
«Que quede ahí María Dolores Alemán es un remanente del pacto que Ortega sabe que no le va a traer ningún rédito, pero prefiere no meterse a destruir ese pequeño vínculo que todavía queda, porque al final Alemán salió hablando hace como dos o tres meses, diciendo que Ortega es un genio político (pero) Ortega no es un genio político, lo que es, es un tipo sin escrúpulos que está dispuesto a hacer cualquier cosa, matar, robar, a sobornar, a mentir, a utilizar todos los poderes para dominar a la gente», dijo el politólogo.

El pacto Ortega-Alemán consistió en una reforma constitucional que redujo el porcentaje de votos para ganar la Presidencia Nacional en primera vuelta, bajando de 45 a 40 por ciento y hasta el 35 por ciento si el candidato ganador le sacaba al menos cinco puntos de ventaja al del segundo lugar, una reforma a la medida del voto sandinista. En 2006, Ortega ganó las elecciones con el 38 por ciento de los votos y en un contexto político con una oposición dividida. Desde entonces, el orteguismo se ha mantenido en el poder.
En los primeros años del pacto, los caudillos cumplieron su acuerdo político de mantene un estado bipartidista en todos los poderes del Estado, pero cuando Ortega regresó al poder en 2007, comenzó la concentración de todo el poder haciendo una mezcla de Estado-partido-familia.
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Peraza consideró que los cargos que quedan en manos del PLC, como por ejemplo los diez escaños en la Asamblea Nacional, es porque la dictadura tiene que mantener la apariencia de que «hay un juego político, aunque eso no lo cree nadie».
Pero el politólogo explicó que ahora se trata de otro escenario político, en el que el PLC ya no está en manos de Alemán y además, esta organización política ya no supone ningún riesgo ni oposición al FSLN, porque la dictadura sandinista controla todos los espacios públicos y políticos.
PLC en manos de María Haydeé Osuna
Desde 2020, el PLC quedó legalmente en las manos de la otrora aliada de Arnoldo Alemán, María Haydeé Osuna, quien es una de las 10 diputadas de ese partido y evidentemente sirve a los intereses de la dictadura orteguista. Osuna además es la tercera vicepresidenta de la Junta Directiva del Legislativo.

Un exmiembro del PLC que vive en el exilio habló con LA PRENSA bajo condición de anonimato. El exPLC consideró que tanto la hija de Alemán como la diputada Osuna, se han ganado la confianza de la dictadura, por eso pueden seguir gozando de esos cargos públicos.
A diferencia de Peraza, esta fuente no cree que Ortega se sienta en deuda con Alemán, sino que simplemente no supone ningún riesgo para atacarlo o para atacar a los suyos.
«Arnoldo y el PLC están totalmente desmeritados, no le aportan nada a Daniel en este contexto, están disminuidos y más Arnoldo, que la burla de partido que es el PLC», dijo la fuente.
Osuna y la hija de Alemán se apoyan mutuamente
También esta fuente dijo que la hija de Alemán y la diputada Osuna se han apoyado mutuamente tanto en las crisis políticas como familiares, así que no duda que Osuna abogue por la hija de Alemán si ve algún riesgo.
«Ese espacio lo defendió la María Haydeé por su compromiso personal con María Dolores, en un escenario de constante enfrentamiento y división entre María Haydeé y María Fernanda. Tenemos que entender que María Haydeé, en ese enfrentamiento con María Fernanda, la esposa de Arnoldo, tuvo como principal aliada a María Dolores Alemán, porque también la hija de Alemán se había enfrentado por años a su madrastra. Entonces, la permanencia de María Dolores es una retribución de María Haydeé, como parte de su compromiso con ella, y es de las pocas cosas que puede obtener María Haydeé, porque ya planteamos que el PLC no tiene mucho que ofrecerle a Ortega, más que ser un partido zancudo, que le sirve para tratar de convencer a incautos de que hay pluralismo político en el país», agregó la fuente.

María Fernanda Flores de Alemán, esposa del expresidente Alemán, quiso quedarse con el control del PLC y relegar a Osuna, lo que generó más división en el ya reducido grupo de liberales arnoldistas. Flores también era diputada del PLC, pero Osuna recibió el apoyo de los sandinistas en la Asamblea Nacional, para defenestrarla de ese cargo. Flores también fue apresada y desterrada, junto a otros presos políticos que la dictadura envió a Estados Unidos.
Ahora que Ortega y su esposa Rosario Murillo, controlan todas las esferas del poder, Alemán se conforma con que lo dejen vivir tranquilo, manejando sus negocios y que al menos su hija se mantenga cerca del poder, según la fuente.