La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo nuevamente pretende dejar a la población sin transporte público. En esta ocasión, ordenó a transportistas de diferentes cooperativas del servicio público urbano e intermunicipal del país “sacar gente de los barrios para que asistan a la cruzada evangelística Buenas Nuevas Nicaragua”.
La cruzada evangelística Buenas Nuevas Nicaragua, según la propaganda de los medios de la dictadura, es impulsada por el Ministerio Puerta de la Montaña y su Pastoral en Managua y se realizará este viernes 10 y sábado 11 de noviembre en la Plaza La Fe Juan Pablo II, en Managua, desde las 5:00 de la tarde.
Algunos representantes del Ministerio Puerta de la Montaña, según las publicaciones orteguistas, son John Audrey Hancock, uno de sus fundadores, y el misionero Walner Blandón, representante en Nicaragua.
Amenazan con sanciones
Transportistas de Carazo denunciaron que en ese municipio la escasez de buses y microbuses del transporte público se empezó a notar desde el mediodía de este viernes, sobre todo por la cantidad de gente esperando en las paradas, ya que la mayoría de las unidades tuvieron que “prestar el servicio a dicha actividad”.
Además, señalaron que “a los trabajadores del transporte público que desobedezcan las órdenes serán sancionados sin derecho a laborar por al menos 15 días y sin goce de salario”.
Lea también: Dictadura inicia decoración navideña en las rotondas de la capital
Las fuentes explican que cada cooperativa de interlocales de Carazo tuvo que disponer de “al menos 10 unidades para la actividad” a la que la dictadura les ordenó “sacar gente” de los barrios. Y adicional a esto, indicaron que también conocen que se realizó la contratación “de buses ordinarios”, que no pertenecen a la flota del servicio de transporte público.
Recientemente, la dictadura orteguista dejó a los capitalinos sin transporte público, luego de utilizar las unidades para realizar un caravana del traslado de buses exportados desde China. En redes sociales, los usuarios del TUC denunciaron que tuvieron que esperar más de dos horas la llegada de las unidades, pagar altos costos de taxis o caminar kilómetros para llegar a sus hogares.