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Daniel Ortega sigue engordando su colchón financiero

Daniel Ortega alcanza nivel récord en su colchón financiero en el BCN, mientras en EE. UU. se debate extender la Nica Act

El colchón financiero del régimen ha crecido 144 %. Los especialistas consideran que Daniel Ortega se alista para enfrentar una eventual crisis

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El régimen Ortega Murillo sigue alimentando su colchón financiero que comenzó a crear en 2020, en medio de la crisis generada por las protestas sociales que luego se agudizó por la pandemia de covid-19. Entre 2020 y abril de 2023 ese amortiguador financiero se expandió en 144 por ciento.

Entre los economistas hay opiniones encontradas sobre el incremento de estos ahorros. Para unos es positivo porque ante las amenazas existentes, garantizaría que el Estado siga funcionando. Otros los consideran un “impuesto confiscatorio” para financiar la represión. Sin embargo, en lo que todos coinciden es que el régimen se está preparando para sobrellevar eventuales crisis.

Entre las amenazas que Ortega podría enfrentar en el futuro están la inflación y otros efectos de la pandemia y de la invasión rusa a Ucrania, que han obligado a reducir a nivel global las metas de crecimiento.

De hecho, a finales de abril el Banco Central de Nicaragua (BCN) redujo la meta de crecimiento para 2023 a entre 2.5 y 3.5 por ciento. La medida la justificó aduciendo que la desaceleración de las economías de los aliados de Nicaragua se está acentuando. La meta original de crecimiento era de entre 3 y 4 por ciento y este recorte se traducirá en una menor recaudación de impuestos, una dificultad que ya se observó en el primer trimestre de este año, cuando la captación de impuestos exhibió una fuerte desaceleración.

Entre enero y marzo de este año, el Gobierno reportó una recaudación de 33,506 millones de córdobas, 6.11 por ciento más comparado con igual periodo del año pasado.

La tasa de crecimiento en el primer trimestre está por debajo del 45.87 por ciento reportado en similar lapso del 2022, cuando se recaudaron 31,577.5 millones de córdobas, mientras que en el 2021 fueron 21,647.4 millones en los primeros tres meses.

Es decir que mientras este año la recaudación produjo 1,928.5 millones de córdobas adicionales, el año pasado en igual periodo hubo una sobrerrecaudación de 9,930 millones de córdobas, según el informe de ejecución presupuestaria del Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP).

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Colchón financiero de 72,954.9 millones de córdobas

A estas amenazas se suma que a petición del senador republicano Marco Rubio y del demócrata Tim Kaine, la Ley estadounidense conocida como Nica Act, que vence en noviembre de este año, podría extenderse hasta 2028. De ampliarse este plazo se podrían incrementar las sanciones a funcionarios y empresas del círculo cercano de Ortega, acusados de violar los derechos humanos de los nicaragüenses. También podrían endurecerse los mecanismos para que Nicaragua acceda a financiamiento por parte de organismos multilaterales.

Además los legisladores instaron al Departamento de Estado a que promueva el fin de las inversiones a Nicaragua por parte del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

Esta semana la agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings dijo que “actualmente no espera que una votación reciente para cambiar el liderazgo en el BCIE restrinja en gran medida sus préstamos a Nicaragua, aunque ve cierto riesgo dado que el financiamiento del país por parte del banco supuestamente fue un ímpetu para este cambio” en la dirección del banco regional.

 “Un mayor endurecimiento de las sanciones sigue siendo un riesgo a la baja”, advirtió.

En 2017 el régimen tenía 17,586.6 millones de córdobas depositados en el BCN y durante la crisis echó mano a parte de estos recursos. En 2018 la cifra bajó a 12,303.1 y en 2019 subió a 14,175.1 millones, es decir, no logró recuperar los niveles previos a la crisis.

Pero en 2020 los depósitos comenzaron a crecer y cerraron el año con 22,472.8 millones. A partir de esa fecha el monto de estos depósitos ha ido escalando hasta alcanzar, al cierre de abril de este año, 54,889.7 millones de córdobas; es decir un crecimiento del 144 por ciento.

El monto actual es superior en 3,245.4 millones con respecto a los 51,644.3 millones que estaban en esas cuentas en marzo de este año, y refleja que en el primer cuatrimestre del año el régimen sumó 12,675.8 millones de córdobas, ya que al cierre del 2022 esos depósitos totalizaban 42,213.9 millones.

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¿Garantizaría funcionamiento del Estado?

Además, a los 54,889.7 millones de córdobas guardados hasta abril en el BCN, habrá que sumarle los 18,065.2 millones que al cierre de marzo el régimen tenía guardados en los bancos comerciales del país. Esta cifra es levemente inferior a los 19,756.3 millones que había en esas cuentas en febrero pasado. Pero sumados los ahorros de los bancos comerciales con los del BCN el régimen cuenta actualmente con un colchón financiero de 72,954.9 millones de córdobas. Esto también beneficia a las Reservas Internacionales Brutas que a abril totalizaron 4,915.4 millones de dólares. 

Para un economista, que por temor a represalias solicita no ser identificado, esta previsión es positiva porque ante una eventual crisis garantizará el funcionamiento del Estado. “El Gobierno tiene un gasto ya planificado y el crecimiento económico no va ser alto ni en las perspectivas que se esperaba, por tanto la captura de impuestos será más baja”, dice el especialista.

Además detalla que del Estado dependen muchas actividades económicas, entre ellas el consumo público y parte del privado, la inversión pública y una cadena de actividades que se desarrollan a través del gasto del Estado. “Entonces si el Estado no tiene recursos tendría incluso efectos hasta con los asegurados”, señala el economista.

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Ahorro surge de una mayor carga impositiva

“Desde el punto de vista de la economía, considero que ellos están previendo, de una manera correcta. En alguna medida se están anticipando a futuros efectos que pueden ser más graves, tal vez la escasez de financiamiento. Entonces están capitalizando un resguardo y apalancamiento futuro que van a requerir para mantener la actividad del Estado funcionando”, dice el economista.

Y añade que estos “ahorros” surgen porque el Gobierno ha profundizado la penetración de la carga impositiva. Hay que recordar que en su momento el sector privado no pagaba impuestos y ahora los están apretando. A algunas empresas más que a otras, porque en eso también hay un elemento político de por medio”, explica el economista.

Tras la reforma fiscal del 2019, el régimen de Ortega ha emprendido una cacería contra la empresa privada, obligándola a pagar más impuestos, además de fabricarle cobros ilegales a través de la Dirección General de Ingresos y la Dirección General de Servicios Aduaneros.

Para el economista y exdiputado Enrique Saénz, estos ahorros surgen de un impuesto confiscatorio que la dictadura se inventó para financiar la represión política. Explica que recientemente varios organismos internacionales publicaron el documento Estadísticas tributarias de América Latina y el Caribe, que detalla que en Nicaragua la recaudación tributaria como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) supera el 27 por ciento. Esta ubica a Nicaragua detrás de dos de las economías más grandes de América Latina: Brasil y Argentina.

¿Para pagar su permanencia en el poder?

“¿Qué significa esto? Que los nicaragüenses en la economía más pobre de América Latina, pagan los impuestos más altos de la región, después de Brasil y Argentina… Otra barbaridad es que en 2001, con los llamados por la mafia en el poder como gobiernos neoliberales, la presión tributaria era del 14.1 por ciento, es decir, casi la mitad de lo que representa ahora con la economía cristiana, socialista y solidaria”, señala Sáenz.

Finalmente aclara que este incremento no implica mayor inversión ni gasto público, ya que el BCN anunció que en 2022 la inversión pública se redujo en 13 por ciento, el consumo público se redujo 6 por ciento.

“La dictadura cobra más impuestos, pero invierte menos y gasta menos. ¿Hacia adónde va ese dinero que sale de exprimir los bolsillos a los nicaragüenses o negar progreso o un bienestar mínimo? Hacia los famosos depósitos en el Banco Central. ¿Y cuál es el propósito? Prepearse con un colchón financiero ante la posible disminución de fondos provenientes de las instituciones financieras multilaterales y de otras fuentes y así disponer de fondos para costear su permanencia en el poder. Por eso le llamo impuesto confiscatorio para financiar el régimen opresivo”, refiere Sáenz.

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