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Este es el histórico “colchón financiero” que sostiene al régimen de Ortega y que da respiro a la dictadura

Así se reparten los bancos comerciales y el Banco Central el flujo histórico de recursos que sostienen al régimen de Daniel Ortega y que le da sosiego a medida que la cooperación de China y Rusia sigue sin llegar a Nicaragua

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El régimen de Daniel está apurado llenando las arcas del Banco Central de Nicaragua con dinero a su favor, en línea con la meta que se propuso el año pasado de enviar más recursos de la sobrerrecaudación de impuestos a su “colchón financiero” que empezó a construir desde el 2020, luego de pasar apuros entre el 2018 y 2019, que incluso puso en la cuerda floja el régimen cambiario.

Una nueva actualización del Banco Central refleja que el Gobierno cerró el primer trimestre de este año con la cifra récord de 51,644.3 millones de córdobas, un nivel no registrado por otra administración de los últimos 40 años en el país.

Desde diciembre del año pasado, el Gobierno ha trasladado solo al Banco Central un total de 9,430.4 millones de córdobas, bastante similar a los 11,474.8 millones de córdobas que trasladó entre enero y diciembre del año pasado.

Lea además: En el inicio del 2023 se desaceleró la recaudación de impuestos

Si se compara el primer trimestre del año pasado con diciembre de 2021, el aumento de este año es un poco menos sustancial. En ese periodo, el Gobierno había trasladado 11,741.5 millones de córdobas. “Recordemos que en el primer trimestre ocurre el cierre fiscal, entonces muchas empresas declaran y pagan sus impuestos, entonces seguramente estamos frente a un aumento sustancial de la recaudación en este primer trimestre y que el Gobierno decide guardarlos en el BCN, en lugar de dirigirlos a su gasto presupuestario”, explicó un economista, quien pide no ser citado por temor a represalias.

Indica que esa desaceleración en el envío de recursos al BCN comparando el primer trimestre de este año con el año pasado, se debe precisamente a que la economía desde el 2021 ha entrado un proceso de menor crecimiento, “entonces el Gobierno sigue reportando aumento en la recaudación, pero su ritmo es menor, porque es lo que estamos observando en las actividades económicas a tono con la tendencia internacional y la misma incertidumbre política interna”.

De hecho, el Índice Mensual de la Actividad Económica en enero de este año exhibió una desaceleración en su comportamiento. El IMAE en el primer mes del año aumentó 3.2 por ciento, mientras que en igual mes del año pasado fue 5.9 por ciento.

El promedio de los últimos 12 meses, el IMAE creció 3.5 por ciento, mientras que el año pasado fue 10.7 por ciento.

En cuanto a la recaudación de impuesto, cuya cifra está actualizada hasta enero, muestra que el Gobierno central captó 10,045.5 millones de córdobas en impuestos, monto que representa un incremento de 477.5 millones con respecto a los 9,568 millones percibidos durante enero del 2022. Este leve incremento refleja un crecimiento del 5 por ciento, porcentaje muy distante al 26.3 por ciento de aumento que registró la captación de ingresos fiscales en enero del 2022. Cabe mencionar que este saldo aún no muestra el impacto del cierre fiscal.

Pero más allá de eso, lo cierto es que el saldo observado hasta marzo de este año casi triplica lo depositado en el 2017, antes del impacto de tres años de recesión, a raíz del estallido de la crisis sociopolítica en abril del 2018, que ocasionaron que la economía cayera tres años consecutivos, lo que puso bajo presión las reservas internacionales y por ente el régimen cambiario.

Hasta diciembre del 2017, el Gobierno tenía depositado en el Banco Central 17,586.6 millones de córdobas y tras el estallido de la crisis política, profundizada por una fallida reforma a la seguridad social que desembocó en una represión estatal que le arrebató la vida a más de 350 nicaragüenses, las reservas del Gobierno se tambalearon hasta caer a un mínimo de 11,831.7 millones de córdobas en octubre del 2018.

Entre el 2018 y hasta finales del 2020 el régimen enfrentó dificultades para obtener préstamos, que es una de las fuentes que alimentan sus depósitos en el Banco Central, lo que forzó a aplicar una reforma fiscal en el 2019, que gravó hasta productos de la canasta básica.

Pero la pandemia y los huracanes Iota y Eta volvieron a abrirle el grifo en los organismos financieros internacionales, el cual empezó a endurecerse a partir del año pasado, cuando reportó menores desembolsos respecto al 2021. El informe de deuda externa, refleja que en el 2022 el sector público captó 660.2 millones de dólares menor con respecto a los 1,162 millones recibidos en 2021. El BCN informa que esa reducción del 43 por ciento se debió a que en 2021 se recibieron más desembolsos por las atenciones de emergencias frente a los huracanes y la pandemia, algo que ya no ocurrió el año pasado.

Un especialista explicó en su momento que el Gobierno “está preparándose para tener una capacidad de lidiar con políticas contracíclicas o con momentos de mayor adversidad en el futuro y en parte esto tiene lógica. Por varias razones, primero la economía mundial, a como van las cosas, está caminando hacia una desaceleración del crecimiento, inclusive hasta una recesión, la guerra en Ucrania… y luego está la situación política del país, no se sabe cómo se va a encaminar eso, entonces es conveniente tener una política de colchón o adversidad para momentos más complicados”.

El economista recordó que desde hace varios años el Fondo Monetario Internacional ya le había aconsejado al Gobierno que trabajara en crear un espacio fiscal y ahora ante el contexto más adverso están trabajando en función de esa recomendación.

Este ahorro —que el Fondo sugería crearlo a base de reducción de exoneraciones, mejorar la recaudación y controlar los déficits de las empresas públicas— le permitiría al Gobierno enfrentar “los tiempos complicados y poder tener políticas contracíclicas” y eso es precisamente hacia lo que está apuntando el Ejecutivo, dice el especialista.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), en su artículo IV de revisión de la economía de Nicaragua, advirtió que “la ayuda relacionada con la pandemia está disminuyendo y se prevé que la nueva asistencia financiera de instituciones financieras internacionales (IFI) distintas del BCIE sea limitada durante el mediano plazo, dada la Ley Renacer”.

Ortega dispone de más dinero en los bancos

Paralelo a los recursos depositados en el Banco Central, el Gobierno también dispone de dinero en los bancos comerciales. Hasta febrero, el régimen tenía 19,756.3 millones de córdobas, que se suman a los 51,644.3 millones en el BCN, para un total de 71,400.6 millones de córdobas, lo que refleja el enorme colchón financiero que sostienen las finanzas del régimen.

“Es un sustancial colchón financiero que el régimen ha construido a base de los recursos de los nicaragüenses, empresas y trabajadores mediante el pago de impuestos. Pero además también han contribuido los bancos multilaterales y también los mismos bancos comerciales que compran los títulos valores de Hacienda, entonces estamos frente a un sostén financiero, que si bien no garantiza la tranquilidad del Gobierno a largo plazo, al menos le da margen de maniobra en caso de que se le presente una situación similar o peor que la que vimos en el 2018”, dice otro economista.

La fuente hace notar que no han sido los países aliados, como son China y Rusia los que están apoyando esos recursos, porque recordó que hasta ahora ninguno de esos gobiernos han dado cooperación financiera a Nicaragua, como en su momento lo hizo Venezuela, que si bien no entraban esos fondos al Presupuesto General de la República, pero al menos inyectaban dinamismo a la economía mediante los negocios privados del régimen.

Los números oficiales reflejan que desde diciembre el Gobierno ha trasladado a los bancos comerciales 3,410.2 millones de córdobas adicionales. Si se compara con el saldo de febrero del año pasado también hay un aumento, pues en ese periodo habían 17,356.3 millones de córdobas.

Reservas internacionales se benefician

Es precisamente este aumento sustancial de los recursos del Gobierno en el Banco Central, lo que permitió que el Banco Central de Nicaragua informara de un saldo histórico en las Reservas Brutas Internacionales hasta marzo de este año.

Según el BCN, el saldo de las Reservas Internacionales Brutas alcanzó 4,853.8 millones de dólares a marzo, lo que representa 172.2 millones de dólares más que en febrero de 2023, “nivel consistente con una cobertura a base monetaria de 3.2 veces, lo que se considera un nivel adecuado que sustenta la estabilidad del régimen cambiario vigente”.

Si se compara con las reservas al cierre del año pasado, hay un aumento de casi 400 millones de dólares. Hasta finalizar el cuarto trimestre del 2022, las reservas se ubicaron en 4,404.4 millones de dólares, sin incluir los recursos del Sistema Financiero nacional.

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