La activista indígena Anexa Alfred Cunningham, miembro del Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cumplirá en julio un año de haber sido desterrada del país, sin ninguna justificación, por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Alfred concluye que su destierro “fue mensaje” de la dictadura para “la ONU, para el Consejo de Derechos Humanos y a la comunidad internacional, por su discurso, que ellos son soberanos e independientes”.
A finales de marzo de 2022, el Consejo de Derechos Humanos decidió establecer un grupo de tres expertos en derechos humanos sobre Nicaragua, (Ghren por sus siglas en inglés), designados por el entonces presidente del Consejo de Derechos Humanos, Federico Villegas, quien también nombró a Alfred para que formara parte del Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Por su parte el régimen rechazó la resolución que dio paso a la conformación del Grupo de Expertos y se negó a recibirlos en el país. Sin embargo, en abril de este año, se renovó por dos años más el mandato del Ghren.
“Ese mismo año se creó el Grupo de Expertos de Derechos Humanos para Nicaragua, yo fui instrumentalizada para enviar un mensaje a la ONU”, afirmó Alfred.
La activista también considera que a través de su destierro “creo que empezó por ahí enviarle un mensaje a las comunidades indígenas y afrodescendientes porque al final yo tengo un liderazgo en las comunidades y es un mensaje que se les mandó a las comunidades y los líderes que han venido trabajando, no tanto en el tema político, sino en documentar y denunciar la situación que se está viviendo en la Costa Caribe”, manifestó.
La orden del destierro
Como parte de la misión, en el marco del mandato otorgado por el Consejo de DD. HH. de la ONU, para el Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Alfred viajó el 28 de junio de 2022 de Managua a Ginebra.
Las sesiones eran por una semana, más otras actividades que tenía agendadas. El viaje estaba programado para 10 días, regresaría al país el 9 de julio de 2022.
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Explicó que al terminar las actividades tomó su vuelo en la ruta Ámsterdam-México-Nicaragua. Sin embargo, estando en Ámsterdam cuando iba a tomar el vuelo hacia México, “una encargada de la aerolínea me comunicó que el Gobierno de Nicaragua no autorizaba mi entrada al país”, recordó.
Alfred, quien quedó en “shock” con la noticia, se lo comunicó inmediatamente a la Oficina del Consejo de Derechos Humanos, que se comunicó con la aerolínea para confirmar la información y le refirieron lo mismo.
La activista explicó que hubo otras comunicaciones por la vía diplomática, porque en su carácter de experta, “tengo inmunidades diplomáticas ante los estados y deben de ser respetadas”, sin embargo, el régimen ha ignorado todos los intentos de comunicación hasta la fecha.
Villegas calificó el destierro como “un acto de represalia”
Ante la negativa del régimen para impedirle el regreso a Nicaragua, dos meses más tarde, el 28 de septiembre de 2022, el entonces presidente del Consejo de Derechos Humanos, Federico Villegas, hizo un llamado público al régimen orteguista y condenó esta situación como “un acto de represalia” que no tiene precedentes en la historia del Consejo de Derechos Humanos.
“Lamento tener que plantear ante este Consejo una situación inaceptable que involucra a un miembro del Mecanismo de Expertos sobre los derechos de los pueblos indígenas, la señora Anexa Alfred Cunnigham a quien tenemos aquí presente en la sala. La señora Cunnigham, de nacionalidad nicaragüense, (…) en julio viajó desde Nicaragua a Ginebra en su primera misión especial para participar de la décimo-quinta sesión del Mecanismo de Expertos, tras la sesión a la señora Cunnigham se le impidió embarcar en su vuelo de regreso a su país, Nicaragua”, denunció Villegas.
“Es una situación que no se había visto, que un Estado le niegue la entrada a una persona que colabora con los mecanismos de Naciones Unidas”, comentó Alfred.
Alfred no renuncia a volver a Nicaragua
Alfred Cunnigham actualmente se encuentra en Ginebra, Suiza, donde se ha podido reencontrar con sus dos menores hijos, de 8 y 14 años, quienes tienen doble nacionalidad, nicaragüense y estadounidense.
Alfred Cunnigham tomó la decisión de pedir asilo político en Suiza, para “darle estabilidad a mis hijos”, sin embargo, “nunca fue mi intención quedarme fuera de Nicaragua. Hasta el día de hoy, yo no he renunciado volver a Nicaragua”, expresó.
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Asimismo expresó que “en medio de todo lo negativo que puede ser esta situación difícil, tengo la oportunidad de seguir hablando por mi pueblo, por la situación de Nicaragua, además que tengo la obligación y el compromiso moral con los pueblos indígenas”.
El régimen ha impedido la entrada al país a decenas de nicaragüenses, entre opositores, activistas, académicos, sacerdotes, entre otros. En febrero pasado la dictadura excarceló y expulsó del país a 222 presos políticos, a quienes luego les quitó la nacionalidad.
El caso público más reciente es el del diputado indígena, Brooklyn Rivera, a quien en abril pasado la dictadura le negó la entrada al país. Sin embargo, el dirigente del partido Yatama los desafió ingresando por otras vías al territorio nicaragüense.