El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, exiliado por la persecusión de la dictadura de Daniel Ortega, llamó a los sacerdotes a no involucrarse en política partidaria e ideológica, en un contexto en que los ánimos entre los opositores nicaragüenses están caldeados por diferencias ideológicas.
“Los pastores de la Iglesia no deben identificarse directamente con ningún grupo social o ideología política, ni mucho menos involucrarse en la elaboración de estrategias políticas partidarias. El compromiso evangelizador de los pastores en la vida política se sitúa en el ámbito del anuncio de los valores evangélicos con el fin de iluminar el corazón y purificar la razón de las personas y de los grupos”, manifestó Báez en la homilía de este domingo en una iglesia de Estados Unidos.
Este mensaje llega en momentos en que existe un debate por las diferencias ideológicas, sandinismo y antisandinismo, que es un tema interminable entre algunos opositores nicaragüenses. Aún así, el obispo auxiliar no se refirió a ningún caso particular de un sacerdote involucrado en este debate.
Monseñor Báez es uno de los sacerdotes más críticos de la dictadura de Daniel Ortega, que ha denunciado las violaciones de derechos humanos y ha demandado elecciones libres y justas para superar la crisis política que vive el país desde 2018.
En 2019, Báez se vio obligado a salir del país por las amenazas y persecución de la dictadura orteguista, desde entonces no ha podido regresar al país, sin embargo, desde el exilio ha seguido denunciando las arbitrariedades de la dictadura de Ortega, la persecución y los ataques contra la Iglesia católica de Nicaragua, entre esto el encarcelamiento de sacerdotes, incluyendo el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, condeado a 26 años de prisión por críticar al gobierno orteguista.
“Nosotros los obispos, junto con los sacerdotes, tenemos la responsabilidad principal de exponer y transmitir la doctrina moral y social de la Iglesia. Los pastores de la Iglesia estamos llamados a formar las conciencias de las personas en su vida personal y en la vida política, ayudando a que todos perciban las exigencias del bien, del amor y de la justicia. Estamos llamados también a denunciar con valentía y claridad, a la luz del Evangelio, todo lo que se opone al plan de Dios y atenta contra la dignidad y la libertad de las personas. Este es nuestro modo de entrar a la vida política”, expresó Báez.
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El obispo auxliar de Managua fue desnacionalizado por la dictadura de Ortega, al igual que otros 300 nicaragüenses, la mayoría opositores.
Los mensajes de Báez en las misas dominicales son un referente de crítica contra la dictadura, el abuso de poder, denuncia social y advertencias sobre la manipulación de la palabra de Dios, debido a que es una práctica de Ortega y su esposa, Rosario Murillo.
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En los últimos años, la dictadura de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, ha radicalizado sus ataques contra la Iglesia católica, encarcelando sacerdotes y prohibiendo todas las actividades religiosas que se realicen afuera de los templos. También ha cancelado numerosas organizaciones sociales, caritativas, albergues de la Iglesia católica, centros académicos, medios de comunicación de línea católica, expulsado monjas y sacerdotes del país.
La guerra de Ortega contra la Iglesia católica lo llevó a suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano, tras una crítica del papa Francisco por la detención de sacerdotes en Nicaragua.