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Foto Cortesía de la OEA.

Piden a la OEA que en su próxima Asamblea General “analice cómo ponerle límites” al régimen de Ortega

La Asamblea General de la OEA tendrá lugar en junio próximo en Washington. Dos exembajadores y una activista analizan sobre qué se puede esperar de esa reunión para Nicaragua

La socióloga y activista nicaragüense de derechos humanos, Haydée Castillo, desde su exilio en Estados Unidos, afirmó que “es imposible vivir en un país sujeto a la arbitrariedad y al estado anímico con que amanece la pareja” dictadora —Daniel Ortega y Rosario Murillo— que “cada día inventa una nueva medida (represiva) en esa carrera por sostenerse en el poder a toda costa”, en crítica a la anulación de los títulos y licencia como abogados y notarios públicos a 26 profesionales.

Acción que a criterio de Castillo debe ser analizada en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que tendrá lugar en junio próximo en Washington, para poner un límite a los abusos de la dictadura en Nicaragua.

“Haber inhabilitado a abogados/as defensores de derechos humanos es una muestra más de esta política de aniquilamiento que el régimen ha establecido ante la defensoría de derechos humanos y ante cualquier disidente en Nicaragua. Este es un régimen dictatorial y absolutista que ha decidido imponerse mediante la fuerza de las armas y el aniquilamiento de la disidencia o de quienes defienden y protegen los derechos humanos”, expresó Castillo.

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Sin embargo, para Castillo lo que no mide la dictadura “es que la población en general —incluidos algunos que hasta hace poco estaban con ellos— van tomando distancia al ver la incertidumbre, la falta de seguridad y de garantías”.

Por ello, “estas son situaciones que proponemos que la OEA en su próxima Asamblea General analice cómo ponerle límites. No podemos aceptar ni acostumbrarnos a vivir sin protección y ser despojados de los derechos con los que nacemos”, dijo Castillo, quien a la vez considera que la situación de Nicaragua debe ser analizada en la cumbre regional entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) que reunirá a líderes europeos, latinoamericanos y caribeños, en julio próximo, en Bruselas.

La crisis de Nicaragua debe seguir en el radar

El 4 de mayo pasado la Misión Permanente de Canadá ante la OEA en conjunto con las representaciones de Antigua y Barbuda, Chile, Costa Rica y Estados Unidos solicitaron incluir “la situación en Nicaragua” en el proyecto de agenda del quincuagésimo tercer período ordinario de sesiones de la Asamblea General del organismo.

El exembajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields, considera que “no deja de ser importante que la Asamblea General de la OEA, que va a reunir a cancilleres de más de 30 países, sigue siendo relevante que aborde el tema de Nicaragua. Eso significa que Nicaragua es importante, está en el radar”.

“El mundo no se ha olvidado de Nicaragua, incluso ayer (lunes) mismo, el secretario de Estado (de EE.UU.) Antony Blinken, mencionaba la situación de monseñor Rolando Álvarez, pero sobre todo la Asamblea General de la OEA es importante que aborde el tema de Nicaragua”, agregó McFields.

Ortega se ha burlado de la OEA

A criterio del analista político y exdiplomático nicaragüense, José Dávila Membreño, la OEA enfrentará en su próxima Asamblea General la más dura prueba de fidelidad en su historia a sus principios, su Carta Constitutiva y la Carta Interamericana Democrática.

“Al abordar la situación de Nicaragua se estará enfrentando al régimen de un aún estado-miembro que ha sobrepasado todo límite pensable en materia de violaciones a los derechos humanos de sus ciudadanos y a los principios democráticos. Además estará ante un régimen que ya ha renunciado a ser de la OEA, confiscó sus oficinas en Managua, y se alejó de América convirtiéndose en peón de Rusia y China, y los países adláteres de su bloque mundial de dictaduras”, dijo Dávila.

Nicaragua dejó de asistir a las sesiones de la Asamblea General y del Consejo Permanente de la OEA, luego que el 19 de noviembre del 2021, Ortega a través del canciller Denis Moncada denunció la Carta de la OEA e inició su proceso de salida del organismo. El proceso concluirá en noviembre de este año.

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El exdiplomático sostuvo que Ortega “se ha burlado de la OEA y de todo principio democrático universal al desterrar, confiscar nacionalidades, expropiar propiedades de los presos, y recientemente lo inverosímil de anular los títulos de abogados de los opositores”.

Asimismo recordó que “la OEA tiene en sus artículos 20 y 21, formas de presionar a los países que han abandonado el orden democrático, pero al régimen de Nicaragua ya no le importa eso, sabe que la OEA no puede pasar de gestiones diplomáticas de buena voluntad para que el gobierno de Ortega tome un camino democrático”.

“Si la OEA ya se siente agotada en sus recursos para traer democracia a Nicaragua, podría pensar en dejar en libertad a cada país miembro, para que por sí solo decida las medidas que puede aplicar a Nicaragua para terminar con el sufrimiento del pueblo nicaragüense, y pueda el país encaminarse por el camino de la paz, la libertad y la democracia”, recomendó Dávila.

Diferencias entre líderes de la región y la OEA

Por su parte, McFields señaló que hay un aspecto importante que destacar en cuanto al papel que juega la OEA sobre la crisis de Nicaragua, y es que “la OEA de hoy en día está marcada por el signo de la izquierda, una izquierda que está en la OEA, pero rechaza al organismo, me refiero a países como Bolivia, México, Argentina, Brasil, que ellos han expresado que están en la OEA, pero no creen en ella, ni en su liderazgo, entonces hay un sentimiento generalizado de no respetar a la OEA, de no valorarla o simplemente no tomar ninguna acción en contra de algunos presidentes, corruptos y criminales como Ortega”, expresó.

Estos países, a juicio de McFields, no están interesados en “defender la democracia y los principios fundamentales de la OEA”.  

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“La OEA actual está en una lucha por su propia sobrevivencia como un organismo relevante en América Latina y el Caribe, entonces ese es el contexto actual en el que entramos a esta Asamblea General, el panorama político es totalmente distinto al de hace cuatro, cinco años, eso marca la pauta”, añadió.

Por lo que considera que en la próxima Asamblea General “si va a haber una condena generalizada a Ortega, pero no hay apetito y fortaleza para ir más allá, siendo realista, porque es un nuevo contexto, el panorama latinoamericano es rosa, no quieren expulsión o desconocimiento de un Estado, porque la mayoría de estos Estados no tienen intención de ir más allá de un colega ideológico a como ven al dictador Ortega”, lamentó McFields.

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