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Don Daniel Simeón

Mi padre, don Daniel Simeón Ortega Cerda, nació en 1905 en Los Rincones, Masatepe, y se crio en Granada con la disciplina rigurosa de su culto y patriota progenitor, don Marco Antonio Ortega quien es parte activa de la época de la intervención norteamericana en nuestra patria.

Ejerce la docencia en el Instituto Nacional de Oriente siendo su director, y aporta a la política a través de su accionar en el Partido Conservador, impulsando una facción independiente, que incorpore a: “La masa compacta del pueblo, el artesano, el trabajador, el labriego, no son hoy elemento inconsciente que acepta sin discusión las decisiones de la minoría”.

Mi abuelo en 1909 escribió los versos del himno de Nicaragua La Patria Amada que sustituyó a Hermosa Soberana, el himno de José S. Zelaya. Y, tuvo como alumno a Anastasio Somoza García, vínculo que le permite en 1934 interceder por su hijo Daniel Simeón, para que no fuera fusilado por la Guardia Nacional en Wiwilí.

Don Daniel admira la Sociedad Teosófica de Madame Blavatsky. Sus ideas políticas fueron motivadas por el liberalismo de los años veinte, y fue un ferviente seguidor de Augusto César Sandino a quien escribió una carta, razón por la cual fue hecho prisionero. En una parte de su misiva dice: “Desde ahora cuénteme entre sus incondicionales y leales soldados y le agradecería un salvoconducto sin fecha, para llegar hasta Ud. y luchar a su lado decidido a quemar mi vida, átomo micro cósmico, en el incensario de nuestro amor y devoción por PATRIA Y LIBERTAD. Atentamente Amigo y S.S. Dan. Ortega C.”

En 1934, don Daniel prisionero es obligado a caminar descalzo de Matagalpa a Jinotega hasta sangrar: “Terminada la masacre de Sandino y sus hombres en Managua y el cruel genocidio con los de Wiwilí, tuve yo el honor de ser encarcelado de orden personal del jefe director Somoza García en respuesta a una carta-protesta de aquel acto cobarde y traicionero ante la faz del mundo”.

Un año después, el 21 de febrero, mi padre fue encarcelado nuevamente en la cárcel La Pólvora, en Granada, y por orden de Somoza debe leer el libro que sobre Sandino el dictador ha escrito y que, cuando se lo terminara de aprender, quedaría en libertad. Don Daniel relata: “En La Pólvora estuve leyendo a los presos comunes El verdadero Sandino del ‘historiador’ Somoza”. Seguidamente Somoza García lo entrevistó para comprobar si había leído el libro y le entregó un sobre cerrado. Mi papá al abrirlo encontró dinero, entonces se lo envió de regreso. Somoza le contestó con un telegrama diciendo: “Entonces comé mierda”.

Posteriormente, en 1939 don Daniel arriba a La Libertad, Chontales, pequeño pueblo minero, donde nacen sus primeros hijos, quienes mueren en 1945, en junio Germania de tres años y de dos Sigfrido en noviembre, víctimas de las inclemencias en esas regiones montañosas, y este mismo mes nace Daniel José. Mis padres emigran a Juigalpa donde nací en 1947, y mi hermana Germania del Carmen un año después, y se trasladan a vivir a Managua donde nace Camilo Antonio, en 1950, en la Colonia Somoza, frente al parque Somoza, a la estatua de Somoza y al estadio Somoza. Daniel y yo, estudiamos la primaria en el Colegio Calasanz, y disfrutamos los potentes chorros de agua de colores, cuando se inaugura la fuente luminosa del General Somoza.

En la década 1960, don Daniel ideó una Cartilla de Alfabetización con el novedoso método radiofónico de apoyarse en los números de los calendarios, para señalar la letra correspondiente en el abecedario. Decía que el campesino más humilde conocía los números y que ese saber facilitaba la tarea de enseñanza radial, induciendo a una identificación instantánea de la letra mencionada.

 A través de su primo, el periodista José Ortega Chamorro, y con la autorización del profesor Julio César Sandoval, consiguió un espacio en El Reportero Matinal que transmitía Radio Mundial, en el que se enseñaba a leer. El programa de alfabetización fue suspendido por el régimen somocista, porque entre otros temas se insistía en los verbos no odiar, no asesinar, no torturar, no robar, no mentir.

Don Daniel con el conocido pianista Rodolfo Arana Sándigo, compuso el Cumpleaños Feliz Nicaragüense, pieza musical que por un tiempo se escuchó en Radio Mundial y que en una sola estrofa expresa: “Tu cumpleaños este día, que no se lo lleve el viento, Dios te dé en todo momento, salud, plata, y alegría”.

De su poesía destacan la parodia Lucha Triunfal Campesina; Resignación Cristiana; Con la mano derecha, que me dedica con motivo de las lesiones de bala en mis brazos. Domingo de Ramos; El Toro y yo; 5 Navidades de injusta prisión, para su hijo Daniel. De su archivo epistolar, son de destacar sus cartas a monseñor Obando y Bravo, y a través de él a su santidad el Papa Paulo VI y al demócrata Edward Kennedy, en procura de la libertad de los prisioneros. Escribió un himno y un símbolo de paz que en partes reza: “Bajo el azul cielo de cada país, la cruz blanca del trabajo honrado y el sacrificio de la justicia mutua nos dará el pan de cada día lleno de Amor y Paz.”

En diciembre de 1972 se produce el devastador terremoto que destruye nuestra capital. En el barrio San Antonio, en el epicentro del espanto, mi madre y mi padre son sepultados al derrumbarse nuestra vivienda, pero salvan sus vidas. En 1975, 21 de abril, muere nuestro padre don Daniel. En 1978, capturado en combate es asesinado a torturas Camilo. En 1999 muere de cáncer Germania, la sacrificada hermana inseparable de nuestra madre doña Lydia. Ella, el año 2005 fallece, con su cabeza cana en mis brazos a los 97 años edad, acompañados únicamente de su enfermera.

Don Daniel Simeón, ante el terrible calvario que la lucha conlleva, insiste en que la consigna debe ser Patria libre y vivir.

El  autor es general (retirado) del Ejército de Nicaragua. Historiador, miembro de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua.

COMENTARIOS

  1. Hace 2 años

    Si Somoza hubiera fusilado a ese viejo en 1934, las pestes de sus hijos no habrían derramado los ríos de sangre que hicieron correr los últimos 44 años

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