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La situación de Nicaragua y la Unión Europea

En abril de 2018, el pueblo de Nicaragua se volcó a las calles en aquella rebelión ciudadana inéditamente autoconvocada y autofinanciada por primera vez, en una lucha cívica y pacífica sin precedentes.

En ese abril de 2018 los indicadores macroeconómicos daban cuenta de una Nicaragua en “crecimiento”, éxito adjudicado al modelo corporativista y en el que supuestamente gobernaban conjuntamente Gobierno, sector privado y trabajadores. La gran pregunta es, ¿por qué si Nicaragua crecía y los que ejercían el poder se ufanaban de un exitoso modelo corporativista, en 2018 el pueblo estaba en las calles en dimensiones de protesta solo comparadas cuando el levantamiento contra la dictadura de los Somoza?

La razón es muy sencilla, lo poco que se había logrado de institucionalidad y de democracia después de la guerra y hasta finales de los 2000 por el esfuerzo de la sociedad civil organizada, fue echado por la borda por los dos caudillos, el de derecha y el de izquierda en el llamado pacto Alemán Ortega. Se repartieron las instituciones del Estado y violentando el marco constitucional permitieron al FSLN retornar al poder con menos votos que los requeridos por la Constitución.

La rebelión de abril puso al descubierto un régimen que se llenaba las bolsas a manos llenas y malversaba la cooperación venezolana. Que desmantelaba los derechos humanos y repartía migajas al pueblo. Que le despojaba de sus medios de vida con un sistema económico basado en la explotación de los recursos naturales, en el monocultivo, centrado en la exportación y en la minería. Eso es lo que explica por qué el pueblo se volcó en abril a las calles y donde el supuesto gobierno que se autollamaba “cristiano, socialista y solidario” lo enfrentó con armas de guerra, cometiendo crímenes de lesa humanidad.

Un estudio reciente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) determinó que Nicaragua es el tercer país en América Latina con mayor prevalencia de hambre. Esos son los resultados cuando la riqueza se concentra en pocas manos, se fortalece el unipartidismo, el caudillismo, la corrupción y se coacta a los sindicatos de trabajadores para que estén del lado del opresor.

En  Centroamérica estamos ante un retorno de las dictaduras, que llegan mediante fraudes electorales. Se disfrazan de democracias, pero conducen a los mismos resultados de aquellas dictaduras militares oprobiosas de las décadas de los 50 a los 70 del siglo pasado. ¿Cómo se le puede llamar a un régimen que ha cancelado arbitrariamente a más de 3,000 organizaciones de sociedad civil y que ha dejado sin universidades con autonomía a la juventud? ¿Que tiene en la cárcel a todos los candidatos y candidatas a las elecciones presidenciales, a sacerdotes, laicos y hasta a familiares de opositores que no puede apresar convertidos en monedas de cambio?

Actualmente en Nicaragua hay más de 256 personas presas políticas, de estas, 25 son mujeres, sometidas a tratos crueles e inhumanos. ¿Dónde está el respeto a la Cláusula Democrática del Acuerdo de Asociación entre la UE y CA, si según la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos solo entre julio y agosto de 2022 hubo 112 defensoras agredidas en El Salvador, Honduras, México y Nicaragua? De abril de 2018 a agosto de ese año hubo 7,200 agresiones a defensoras de DD. HH., activistas y sus familiares en Nicaragua. La ONU reconoce que las defensoras de DD. HH. en Mesoamérica son las más agredidas en el mundo.

Como miembro del Foro de Mujeres para la Integración Centroamericana tuve la oportunidad de participar desde el Comité Consultivo del Sistema de la Integración Centroamericana (CCSICA) en la delegación de la sociedad civil, cuando se discutía el Acuerdo de Asociación Estratégica entre la Unión Europea y Centroamérica (AdA). A pesar de nuestra advertencia, privó de nuevo el comercio pues fue el único pilar que entró en vigencia, mientras el de cooperación y el político, como dirían en el lenguaje popular, “duermen el sueño de los justos”. Eso explica por qué muchas veces mientras se emiten declaraciones condenatorias al régimen, por otras vías se le oxigena como lo hace el FMI, el BCIE, el BM y el BID, sin que medien los aspectos éticos y los derechos humanos como principios vitales.

Podemos darnos una idea de lo que sucede cuando la economía no va de la mano de los derechos humanos y del respeto por todas las formas de vida, incluso de la tierra misma. Allí están los resultados, una sociedad que estalla, que se desangra en soledad y que ve con desaliento cómo gobiernos vecinos empiezan a seguir esos mismos pasos.

Centroamérica, y Nicaragua en particular, toda es como un río desbordado hacia afuera de sus fronteras, que busca cauces en países de destino de la migración forzada sin que se vea una luz de esperanza. Decenas de compatriotas mueren en el río Bravo en la frontera de México y EE. UU. buscando protección. Es una ganancia perversa: el dinero de las remesas sostiene a 850,000 familias y también genera poco más de 15 por ciento de los impuestos recaudados por el Estado. El régimen se libra de más de 200,000 desempleados. 2,146.9 millones de dólares, precisó el Banco Central llegaron en remesas manchadas por muertos en el río Bravo en la frontera entre México y EE. UU., secuestros, extorsiones por parte del crimen organizado, una cadena de violaciones en el trayecto una vez forzados a salir de Nicaragua.

El Acuerdo Comercial entre la UE y los países de América Central reconoce como elemento clave para el desarrollo sostenible el respeto por los derechos humanos. Enunciado que como expresan estos datos son papel mojado para la dictadura en Nicaragua. ¿Cómo puede una sociedad civil desmantelada, perseguida y criminalizada hacer valer su voz, organizarse y ser efectiva en la lucha contra una dictadura que nos mantiene con un fusil AK en la sien, que nos persigue hasta en el exilio político?

 Es preciso revisar la eficacia del mecanismo institucional y de seguimiento de este Acuerdo Comercial, el rol de su Junta de Comercio y Desarrollo Sostenible, los grupos asesores y el Foro de Diálogo de la Sociedad Civil. Debemos buscar mecanismos eficaces en la protección de los derechos humanos. La economía es vital, generar riqueza es necesario para poder distribuir, pero si solo se produce para acumular sin medida y sin una institucionalidad que regule, la tranquilidad aún de los sectores favorecidos, durará muy poco.

Hay que agradecer todos los esfuerzos realizados hasta hoy por las diferentes instancias de la Unión Europea acompañando al pueblo nicaragüense  en estos momentos tan oscuros de nuestra historia. Se necesita con urgencia una mediación internacional en materia de derechos humanos, con figuras como la del alto representante de la UE sobre Derechos Humanos, Eamon Gilmore, a fin de lograr la liberación inmediata de todas las presas y presos políticos y evitar una persona muerta más en las cárceles de la dictadura. Hace falta establecer un principio de debida diligencia que permita incrementar el apoyo financiero a organizaciones de sociedad civil, personas defensoras y medios de comunicación en el exilio político.

Se deben promover canales de comunicación más articulados y estrechos entre la delegación de la UE y las embajadas de los Estados miembros en Nicaragua y la sociedad civil local o en exilio, promoviendo los espacios diplomáticos para la búsqueda de una salida sostenida a la crisis. En la próxima cumbre de la UE con Latinoamérica se debe escuchar activamente la voz de la sociedad civil y que se aborden las causas estructurales de la crisis de la democracia y de las libertades y de los medios de vida que hoy vive la región en la búsqueda de un modelo de desarrollo centrado en el cuidado de todas las vidas incluida la del planeta y nuestros medios de vida.

Esta es una oportunidad valiosa para que juntos empresa privada, los actores sociales, ambientales y políticos construyamos un proyecto común donde el cuidado de la vida y la libertad sea el centro de otra forma de hacer la política y la economía. El Consejo Económico y Social Europeo, la amplitud de la sociedad civil europea, junto a la sociedad civil de Latinoamérica estamos llamados a usar estos espacios y encuentros para buscar soluciones que los Estados y el multilateralismo hasta hoy no han sido capaces de brindar, estamos llamados a ser críticos, autocríticos y a no atemperarnos ante la historia.

Como sociedad civil debemos hacer un pacto social y humano para ir juntos, de la mano, en la búsqueda de la justicia, de las libertades, de la empatía, para cultivar los sueños de que un mundo más vivible es posible. Si todos nos disponemos no hay duda que amanecerá, y es ahora, no hay tiempo que esperar, la esperanza está aquí, no nos defraudemos.

La autora es defensora nicaragüense de Derechos Humanos. Este artículo es su presentación, editada, en la reunión de la Sección de Relaciones Exteriores del Comité Económico y Social Europeo (CESE) del 31 de enero de 2022.

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