Desde su retorno al poder en 2007, Daniel Ortega acumula una interminable lista de promesas incumplidas. Estas van desde la utopía de crear un nuevo orden mundial más justo hasta la eterna ambición del canal interoceánico y un sinfín de soluciones a problemas puntuales. Durante la crisis que generó la pandemia de covid, la promesa fue producir una de las vacunas rusas. La meta no se limitaba a abastecer la demanda local. También ofreció vender el excedente de producción a los países de la región.
De los 12.28 millones de dosis que el régimen dice que ya aplicó, solo 4.60 millones de dosis eran rusas. Y a la fecha se desconoce cuánto pagó el país por ellas. Mientras que el resto, en su mayoría estadounidenses y británicas. han llegado a través de donaciones.
Incluso, en octubre de 2021, la cogobernante Rosario Murillo confirmó la llegada de la materia prima para comenzar a producirlas. Pero dos años después, las vacunas rusas no están disponibles, ni siquiera en el esquema de inmunización que aplican los centros de salud. Ahora la que más ofrecen es la estadounidense Pfizer, pediátrica y de adultos. Y el tema de producirlas simplemente se sumó a la lista de proyectos fallidos de los Ortega Murillo.
La promesa de convertir a Nicaragua en un gran productor y exportador de inmunizantes data de octubre de 2016, cuando inauguraron el Instituto Latinoamericano de Biotecnología Méchnikov y tomó más fuerza en 2020 cuando surgió la pandemia de covid-19. En agosto de 2020, Stanislav Uiba, gerente general del Méchnikov, le aseguró a una agencia de noticias rusas que Nicaragua comenzaría a producir vacunas contra la covid-19 a finales de 2020.
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Desde 2020 prometieron vacunas
“Esperamos iniciar la producción a finales del 2020. En este momento todavía no sabemos mucho sobre este virus ni sobre qué efecto inmune van a provocar las vacunas en nuestros cuerpos o cuánto va a durar esa inmunidad, aunque se cree que son dos años. La duración de la producción va a depender de la celeridad de los estudios fase 4”, aseguró. En este momento la idea era producir la Sputnik.
La promesa se retomó en octubre de 2021, mientras miles de nicaragüenses hacían enormes filas en los puestos de vacunación e incluso acampaban desde la noche anterior para conseguir una dosis. En ese momento, las que estaban disponibles eran las rusas Sputnik V y Sputnik Light. Quienes las rechazaban por no estar aprobada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) tuvieron que viajar hasta Honduras en busca de las estadounidenses Moderna y Pfizer.
Durante la celebración del VI congreso internacional Rusia-Nicaragua, se anunció que el Instituto Méchnikov produciría la vacuna CoviVac. “Por el momento nos concentramos en la CoviVac que no es un esfuerzo menor. Es un paso de gigantes para un país como el nuestro. Pero que como decía (Rubén) Darío, somos un país que sueña en grande; nosotros hemos alcanzado grandes hitos en estos últimos 12 años”, dijo el asesor para la Promoción de Inversiones, Comercio y Cooperación, Laureano Ortega Murillo, a medios oficialistas.
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Planearon venderla a otros países desde enero del 2022
El 20 de octubre de 2021 durante su alocución diaria a través de los medios oficialistas, Murillo confirmó la llegada de la materia prima y el inicio de las pruebas. “La materia prima se recibió hoy para dar inicio a las pruebas de laboratorio y a todos los procesos para producir y tener la vacuna lista para ser distribuida e incluso aplicada en la primera mitad del año 2022”, aseguró Murillo.
En diciembre del 2021, el embajador de Rusia en Managua, Alexandr Jojólikov, le confirmó a una agencia de noticias que en enero del 2022 la vacuna estaría lista para aplicarla a la población y también para venderla a países de la región.
“Esperamos que a partir del próximo mes, en enero (del 2022), ya vamos a suministrar esta vacuna entre la población nicaragüense y para exportarla. Es una vacuna especial, es una vacuna clásica, se llama CoviVac del laboratorio Chumakov, no contiene el virus vivo, por eso es clásica”, señaló el diplomático.
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También ofrecieron fabricar la Convasel
El CoviVac es el segundo suero contra la covid-19 desarrollado por los rusos. Pero igual que la Suptnik no contaba con el aval de la OMS. Se supo que sus fabricantes no cumplieron con los tiempos de entrega de documentos requeridos.
En marzo de 2022, los efectos de la invasión rusa a Ucrania obligaron a la OMS a suspender la evaluación e inspección de las instalaciones donde se elaboran las vacunas. “La delegación ha tenido problemas para reservar vuelos. También para usar tarjetas de crédito y otros temas operativos”, dijo la OMS al postergar el proceso de evaluación.
En medio de la suspensión del proceso de evaluación —requisito indispensable para que las vacunas sean aprobadas por la OMS—, los Ortega Murillo retomaron la promesa de fabricar vacunas. Pese a no haber concretado la promesa de fabricar la Sputnik y la CoviVac, anunciaron un tercero.
“Tenemos previsto comenzar a corto plazo a transferir las tecnologías para la producción de la vacuna Convasel a la plataforma del Instituto Latinoamericano de Biotecnología Méchnikov en Nicaragua”, informó en abril de 2022 la Agencia Federal Médico-Biológica (FMBA) de Rusia.
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Todo quedó en promesa sin cumplir
Al final una mezcla de desconfianza entre los usuarios, incluso rusos, y los retrasos en la producción y certificación de las vacunas sepultaron los planes rusos de convertirse en un gran productor de vacunas. Este fracaso también sepultó la posibilidad de que Nicaragua se convirtiera en un fabricante y exportador de vacunas.
Al final, el proyecto simplemente se sumó a la lista de promesas incumplidas. Actualmente las vacunas rusas ni se fabrican ni se importan para aplicarlas a la población. En su mayoría los nicaragüenses las rechazaron por carecer del aval de la OMS, y aprovecharon que el Ministerio de Salud (Minsa) ofrece que cada año se repita el esquema completo. Así los que en 2021 recibieron las rusas, ahora se han puesto otras que sí están aprobadas por la OMS.
Curiosamente, luego de poner sus esperanzas en las vacunas rusas y cubanas, desde noviembre de 2022 cuando en Nicaragua se masificó la vacunación contra la covid-19, la que más se ofrece es la estadounidense Pfizer, tanto pediátrica como de adultos. Y a la fecha siguen llegando miles de dosis a través de diversas donaciones. La más reciente de 300 mil dosis procedentes de Hungría.
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