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Pese a que el próximo 30 de octubre Brasil vuelve a las urnas para el balotaje, la dictadura nicaragüense se ha ilusionado con la victoria por un estrecho margen en primera vuelta del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, ante el actual mandatario el derechista Jair Bolsonaro, crítico del régimen sandinista.
En las elecciones del domingo pasado, el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula consiguió el 48.4 % de los votos, mientras que el Partido Liberal (PL) de Bolsonaro logró un 43.2 %. Para ganar en primera vuelta es necesario al menos el 50 % de votos, lo que obliga a ambos candidatos disputarse la Presidencia de Brasil en segunda vuelta.
Aun así la dictadura orteguista celebró el resultado: “Este primer momento de triunfo nos anima y alienta a todos, y al felicitarte a vos y al Brasil, nos felicitamos sabiendo que el mundo es de los que luchan y que vamos logrando las transformaciones necesarias con valentía”, expresó este lunes la vicepresidenta designada y vocera oficial del régimen orteguista, Rosario Murillo.
El expresidente de Brasil y referencia de la izquierda latinoamericana reconoció en 2021 que las cosas no andan bien en Nicaragua, pero nunca ha condenado la violación de derechos humanos en el país y tampoco se ha referido a la actual persecución contra la Iglesia católica y sus líderes religiosos.
Mantendrán la amistad por encima de los DD. HH.
Partiendo de eso, en caso de que Lula gane la elección presidencial, LA PRENSA consultó con expertos sobre ¿cuál será su posición sobre el régimen y la posible postura que tomaría con respecto a las relaciones con Nicaragua?
El analista político Eliseo Núñez considera que si Lula retorna al poder, Brasil pasaría a formar parte de la lista de los países que se abstienen a opinar y condenar la violación de derechos humanos en Nicaragua, como México, actualmente.
“Lula va a anteponer, y de eso estoy absolutamente seguro, sus preferencias ideológicas y su amistad con Daniel Ortega por encima del tema de derechos humanos”, dijo Núñez.
A la vez ,agregó que “no miro ninguna posibilidad de que (Lula) sea algún tipo de soporte al tema de derechos humano, creo de que básicamente estamos enfrentando a una izquierda que es anacrónica, que basa su contenido ideológico en América Latina creyendo que Estados Unidos es culpable de todo y que cuando alguien ataca a los EE. UU., como es el caso de Ortega, le da una patente de corso para hacer lo que quiera con su propio país”.
Postura del PT sobre Nicaragua
A criterio del politólogo Humberto Meza, quien reside en Río de Janeiro, Brasil, la postura de un eventual gobierno de Lula, con relación a lo que ocurre en Nicaragua, “se encuadra en la perspectiva que se comporta el partido con relación a América Latina, una de las cosas que nos queda claro a los nicaragüenses que estamos en Brasil es que el PT no tiene un discurso único, una percepción única sobre el tema de Nicaragua. No es homogéneo”, señaló.
Es decir, “no todo el mundo le cree a Ortega o que ha sido víctima de una tentativa golpe de Estado y tampoco todo mundo cree que Ortega sea dictador. Hay una disputa dentro del partido con relación al asunto de Ortega”, precisó.
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Asimismo, recordó cuando el PT tuvo que retirar de su página web las felicitaciones emitidas al régimen por las polémicas elecciones de noviembre 2021, “pues eso reveló de que no hay consenso dentro de los partidos con relación al tema de Nicaragua”. “Pero eso es con relación a los partidos, una cosa muy distinta es Lula”, aclaró.
Al respecto Meza dijo que vale la pena distanciar un poco a Lula de la forma en que el partido funciona porque, “para estas elecciones específicamente Lula está liderando una alianza de centro, inclusive de centroderecha para volver al poder, lo cual lo está conduciendo a un eventual gobierno que no sea ni parecido con alguna estrategia de izquierda tradicional, basta ver su fórmula presidencial —Geraldo Alckmin— viene de la derecha tradicional brasileña que ha sido aniquilada por Bolsonaro en este proceso electoral también“.
“Yo creo que eso de alguna forma puede ser que defina las relaciones internacionales que un actual gobierno del PT o gobierno Lula pueda realizar. Eso me lleva a pensar también, cuál es la postura o la interpretación que Lula ha tomado sobre Nicaragua, primero, no ha condenado a Ortega, pero tampoco lo apoya, pero se queda en esa narrativa“, añadió.
El silencio de Lula ¿cómplice o estrategia?
En cuanto al silencio de Lula sobre la crisis de Nicaragua, el doctor en Ciencias Políticas considera que sea porque, “él todavía piensa en que hay algo que se puede hacer por el país”. Es decir, “que él pueda ejercer algún papel como el presidente de Brasil para incidir en que algo cambie con relación al tema de Nicaragua”.
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“Lula es alguien que tuvo una importancia con relación al liderazgo de Brasil en América Latina hace 20 años cuando fue presidente por primera vez, y por la importancia que Brasil tiene en la región, él le daría un empuje a una estructura latinoamericana que pueda hacer lo que la OEA no puede hacer por ejemplo, por las disputas que tiene Ortega con EE. UU. y la OEA”, agregó Meza.
El experto reiteró que Lula podría pensar en “aprovechar ese papel y experiencia en la región para querer incidir, influir en América Latina y que pueda ejercer alguna presión o negociación con Ortega con relación a encontrar un camino democrático a la crisis eterna que Nicaragua vive. No sé si eso va a ocurrir, pero me parece que él apuesta un poco a eso”.
No obstante, aseguró que “por más que ellos (el PT o Lula) tengan estrategias, eso no quiere decir que resulte, porque no sabemos si Ortega los va a escuchar, la reacción de Ortega y Murillo eso no lo controla nadie”.
Lula no tiene el poder asegurado
Para el analista político e historiador, Óscar René Vargas, no se puede especular sobre su relación con Nicaragua, primero Lula tiene que ganar, lo cual “está muy difícil”, sostuvo.
“No tiene nada asegurado, Lula puede perder. Ya perdió en los electos a la Cámara de diputados, en el Senado y en las gobernaturas. Aunque haya obtenido un buen resultado en la primera vuelta, eso no asegura el triunfo en la segunda”, indicó.
En cuanto a las felicitaciones del régimen a Lula, Meza expresó: “El que Rosario Murillo felicite o no felicite no cambia mucho cuáles son las perspectivas que los extranjeros puedan tener sobre el régimen de Nicaragua, recordemos que Murillo también felicitó a (Gabriel) Boric y a (Gustavo) Petro, eso no impone ninguna norma con relación a cuál va a ser la reacción”.