El obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez, cumple este lunes 18 días de estar bajo arresto domiciliario en Managua, desde que oficiales de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (DOEP) lo sacaron en horas de la madrugada del pasado viernes 19 de agosto de la Curia Episcopal de Matagalpa, donde permaneció durante 16 días bajo retención policial junto a otras personas.
La Policía, horas después de haberlo sacado de su jurisdicción, informó que el obispo fue llevado al domicilio de su familia en Managua, mientras sus acompañantes: cinco sacerdotes, dos seminaristas y un laico fueron trasladados a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), donde el pasado 31 de agosto recibieron la visita de sus familiares, quienes no brindaron detalles de la condición física y de salud en que encontraron a sus parientes.
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El viernes que la Policía sacó de la Curia al obispo Álvarez, de 55 años, el cardenal Leopoldo José Brenes informó en un comunicado que la condición física del obispo estaba “desmejorada”, sin dar más detalles. Esa fue la última vez que se tuvo información de monseñor, hasta este domingo 4 de septiembre, cuando nuevamente el cardenal le dijo a la Agencia EFE que ha estado en comunicación con monseñor y que “está muy bien”.
“He estado platicando con él (…) De salud me dijo que está muy bien. Lo encontré de mejor ánimo. Tuve un buen tiempo platicando con él y él nos pide que sigamos orando por él y que ojalá pues, el Espíritu Santo nos ilumine para que pronto solucionemos este conflicto”, sostuvo el cardenal.
Brenes dijo que monseñor Álvarez “está siendo bien cuidado”, y que incluso “su familia va dos veces por día a visitarlo, en la mañana y en la tarde”, y que también “su prima, que era la que le cuidaba la casa, limpiaba y le cocinaba los días que estaba en Managua, le sigue cocinando”.
Situación del obispo no deja de causar preocupación
Organismos de derechos humanos e incluso altos jerarcas latinoamericanos no han dejado de demandar su libertad y el respeto a la libertad religiosa para Nicaragua. El obispo auxiliar, monseñor Silvio José Báez, al dar inicio a la eucaristía de este domingo aseguró que la celebraba en comunión con el obispo Álvarez.
Monseñor Báez, exiliado en Miami, compartió en su cuenta de Twitter su preocupación por la incertidumbre de no saber cómo está el obispo Álvarez. Demandó su libertad y aseguró que no debe ser obligado a dejar el país, una posibilidad que ha estado en conversación pública.
“Estoy muy preocupado por la incierta situación de mi hermano obispo, Mons. Rolando Álvarez, quien fue privado ilegalmente de su libertad hace un mes. ¡Mons. Álvarez no debe ser obligado a exiliarse! ¡Tiene que ser liberado de inmediato y volver a su Diócesis!”, compartió monseñor Báez.
Otro que cuestionó la situación de Álvarez fue monseñor Eugenio Salazar, obispo de la Diócesis de Tilarán-Liberia, en Costa Rica, a través de una publicación de Facebook. “¿Dónde está mi hermano monseñor Rolando Álvarez?”, preguntó y añadió que el obispo de Matagalpa, “voz profética de Nicaragua, sigue preso en casa de habitación, por una procesión con el Santísimo. Él no quiere dejar su tierra y la dictadura quiere desterrarlo. ¡Está rodeado por la Policía como un criminal, aislado e incomunicado! Oremos por su integridad física”.
Destacó que el pueblo católico del país “sufre por su excelente pastor”, y dijo que en Nicaragua “hay un terrorismo de Estado y la gente tiene terror a la brutal represión, en nombre del pueblo”, por lo que pidió oración por la Iglesia católica en el país centroamericano.
En esa misma línea, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) se pronunció y exigió su inmediata libertad. “No más persecución a la Iglesia. Libertad ya”, decía la leyenda que acompañó la demanda.
Este domingo cuando el padre Uriel Vallejos confirmó su exilio pidió que “no dejemos solo a monseñor Álvarez, nuestro obispo que se ha sacrificado por nuestro país. Es el momento de la unidad. Las personas no se negocian porque no son cosas. Espero pronto la liberación de mi obispo, de los sacerdotes, seminaristas y laico”.
“Delito de secuestro”, afirma experto
Yader Morazán, exfuncionario del poder judicial y especialista en Administración de Justicia, dijo que “el hecho que lo hayan cambiado de lugar (de Matagalpa a Managua) no varía su condición, la Policía no es una autoridad para dictar arresto domiciliar, es una facultad del juez dentro de un proceso, en una audiencia, delante de un acusado, su abogado defensor donde se deben argumentarse las razones por las cuales se pide esa medida”.
Precisó que para la legislación nicaragüense el lugar donde se encuentre, ya sea en casa u otro espacio, “el solo hecho de privar a una persona en contra de la voluntad, ya hace esto que sea un delito de secuestro lo dice el artículo 163 del Código Penal”.
El delito tiene como agravante dos razones: “Que el secuestro haya sido mayor a 10 días y por otro lado, que el secuestro sea realizado por una autoridad, funcionario, o empleado público”, eso establece el artículo 165 del Código Penal.
Consideró que las acciones son “peores” debido a que no se ha privado solo al obispo como “persona imputada, a pesar que no se conoce un proceso en su contra, sino que esto ha trascendido a terceras personas como son sus familiares que habitan en esa casa, sabemos que ellos tienen impedido la comunicación, etc., son acciones que agravan más la situación del obispo”.
El obispo estuvo bajo asedio policial desde el 3 de agosto, la mañana del día siguiente la Policía le impidió realizar una procesión con el Santísimo Sacramento y desde entonces estuvo retenido sin acceso a alimentos ni a medicinas en la Curia Episcopal de Matagalpa.
El viernes 5 de agosto fue señalado por la Policía, a través de un comunicado, de intentar “organizar grupos violentos” y anunció el inicio de un proceso de investigación.