La Policía del régimen de Daniel Ortega acusó al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, de intentar “organizar grupos violentos” y anunció el inicio de un proceso de investigación que conlleva a mantener en sus domicilios a los señalados, incluido el sacerdote, quien ha sido objeto de asedio policial en la sede episcopal de esa ciudad, desde este miércoles.
A través de una nota de prensa, la Policía acusa a monseñor Álvarez de “organizar grupos violentos, incitándolos a ejercer actos de odio en contra de la población, provocando un ambiente de zozobra y desorden, alterando la paz y la armonía de la comunidad con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua”.
El aviso de la policía del régimen se da horas después que la vicepresidenta designada y vocera, Rosario Murillo, amenazó afirmando “que no se deben infringir las leyes, mucho menos cometer delitos” y dos diputados sandinistas acusaron al Obispo Álvarez de estar “incitando a la violencia”.
Hasta el momento la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), no se ha pronunciado al asedio que enfrenta monseñor Álvarez. LA PRENSA trató de comunicarse con monseñor Carlos Herrera, presidente de la instancia, pero no se lograron resultados.
El régimen de Ortega encarceló a los sacerdotes Manuel Salvador García por los supuestos delitos de amenazas con arma contra cinco personas por lo que fue condenado a dos años de prisión y monseñor Leonardo Urbina, acusados de supuesta violación a una menor de edad.
El padre García además fue encontrado culpable por supuestas lesiones contra Martha Candelaria Rivas, quien por negar la acusación fue encarcelada y condenada a cinco años de prisión por el delito de falso testimonio.
La policía mantuvo asediado y retenido durante dos días al padre Uriel Vallejos, párroco de la iglesia Jesús de la Divina Misericordia, en Sébaco, tras el cierre de la radioemisora que dirigía. Este 1 de agosto el régimen clausuró siete radios de la Diócesis de Matagalpa.
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Este viernes, por segundo día consecutivo el obispo de la Diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez, celebró la eucaristía en la capilla de la sede episcopal donde desde el miércoles la Policía estableció un cerco que ayer le impidió trasladarse a la Catedral para celebrar la misa del jueves eucarístico. Le acompañan seis sacerdotes y seis laicos, a quienes la Policía tampoco les permite salir de la residencia.
“Todos los doce que estamos aquí estamos conscientes de que estamos en las manos de Dios”, aseguró el prelado durante la eucaristía que transmitió a través de las redes sociales de la Diócesis de Matagalpa.
Pese a la “retención”, el obispo dijo que mantiene la alegría, fuerza y paz interior y le sigue manifestando al mundo su capacidad de diálogo, concordia, entendimiento, reconciliación, amistad, fraternidad, libertad y paz. Y reiteró su confianza en que el Señor restaurará a Nicaragua.
Antimotines mantienen bloqueadas las puertas
El obispo inició la eucaristía diciendo: “Desde nuestra curia episcopal de Matagalpa en la capilla de las Misericordias nos encontramos reunidos, y también retenidos como ustedes saben, para ofrecer esta santa eucaristía por todos ustedes. Por los millones de hermanos y hermanas que han estado atentos de nuestra situación”.
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Según monseñor Álvarez, los seis sacerdotes y los seis laicos que lo acompañan se confían a la Virgen Santísima. Y confirmó que la vía de circulación frente a la curia se encuentra cerrada y bloqueada por la Policía del régimen y que la puerta principal de la curia y la del garaje se mantienen bloqueadas por agentes de la Dirección de Operaciones Especiales (DOEP), conocidos como antimotines.
“El Señor restaurará Nicaragua”
Según el obispo, la Iglesia cree en la esperanza, en el amor y en la fortaleza que les da Dios. “Por eso una vez más les llamamos a mantener viva la esperanza. A mantenerse fuertes en el amor y a vivir en la libertad de los hijos de Dios, sabiendo que el Señor, como nos ha dicho en la primera lectura, cumplirá su palabra… el Señor restaurará a Nicaragua”, sostuvo.
Además, invitó a los católicos a tomar nuestras propias cruces. “Nosotros los doce que nos encontramos reunidos en el nombre del Señor en esta capilla de las Misericordias en la eucaristía y retenidos por las fuerzas policiales… pensamos en el pueblo nicaragüense, nuestra mirada no es autorreferencial. Estamos en las manos de Dios y somos conscientes de que únicamente estamos en las manos del Señor que es todopoderoso y que es el que siempre vence y nuestra mirada está puesta en el pueblo de Nicaragua”, dijo el obispo.