La toma del Palacio Nacional, el 22 de agosto de 1978, por parte de un comando sandinista, significó uno de los más grandes golpes militares y mediáticos que le propinó la guerrilla del Frente Sandinista (FSLN) a la dictadura somocista. Cumple hoy lunes 44 años de haber ocurrido y, paradójicamente, dos de sus dirigentes son víctimas de la nueva dictadura que instauró en Nicaragua su excompañero de armas, Daniel Ortega Saavedra.
Se trata de los comandantes guerrilleros Hugo Torres y Dora María Téllez, el primero de ellos falleció como preso político en la madrugada del recién pasado 22 de febrero de 2022, mientras que Téllez permanece en prisión desde hace 435 días, totalmente aislada de los demás prisioneros en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como el nuevo Chipote.
Tanto Téllez como Torres fueron capturados el 13 de junio de 2021 por la Policía orteguista. Tras la muerte de Torres, el régimen dijo que había suspendido el juicio en su contra y en el caso de Téllez, de 65 años, fue condenada por el sistema judicial de la dictadura a 8 años de prisión, por el supuesto delito de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional.
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Téllez dirigió la guerra contra Somoza en el occidente de Nicaragua, mientras que Torres fue destacado guerrillero que posteriormente fue general del ejército.
No se sabe nada de Téllez
El comando sandinista que asaltó el Palacio Nacional estaba dirigido por Edén Pastora, el número Cero; Hugo Torres, número Uno y Dora María Téllez, número Dos.
Pastora durante sus últimos años se mantuvo cerca de Ortega. Dirigió parte de las fuerzas paramilitares con las que Daniel Ortega y Rosario Murillo asesinaron a más de 300 nicaragüenses civiles que se levantaron en protestas cívicas en abril de 2018, y falleció el 16 de junio de 2020.
De los tres líderes de la toma al Palacio Nacional, solo Dora María Téllez está con vida, pero el régimen orteguista la mantiene aislada en una celda del nuevo Chipote.
Téllez, junto con Sergio Ramírez Mercado, fundaron el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) en 1995. Disintieron del FSLN.
El MRS ahora se llama Unión Democrática Renovadora (Unamos) y Ortega encarceló a sus principales dirigentes.
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Fuentes allegadas a Unamos explicaron a LA PRENSA que en estos momentos Téllez está totalmente aislada en una celda oscura en el pabellón de varones. Ni siquiera puede ver los alimentos que se come.
En los últimos días, la Policía orteguista ha permitido que le lleven galletas y granola, lo cual es óptimo porque el estado de salud de Téllez es crítico.
Torres liberó a Ortega y Ortega después lo encarceló y lo dejó morir en prisión
A Hugo Torres un policía orteguista lo sacó desmayado de su celda. Los demás presos políticos no supieron de él hasta que días después se supo que había fallecido.
Desde diciembre de 2021 la salud de Torres se había desmejorado. Los demás reos políticos lo supieron porque antes de esa fecha, junto con Dora María Téllez, fueron quienes más “dignidad” mostraron desde el primer día de encarcelamiento,pero poco antes de su muerte, se le empezó a ver decaído.
“Es triste que un hombre, con lo que entregó, haya muerto en esas circunstancias, tan crueles. No lo dejaron ir a morir a su casa. Era una cuestión humanitaria. Ortega tuvo que haberle dicho: ‘Ya no me representás un peligro, andate a tu casa’. Hugo jamás mereció ese trato, de una grosería como esa”, indicó recientemente un exguerrillero sandinista a la revista Magazine de LA PRENSA.
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Lo más paradójico en el caso de Torres es que no solo participó en la toma del Palacio Nacional, sino también en el asalto a la casa del exfuncionario somocista José María Castillo, en 1974, mediante el cual se logró la liberación de Daniel Ortega, quien tenía siete años preso. Es decir, Hugo Torres luchó para que Ortega fuera liberado y después Ortega lo encarceló y lo dejó morir en prisión.
La toma del Palacio Nacional
Un grupo de 25 guerrilleros sandinistas se tomó el Palacio Nacional en agosto de 1978, con un buen número de personajes relevantes del régimen de Anastasio Somoza Debayle. Entre ellos estaban Luis Pallais Debayle, primo hermano de Anastasio Somoza, y José Somoza Abrego, hijo del general José Somoza, hermano del dictador. También el ministro de Gobernación, Antonio Mora.
El ya fallecido guerrillero José Santiago Pupiro Nicaragua contó a LA PRENSA que a todos los miembros del comando los entrenaron en una finca en El Crucero, donde no los dejaban ni asomarse por las ventanas.
A los ocho días los concentraron de nuevo en una casa cerca de Tipitapa y esta vez sí hubo acción. El martes 22 de agosto de 1978, entre las 8:00 y las 9:00 de la mañana, los mandos le expusieron al grupo de qué se trataba la operación. Les preguntaron quiénes querían seguir adelante y todos dijeron que sí. “Había una tensión enorme. Se siente miedo, pero tenés que centrarte”, recordó Pupiro Nicaragua.
El jefe era Edén Pastora, el comandante Cero, y le seguían Hugo Torres, el número Uno; Dora María Téllez, número Dos y Walter Ferreti, Chombo, el número Tres, fallecido en 1988. Los otros 22 miembros del comando tenían un número, pero no llevaban la secuencia de 4, 5, 6, sino que eran dispersos, para hacer creer que se trataba de un grupo con una cantidad grande de guerrilleros. A Pupiro Nicaragua le correspondió el número 13.
“Silencio, viene el jefe”, gritaron los guerrilleros sandinistas al entrar al Palacio Nacional. Eran como las 12:15 del mediodía de ese martes 22 de agosto de 1978, escribió el periodista de LA PRENSA, Manuel Eugarrios.
Pupiro Nicaragua recordó que entraron disfrazados como los soldados de la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI), de la Guardia Nacional de Somoza, de verde olivo, boina, buenas botas, fusiles Garand. Pupiro Nicaragua explicó que entraron al Palacio con la actitud de dichos soldados, con un “trato brusco”, apartando a golpes al que no se quitaba.
Los diputados somocistas y conservadores habían iniciado sesión a las 11:45 de la mañana, recuerda el periodista Eugarrios, en su libro Dos… Uno… Cero Comandante. Y Pupiro Nicaragua rememora que ese día el Palacio estaba lleno, porque en la segunda planta estaban los diputados, pero en la parte baja había oficinas donde la gente pagaba impuestos y había desde niños hasta ancianos. “A nosotros solo nos interesaban los diputados”, explicó Pupiro Nicaragua.
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El guerrillero número 13 solo pensaba en dos cosas: en todo lo que había aprendido en la escuela de entrenamiento de su amigo Agapito Román y en vivir. “Sin los diputados que estaban adentro (del Palacio), Somoza manda a matar a todo el que estaba dentro, bota ese Palacio”, recordó.
Uno de los diputados era José Somoza Abrego, sobrino del dictador Anastasio Somoza Debayle. “Vea tío, negocie”, le dijo Somoza Abrego al dictador, explicó en su momento Pupiro Nicaragua.
Pupiro Nicaragua pasó casi dos días dentro del Palacio, solo durmiendo dos horas y comiendo únicamente una pierna de pollo con pan que les llevó monseñor Miguel Obando. Por servicios higiénicos no sufrió porque “había bastante” en el Palacio.
Un error que cometieron los sandinistas es que no desconectaron los muchos teléfonos que habían en las distintas oficinas del Palacio y muchos empleados pasaron información a la Guardia, hasta que un guerrillero descubrió a alguien hablando. Luego, solo dejaron funcionando el teléfono “rojo” para comunicarse con Somoza.
Pupiro Nicaragua expuso que Edén Pastora les animaba para que los miembros del comando soportaran la presión. “Hay que luchar, si no lo hacemos nosotros, nadie lo va a hacer”, les decía el comandante Cero. “Edén todo te lo pone fácil”, dijo Pupiro Nicaragua, en aquel entonces.
Cuando todo terminó, tras Somoza conceder una gran parte de lo que exigían los guerrilleros, el comando salió, escudado en los principales rehenes, en unos buses en dirección al Aeropuerto Las Mercedes, donde abordarían un avión con destino a Panamá.
“Lo mejor de todo es que nadie se había rajado. Pero no voy a olvidar que nunca esperé ver a un pueblo que te dé la despedida. La gente no tuvo miedo y reventó los cordones de seguridad de la Guardia para decirnos adiós. En ese momento supimos que se podía luchar y ganar”, recordó Pupiro Nicaragua.