Al menos treinta estaciones de radio han salido del aire por orden del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Cerca de la mitad de estas emisoras son de perfil religioso, siete comunitarias y el resto meramente comerciales. Además de la violación de derechos de libre expresión, acceso a información y democracia, la confiscación de equipos, el perjuicio económico para sus propietarios, la pérdida de empleos de los trabajadores, la afectación al tejido social de los radioescuchas en las comunidades es alta.
El objetivo de las emisoras de perfil religioso es evangelizar. El de las comunitarias educar y empoderar a grupos específicos de la población en la defensa de sus derechos; y las comerciales entretener e informar. El factor común entre todas es representar una amenaza para el autoritarismo y la censura que ha impuesto la administración Ortega Murillo.
Lea también: Estas son las ocho emisoras católicas que el régimen ordenó cerrar en Matagalpa
El impacto más fuerte de este apagón radial fue el cierre de las emisoras comunitarias, ya que, según plantea la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), su objetivo es contribuir a la “transformación social, búsqueda de un sistema justo con vigencia de los derechos humanos, con acceso y participación de las mayorías”.
Algunas personas ven en esta arremetida del régimen una oportunidad para apurar su transición hacia el mundo digital, aunque otras no han sobrevivido o no podrían tener el mismo chance de subsistir al ataque.
Confiscación de sus equipos
Quizás por ello es algunas de las radios comunitarias no tienen oportunidad de sobrevivir a esta arremetida del régimen, ya que pertenecían a Organizaciones No Gubernamentales (ONG) a las que además de cancelar su personería jurídica les confiscaron sus bienes, entre ellos los equipos de transmisión.
Por tanto, sus audiencias han perdido el apoyo la capacitación, guía y apoyo que recibían a través de ellas. Los afectados, son segmentos específicos de poblaciones, en su mayoría de comunidades remotas donde la información es escasa. Entre ellos la niñez y adolescencia, mujeres y con el cierre de las de perfil religioso, feligreses tanto católicos como evangélicos.
Puede leer: Régimen cierra dos radios pertenecientes a la familia de Aníbal Toruño
A esta diez emisoras comunitarias y tres centros de producción radial se suman ocho emisoras de la Diócesis de Matagalapa cerradas el pasado 1 de agosto que funcionaban en distintos municipios y dos más de la Costa Caribe.
Indistintamente de que sean religiosas, ambientales o feministas, el denominador común de todas estas emisoras es su vinculo directo con las comunidades a donde llegaba su mensaje; algo que las emisoras nacionales no les pueden garantizar.
Le puede interesar también: Cierre de Radio Bosawas: “Ortega es enemigo de la libertad de expresión”
Oportunidad en medio de la adversidad
Existe temor de que estos cierres provoquen la pérdida permanente de un gran valor social por los lazos y los tejidos comunitarios que estas emisoras establecieron, y que estas poblaciones queden a expensas de los medios oficialistas cuya función es contribuir al adoctrinamiento partidario y al amarillismo que ellos promueven.
Sin embargo, Argentina Olivas, directora de radio Vos y directiva de AMARC Nicaragua, considera que incluso las tres emisoras que perdieron sus equipos por el cierre de las organizaciones que las administraban, pueden aprovechar esta arremetida del régimen para dar el salto de lo análogo a lo digital.
En el caso de radio Vos, este cierre provocó que tras 18 años de transmisión agilizar el paso hacia lo digital que habían iniciado desde 2018. “La decisión del régimen no nos agarró movidas… Nos han hecho acelerar el paso… Por eso digo que esta afectación es temporal”. dice Olivas.
El problema que enfrenta actualmente radio Vos es que la transmisión en línea estaba vinculada a la análoga y al cerrar esta última tampoco había transmisión en línea. Es por ello que de momento solo transmiten a través de las redes sociales.
Puede leer también: Telcor cierra Radio San Carlos, de Río San Juan, porque supuestamente “no cuentan con la potencia de 500 watts que autorizan”
Utilizar tecnologías y seguir en sintonía con la audiencia
Sin embargo, ella espera que la transición a lo digital se concrete próximamente. Para hacerlo, usarán una plataforma reproductora llamada Radio Boss que permite escuchar la transmisión en vivo, pero también escuchar la radio sin consumir datos. Esto les facilitará seguir llegando a su audiencia; pues en las comunidades muchas personas tiene teléfonos inteligentes, pero el acceso a internet no es generalizado; y en otros casos todavía no cuentan con la señal o esta es de mala calidad.
Algo similar ocurre con las emisoras de perfil religioso, prácticamente todas las que han cerrado han mantenido su programación a través de las redes sociales; y la mayoría ya están en las plataformas de streaming, o en proceso de entrar a ellas.
“Los derechos humanos siempre los vamos a defender ya sea en línea o como sea. No debemos tener sentimiento de derrota, hay que verle el lado positivo a estos cambios. Las tecnologías están a nuestra disposición, solo tenemos que aprender a utilizarlas. Con estos cierres simplemente nos obligaron a acelerar el paso y tenemos que estar abiertos a los cambios para seguir en sintonía con nuestra audiencias porque a ella es que nos debemos y por la que debemos seguir defendiendo los derechos ciudadanos”, asegura olivas.