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¿Hay alguien que no crea en el Real Madrid?

Por más que uno se sumerja en los datos, las sensaciones de los equipos, desarrollo de juegos previos y la comparativa de cada jugador, todo es una moneda al aire. En la Teoría del Todo Stephen Hawking marca con una frase la duda que siempre existe: “Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira a los lados antes de cruzar la calle”

Hay una frase muy común entre los aficionados y especialistas del futbol sobre el equipo blanco: “el Real Madrid no juega las finales, las gana”. Y es que la historia les da la razón, el Madrid gana 13 de 16 finales de Champions League, siendo la última derrota ante el Liverpool hace 41 años en Francia. A partir de ese traspié no ha vuelto a perder una sola final de las siete que ha disputado.

Antes del inicio de una final siempre está la incertidumbre de qué va a ocurrir, quién es el favorito y cómo se desarrollará el juego. Por más que uno se sumerja en los datos, las sensaciones de los equipos, desarrollo de juegos previos y la comparativa de cada jugador, todo es una moneda al aire. En la Teoría del Todo Stephen Hawking marca con una frase la duda que siempre existe: “Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira a los lados antes de cruzar la calle”.

Seguí de cerca cada uno de los partidos del Liverpool y el Real Madrid en los últimos meses y entendí que son dos equipos brillantes por la sencilles de su juego. No es difícil entender la verticalidad, la intensidad y presión asfixiante de los ingleses. Los vi sufrir contra el Villarreal, casi escapar de la pelea contra el City por la liga ante el Tottenham, remar contra corriente frente al Aston Villa, Southampton y Wolves. El Liverpool no pestañea cuando está atrás en el marcador, de aquel equipo derrotado en la final de Champions en 2018 por el Madrid, ha evolucionado. Tienen mayor madurez para afrontar los marcadores en contra y como todo gran club siempre depende de las individualidades cuando todo está cuesta arriba: Luis Diaz, Mané y Salah son los hombres más desequilibrantes, mientras Virgil y Konaté construyen una muralla atrás.

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Al Real Madrid nunca se le ha conocido por jugar bien, se le conoce por ganar y saber maniobrar cuando está con la soga al cuello, gestiona sus nervios y controla las emociones. En este año me es imposible ir en contra del Madrid. Han demostrado ser capaz de ir contra lo imposible: PSG, Chelsea y Manchester City. Ese toque especial generador de magia solo lo tiene el Madrid y esa costumbre de ir a una final una y otra vez los hace convertir los nervios en energía. El Madrid tiene a dos jugadores muy superiores ofensivamente, uno será Balón de Oro como es Benzema y el otro en el futuro (Vinicius). Tiene un mediocampo con Modric, Kroos, Casemiro y reforzado con Valverde para modular los tiempos y tomar las riendas del encuentro y atrás su defensa es competitiva, aunque ligeramente inferior a la del oponente, aunque su escudero final (Courtois) es el mejor arquero del mundo.

Cuando inicia el duelo los análisis previos suelen tirarse a la basura. Pensaba que la Juventus sería un oponente a la altura del Madrid y recibió una paliza (4-1), creí que el Madrid sufriría en 2018 ante el Liverpool y vi el peor juego en mucho tiempo (3-1), los ingleses parecían niños sin experiencia, carcomidos por los nervios de una final, en especial Karius. Con todo y eso, aunque después de ver cómo el Madrid ha sabido sobrevivir para reaccionar y creo firmemente en que ganarán la Champions, tendré que mirar a los lados antes de cruzar la calle.

Deportes Real Madrid archivo

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