Se conoce que Atenas, la antigua, ilustre y legendaria ciudad de Grecia, debe su nombre a Atenea, que era la diosa de la sabiduría porque nació del cerebro de Zeus.
Al ser fundada Atenas, pero antes de que se le diera un nombre, Zeus dijo a Atenea y Poseidón que la naciente ciudad llevaría el nombre del que entre los dos le hiciera el mejor regalo.
Atenea plantó un olivo y explicó las cualidades casi milagrosas de aquel árbol y sus frutos. Poseidón, por su parte, ofreció un animal al que llamó caballo y razonó sobre la utilidad que tendría para la vida de la gente.
Zeus juzgó que el olivo sería más útil que el caballo y de esa manera la nueva ciudad —que llegaría a ser una de las más importantes y gloriosas en la historia de la humanidad— fue llamada Atenas, en honor de Atenea.
Pero Atenas no nació de la nada ni resultó del simple desarrollo de un originario asentamiento humano.
Cuenta la leyenda que desde Egipto llegó al Ática —región de Grecia donde está Atenas— un ser extraordinario que era mitad hombre y mitad serpiente, y se llamaba Cécrope. Este se casó con Aglauro y tuvieron un hijo varón al que llamaron Ericsitro, así como tres hijas mujeres a las que nombraron Aglauro (como la madre), Herse y Pandroso.
Cécrope construyó una ciudadela a la que llamó Cecropia y para poblar sus alrededores poco a poco fue reclutando a gente de los lugares vecinos.
Cécrope les enseñó a adorar y rendir culto correctamente a los dioses. Sobre todo, los convenció de que dejaran de hacerles sacrificios de sangre (de animales y seres humanos) y que los sustituyeran con ofrendas de flores, trigo y otros frutos de su propio trabajo. Por indicación de Cécrope, desde entonces Zeus fue llamado “el Altísimo”.
Después de elaborar las reglas del culto divino, Cécrope dictó las leyes de las relaciones humanas y la primera fue la del matrimonio, para promover y fortalecer la unidad de la familia.
Más adelante hizo un censo y creó un padrón en el que estaban inscritos todos sus súbditos, que a esas alturas rondaban los cincuenta mil. Formó también una especie de institución de consulta pública y administración de justicia, integrada por las personas más viejas, expertas y sabias de la ciudad. La llamó Areópago, que significaba “colina de Ares”, porque en el sitio donde fue instalada el dios griego de la guerra había sido juzgado por los demás dioses, por haber matado a un hijo de Poseidón llamado Halirrotio, quien había violado a Alcipe, hija de Ares.
Cécrope reinó durante cincuenta años en Atenas. Pero no lo sucedió ninguno de sus hijos, sino un personaje llamado Cranas, quien no mucho tiempo después fue destronado por Anfictión, su yerno.
Cabe mencionar que Anfictión era hijo de Deucalión y Pirro, y durante su reinado ocurrió el diluvio.