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Luis Almagro, Secretario General de la OEA. LA PRENSA/Archivo.

¿Es viable o no la propuesta del secretario general de la OEA de nuevas elecciones en Nicaragua?

Analistas políticos y expertos en Derecho Internacional consultados por LA PRENSA explican la respuesta a esta interrogante, que ha generado críticas a favor y en contra

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, propuso como única solución a la crisis sociopolítica que arrastra Nicaragua desde 2018, que nuevamente se celebren las elecciones presidenciales y legislativas en el país. Pero, ¿qué tan viable o realista es la propuesta?. Analistas políticos y expertos en Derecho Internacional consultados por LA PRENSA explican la respuesta a esta interrogante, que ha generado críticas a favor y en contra.

“La única ruta posible para Nicaragua es la celebración de nuevas elecciones con un proceso con garantías, observación electoral calificada y verdadera competencia electoral en el marco de un Estado respetuoso de los derechos humanos”, compartió Almagro en su cuenta oficial de Twitter acompañada de parte de la intervención que hizo en el Consejo Permanente de la OEA el 29 de noviembre, como parte del proceso de evaluación colectiva que hace el organismo sobre la situación de Nicaragua.

El secretario general de la OEA insistió en destacar que las elecciones celebradas el 7 de noviembre de 2021 en Nicaragua fue “un proceso que no cumplió ninguno de los elementos esenciales de la democracia descritos en la Carta Democrática Interamericana, respeto a los derechos humanos, a las libertades fundamentales. Las elecciones no fueron ni libres, ni justas”.

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Almagro también señaló que desde el 2017 se habían instalado una hoja de ruta, que consignaba recomendaciones fundamentales para llevar adelante un proceso electoral que fuera justo y transparente el país. Detalló que había un proyecto para emprender reformas electorales y contribuir al fortalecimiento del Consejo Supremo Electoral (CSE).

Los magistrados del Poder Electoral, a fines al régimen orteguista, asignaron a Ortega y Murillo el 75.87 por ciento de los resultados de las votaciones religiéndolos como presidente y vicepresidenta para un nuevo mandato de cinco años. Ese resultado fue rechazado por la comunidad internacional, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó las elecciones como una “pantomima”.

¿Viable o no?

El politólogo y analista del Diálogo Inter-Americano en Washington, Manuel Orozco, considera que la propuesta de Almagro es viable, pero “siempre y cuando se cumplan con ciertas condiciones previas”. Orozco insiste en subrayar que para solucionar la situación de Nicaragua se requiere de acuerdos de corto y largo plazo de tal manera que se aborden en diferentes tiempos y espacios políticos el deterioro drástico del país.

“Los acuerdos que resulten de una negociación precedida por un diálogo que muestre compromisos de cumplimiento y confianza mutua, como la restauración plena de derechos civiles y políticos de los Nicaragüenses —incluyendo de quienes tienen acusaciones, estén o no en prisión— y la inclusión de los interlocutores que han participado en el diálogo nacional del 2018 y las negociaciones del 2019 en materia de corto plazo, y las negociaciones del 2019 en materia de corto plazo”, sostuvo Orozco.

Manuel Orozco, politólogo y analista del Diálogo Inter-Americano en Washington. LA PRENSA/Cortesía OEA

Por su parte, el politólogo costarricense y catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR), Alberto Cortés, considera que lo que propone el secretario general de la OEA, es la salida política “correcta” y coincide en destacar que “siempre y cuando incluya la liberación de las personas presas políticas, el retorno de la población exiliada y la modificación de la legislación y del Consejo Supremo Electoral (CSE) para permitir la incorporación de la oposición y la observación internacional”.

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No obstante, a su criterio sostiene que en estos momentos ante el escenario es “poco viable” porque “Ortega y Murillo están convencidos de que deben mantenerse en el poder a cualquier costo y la correlación que tienen no los obliga a cambiar de posición. Tiene que haber más presión internacional y una mayor unidad de la oposición y de las fuerzas que quieren un cambio democrático para que el escenario de salida electoral pueda empezar a viabilizarse”.

El politólogo costarricense y catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR)

En esa misma línea, el experto en derecho internacional, temas de integración y catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR), Carlos Murillo Zamora, además de coincidir que es una buena iniciativa sostiene que “no tiene la más mínima viabilidad debido que prevé que no se concertaría.

“Yo creo que es una buena iniciativa, pero no tiene la más mínima viabilidad, o sea no se va a concretar, porque tendría que concretarse entre esta y la próxima semana de que el régimen dictatorial acepte la propuesta y veamos desde el lado de Ortega-Murillo, por qué tienen que aceptarla si ellos consideran que el resultado de sus elecciones son legales y legítimas”, dice Murillo Zamora.

Analista internacional Carlos Murillo Zamora. LA PRENSA / CORTESÍA
Analista internacional Carlos Murillo Zamora. LA PRENSA / CORTESÍA

¿Aceptaría o no Ortega?

En un supuesto de que Almagro oficialmente le proponga a Ortega que realice nuevamente las elecciones, los expertos consultados por LA PRENSA sostienen que es incierto. Por una parte, dicen que dependerá de la presión que ejerza la comunidad internacional y por otro lado el tiempo.

El analista político y exdiputado liberal, Eliseo Núñez, afirma por su parte que “sí Ortega no tiene más presión encima no aceptará”, mientras que el politólogo Orozco indica que “yo dudo que Ortega acepte eso”.

Daniel Ortega. Archivo/LA PRENSA / TOMADA DEL 19 DIGITAL

Y destaca que Ortega pocas veces ha entrado en diálogos porque “es un tipo transaccional que no dialoga sino que interpela a quienes le pueden dar algo a cambio bajo sus términos”, y rememora que de los acuerdos principales que ha participado Ortega, “el diálogo no le ha favorecido por eso ha optado por imponer su agenda con transacciones que incluyen cuotas de poder o favores políticos y económicos”.

En cuanto al tiempo, sostiene que el 2022 “será otro punto en la historia y aunque sus actores en la oposición podrán ser los mismos, su compromiso con la democracia es mayor que en otros momentos”.

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Con lo anterior, coincide el experto costarricense Murillo Zamora debido a que siente que no hay tiempo para que primero Ortega acepte la propuesta. “Una vez que el 10 de enero (del próximo año) haya el traspaso de poderes va a decir ya se consolidó el traspaso de poder así que no es asunto de elecciones”.

Agrega que de la misma manera no se puede obviar que realmente en la OEA “no hay una posición unánime sobre este tipo de solicitudes o propuestas porque hay países como Argentina y México que están exigiendo no injerencia entra en una posición muy ambigua consideramos que no fue el mejor proceso pero no nos metamos”.

Régimen denunció la Carta de la OEA

El pasado 12 de noviembre, la Asamblea General de la OEA aprobó una resolución sobre “La situación de Nicaragua” que declaró ilegítimas las elecciones generales del pasado 7 de noviembre y mandó a una evaluación por parte del Consejo Permanente de la crisis del país, antes del 30 de este mes.

La resolución fue aprobada con 25 votos a favor, siete abstenciones, uno en contra (Nicaragua) y una ausencia. La Asamblea General es la máxima autoridad de la organización hemisférica, conformada por 34 países.

En respuesta a esa resolución y al rechazo internacional a las votaciones amañadas del 7 noviembre, el régimen ordenó al canciller Denis Moncada presentar el pasado 19 de noviembre la renuncia oficial de Nicaragua a la OEA e iniciar el proceso de salida del organismo.

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“Estamos renunciando y desvinculándonos de esa organización, dando por terminado el vínculo del Estado nicaragüense y la OEA”, dijo Moncada durante su comparecencia a medios oficialistas.

El régimen acusa al organismo de cometer reiteradamente acciones injerencistas en los asuntos internos de Nicaragua, el mismo argumento que utiliza siempre que cualquier país u organismo le sugiere que deje en libertad a los más de 150 presos políticos que tiene, respete los derechos humanos de los nicaragüenses y reencause al país a la senda de la democracia.

De acuerdo con analistas políticos y exdiplomáticos, Ortega estaría tratando de evadir ser expulsado por la Asamblea General de la OEA del organismo hemisférico, porque el proceso de renuncia dura al menos dos años.

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