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El régimen de Daniel Ortega pretende adelantarse a la suspensión de Nicaragua de la Organización de Estados Americanos (OEA), ya que esa es una de las posibles acciones que podría tomar el organismo ante la situación que vive el país, afirman expertos en el ámbito diplomático consultados por LA PRENSA.
Este viernes, 19 de noviembre, Nicaragua, por decisión del régimen, oficializó su renuncia a su participación en la OEA. Los expertos identifican que los efectos tras el retiro serían desde un mayor aislamiento diplomático, hasta la poca o nula accesibilidad a financiamiento del exterior.
La decisión de Ortega fue avalada por los otros tres poderes del Estado de Nicaragua, dirigidos por funcionarios afines al régimen: Legislativo, Judicial y Electoral. Y se da exactamente una semana después de que, el 12 de noviembre, la Asamblea General de la OEA aprobara con 25 votos a favor, una resolución sobre “La situación de Nicaragua” que declara ilegítimas las elecciones generales del pasado 7 de noviembre y manda a una inmediata evaluación de la situación.
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“Estamos renunciando y desvinculándonos de esa organización, dando por terminado el vínculo del Estado nicaragüense y la OEA”, dijo el canciller del régimen orteguista Denis Moncada durante su comparecencia a medios oficialistas, instruido por Daniel Ortega. Asimismo lo indica el documento oficial.
Aislamiento y prolongación de la crisis en Nicaragua
Aunque para muchos la participación de un país en la OEA es meramente “simbólica”, expertos en Derecho Internacional, analistas políticos, el exasesor de política exterior de una congresista estadounidense y un exembajador nicaragüense ante el organismo explican cuáles serían los efectos directos de la salida de Nicaragua de la OEA, como aislamiento diplomático y la prolongación de la crisis sociopolítica en Nicaragua.
El nicaragüense y exasesor personal en política exterior de la excongresista Ileana Ros-Lehtinen, Eddy Acevedo, dice que la renuncia de Nicaragua a la OEA evidencia que el régimen Ortega Murillo se adelantó porque “vio la escritura en la pared”. Se refiere a que “era claro que la OEA estaba avanzando hacia la expulsión de Nicaragua de su organismo, y el régimen decidió adelantarse a esa decisión”. Y añadió que a pesar de lo que la OEA disponga en el futuro el pueblo de Nicaragua “todavía va a tener acceso” en la OEA.
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El exembajador de Nicaragua ante la OEA, Edgar Parrales, sostiene que la salida de Nicaragua ante el organismo constituiría un “mayor aislamiento porque se quita de la OEA, la que reúne a todos los países del continente, de cierta forma se aísla y podría pasar que varios países bajen su nivel de representación en Nicaragua, quite a los embajadores o otros países rompan sus relaciones con Nicaragua sean comerciales, legales, políticas y diplomáticas”.
El Consejo Supremo Electoral (CSE), dominado por magistrados afines al orteguismo, asignó el 75.87 de los votos a los candidatos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Daniel Ortega y Rosario Murillo, reeligiéndolos como presidente y vicepresidente de Nicaragua. Ese resultado además de ser rechazado por el Gobierno de Estados Unidos, despertó las declaraciones de ilegitimidad de cerca de 40 países, incluyendo los 27 de la Unión Europea (UE).
En esa misma línea, el analista político y exdiputado liberal, Eliseo Núñez considera la decisión del régimen es un “acto en que Nicaragua se aísla más”.
“Es un acto insensato de parte del régimen y están jugando a un escenario en el que no existen las condiciones. Ellos asumen que estamos en época de guerra fría. Es un mal paso por parte del régimen, se está equivocando grandemente, creo que está haciendo uso de su arrogancia más que de una estrategia política determinada”, expresa Núñez.
Acceder a préstamos será más “difícil”
Otro de los efectos, según explican los especialistas es que al régimen Ortega Murillo se le hará más “difícil” a acceder a préstamos y donaciones del exterior, como consecuencia de la salida de Nicaragua de la OEA.
El exasesor, Acevedo, sostiene sobre este punto que “va hacer más difícil que las instituciones financieras internacionales den préstamos hacia Nicaragua”, y añade que de la misma manera “será más difícil para algunos de los países que han ayudado a Nicaragua como Taiwán”.
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Por ello, indica que con esta situación “Taiwán verdaderamente va a tener que pensar cómo van a enfocar su relación con Nicaragua”, no obstante reconoce que los regímenes vinculados a Ortega “van a tratar de ayudarlo” como Venezuela, Cuba, Rusia e Irán. “Entonces como se les van a cerrar algunas puertas, él va a mantener algunos canales con los demás regímenes del mundo para tratar de sobrevivir”, señala Acevedo.
Con lo anterior coincide el exembajador Parrales quien refiere que basado en el marco de la OEA lo que “cabría” es relacionado en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y lo relacionado a la integración centroamericana. “Los centroamericanos están en la OEA, sí él (Ortega) se sale de la OEA se desliga, puede ser que cesen no solo los bancos del BID y también del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), ahora como está también EE.UU., que es miembro de la OEA, y con la entrada en vigencia de la Ley Renacer, EE.UU., hace mayor presión en los organismos internacionales para que no haya financiamiento para Nicaragua”.
El exdiplomático Parrales se refirió a las acciones que podría tomar la Unión Europea (UE) más adelante y por ello, dice que “sí la UE se decide sacar a Nicaragua del Ada —Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea— entonces también perdería ese ámbito de préstamos de parte de Europea. Se crearía un espacio muy limitado de accionar económico que inevitablemente impactaría la vida cotidiana de los nicaragüenses”.
Además, el costarricense, experto en Derecho Internacional, analista político y catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR), Carlos Murillo Zamora, explica que la salida de Nicaragua le va “a doler mucho a Ortega” debido a que tanto la comunidad internacional y las instituciones financieras “va hacer más difícil para ellos darle esos préstamos a Nicaragua, sabiendo que este país está fuera del organismo”.
¿Qué pasa con el plazo de la OEA?
El Consejo Permanente del OEA tiene como plazo el 30 de noviembre para definir cuáles serían las acciones específicas a tomar, tras la aprobación de la Asamblea General de la OEA de la Resolución sobre Nicaragua.
El último de los cinco puntos de la resolución establece “instruir al Consejo Permanente que realice una evaluación colectiva inmediata de la situación, de conformidad con la Carta de la Organización de los Estados Americanos y la Carta Democrática Interamericana, a ser completada a más tardar el 30 de noviembre y que tome las acciones apropiadas”.
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Sobre el plazo que estableció la Asamblea General de la OEA al Consejo Permanente sobre la situación de Nicaragua, el exasesor Acevedo considera que fue “a propósito”. Y explica que “ellos (OEA) tienen que tomar todos estos pasos para seguir la presión, pero también conseguir el apoyo de los diferentes países. Todos sabemos cómo esto va a terminar, pero se necesita ir por ese proceso lentamente para que al fin de este proceso la gente diga, hemos tratado todo, hemos visto toda la situación de diferentes ángulos y no hay ninguna otra opción. Se necesita ese proceso para asegurar a los demás que todo se ha tratado y que nada se va a mejorar”.
El exasesor Acevedo reconoce que el organismo tiene mucha información sobre lo que está pasando en Nicaragua, desde hace años, pero considera que de aquí al 30 de noviembre “ellos van a recaudar toda la información que ya tienen y presentar algún informe sobre lo que está pasando, pero yo no creo que vaya haber algo nuevo”.
Añade que a su criterio la fecha importante en que la OEA va a reaccionar es el 10 de enero de 2022 cuando Ortega se impongan nuevamente la banda presidencial e inicie un cuarto mandato consecutivo. “El 10 de enero, es la fecha importante en términos como van a reaccionar los diferentes países, yo quiero ver si la Administración de Biden va oficialmente a reconocer las elecciones, porque yo diría que si ellos no reconocen, el régimen es ilegítimo, quiere decir que no debe haber embajador y se debe de ir de EE.UU”, señala.
Lo que dice la Carta de la OEA
El artículo 143 de la Carta de la OEA establece que esta misma “podrá ser denunciada por cualquiera de los Estados miembros, mediante comunicación escrita a la Secretaría General, la cual comunicará en cada caso a los demás las notificaciones de denuncia que reciba. Transcurridos dos años a partir de la fecha en que la Secretaría General reciba una notificación de denuncia, la presente Carta cesará en sus efectos respecto del Estado denunciante, y éste quedará desligado de la Organización después de haber cumplido con las obligaciones emanadas de la presente Carta”.
Lo que es leído, a criterio de los expertos, es que a pesar de la decisión del régimen de Ortega de abandonar el organismo el proceso no se da de “inmediato” debido a que debe esperar el plazo de dos años, es decir hasta el 19 de noviembre de 2023.
El exdiplomático Parrales indica que la renuncia “no tendrá efecto hasta dos años después de haber presentado la denuncia, o sea al 19 de noviembre de 2023, en este lapso de dos años Nicaragua sigue siendo miembro activo, Nicaragua tiene derecho de seguir asistiendo a la reunión del Consejo Permanente y a los otros consejos, pero si no lo quiere no lo hace”.
Y agrega que para que Nicaragua efectivamente se salga de la OEA “debe haber cumplido todas las obligaciones pendiente que tenga con la OEA, tanto monetaria, como de conducta, a esa fecha tiene que haber respetado los derechos humanos, liberado a los presos políticos, dejar de reprimir a la población, pero si eso continúa al momento que llegue la fecha de la salida no se la dan y queda siempre como miembro hasta que cumpla con su obligación con la OEA”.
En esa misma línea, el analista político Núñez considera que de hecho el artículo que faculta a los países a denunciar la Carta, “es un artículo que da dos años, en estos dos años hay un período en el cual no pierde ni derecho ni obligaciones, es decir, sí el régimen de Ortega busca que la OEA no siga insistiendo o pronunciándose en torno a la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua no lo va a lograr, porque tienen derechos y obligaciones que no pueden ser cambiados”.
Con lo anterior coincide el exasesor Acevedo y asevera que es necesario esperar cómo va a reaccionar la región, no obstante sostiene que la OEA “va a tomar un análisis sobre lo que está pasando y definir cómo van actuar. Cuando Ortega se sale ya no es necesaria una expulsión, pero la OEA va a seguir muy de cerca las acciones del régimen, las violaciones de derechos humanos, los países de Latinoamérica no se van a lavar las manos sobre la crisis de Nicaragua”.
Artículo 21 de la Carta Democrática, ¿expulsarán a Nicaragua?
Sobre si a Nicaragua se le aplicará el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana que establece “cuando la Asamblea General, convocada a un período extraordinario de sesiones, constate que se ha producido la ruptura del orden democrático en un Estado Miembro y que las gestiones diplomáticas han sido infructuosas, conforme a la Carta de la OEA tomará la decisión de suspender a dicho Estado Miembro del ejercicio de su derecho de participación en la OEA con el voto afirmativo de los dos tercios de los Estados Miembros. La suspensión entrará en vigor de inmediato”, el exasesor Acevedo destaca que dependerá de los votos.
“Honestamente todo depende de los votos, si dentro de la OEA hay suficiente votos para expulsar a Nicaragua entonces ellos pueden tomar la decisión, y si hay países que están en la cerca pueden pedir otro reporte para tratar de convencer a esos países para que voten para la expulsión”, indica el exasesor Acevedo, quien destaca que los votos para aprobarla son 24.
Mientras el exembajador Parrales señala que, aunque Ortega habría dado el paso de renunciar para evitar la suspensión de Nicaragua ante el organismo, se “equivocó en ese proceso, si la OEA, después de esta fecha se decide aplicarle la Carta Democrática Interamericana a Nicaragua, sigue siendo miembro de la OEA, en calidad de no activo hasta los dos años y al termino de dos años, tiene que haber cumplido con todas las obligaciones, porque sino siguen siendo miembros no activos aunque no quiera”.
Ortega con esta decisión estaría quedando en una posición similar a la que ya ocupa el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Después de que el 27 de abril del 2017, el gobierno de Maduro presentó y entregó a través de su representante ante la OEA, Carmen Velásquez, la carta de renuncia de Venezuela al secretario general Luis Almagro en la que denunció la Carta de la OEA. Desde ese momento Maduro formalizó la solicitud de salida de Venezuela del organismo.
La decisión de Maduro fue una reacción ante la invocación de la Carta Democrática de la OEA, planteada por su secretario general. “La Carta Democrática la pueden poner en un tubito bien fino y darle mejor uso, señor Almagro. Métase su carta democrática por donde le quepa. A Venezuela se le respeta y nadie le va a aplicar ninguna carta, llamada como quieran llamarla”, vociferó Maduro.