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LA PRENSA/ARCHIVO

Gasto del turista extranjero en Nicaragua continúa lejos de lo observado en el 2017

Las dificultades en el restablecimiento de las conexiones aéreas reducen la posibilidad de traer a turistas con alto poder adquisitivo.

Aunque este año el gasto promedio del turista que visita Nicaragua ha mostrado una mejoría con relación a lo observado en el 2020, año en que el flujo de viajeros fue golpeado por los cierres de fronteras y espacios aéreos por la pandemia, los números del Gobierno muestran que la industria del descanso y el ocio aún tiene un lejos camino por recorrer para mejorar el gasto promedio de los viajeros lo que dificulta la recuperación del sector.

El Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide) reportó que en segundo trimestre de este año el turista que visitó el país gastó en promedio 34.4 dólares por día, lo que significa una mejora de 49.5 por ciento con respecto al trimestre anterior, y de 154.8 por ciento con relación al IV trimestre 2020. La estadía promedio en el país fue de 18 días por persona.

No obstante, los 34.4 dólares en gasto promedio, que sería el dato más actualizado por las autoridades gubernamentales este año, está por debajo de los 44.9 dólares que se registró como media en el 2017, es decir previo al impacto de tres años de recesión económica y deterioro de la imagen país que ha ocasionado una disminución en el ingreso de viajeros y ha frenado los planes de promoción del país en el exterior.

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La lenta recuperación del gasto del turista representa un enorme desafío para una actividad que en su momento exhibía una robusta salud y se había convertido en uno de los motores de la economía de Nicaragua junto con la inversión, las remesas y las exportaciones.

Una fuente del sector turístico que pidió no ser citada por temor a represalía, recordó que Nicaragua antes del 2018 ya tenían dificultades para mejorar el gasto de los turistas y que el retroceso que se ha experimentado puede tardar años en corregirse y alcanzar los niveles precrisis. Para ello se requerirá de una alianza estratégica entre el sector privado y el público una vez que se supere la profunda inestabilidad política.

“La caída del gasto que observamos este año con relación al 2017 muestra el grado de retroceso que se ha sufrido como sector en estos últimos tres años y no creo que esto se supere a mediano plazo si primero no cambia el escenario político; si no se diseña un estrategia para reposicionar a Nicaragua en los mercados internacionales; y por último si no se ayuda a todo la industria con políticas de alivio para ser más competitivos”, afirmó.

Los cubanos no son una alternativa

La fuente vinculada al sector turístico recordó que los flujos de turistas de países con alto poder de compra han disminuido y que en el caso de la llegada de cubanos no representaría tampoco una alternativa para cubrir ese vacío, al recordar que estos solo estarían viendo a Nicaragua como una ruta de emigración hacia Estados Unidos.

El 22 de noviembre, el régimen de Daniel Ortega informó del «libre visado» para todos los ciudadanos cubanos que deseen ingresar a Nicaragua, con el «fin de promover el intercambio comercial, el turismo y la relación familiar humanitaria».

Ortega ha facilitado el ingreso de viajeros cubanos, pero se resiste a ofrecer una salida a la crisis que mantiene con las aerolíneas, especialmente de Estados Unidos, a las que impuso el año pasado un protocolo de bioseguridad con medidas que se alejan de la estrategia regional de agilizar el retorno de las conexiones aéreas. Tal ha sido la dificultad que incluso la crisis se extenderá hasta el próximo año, luego que las empresas de vuelos estadounidenses decidieran mantener su política de postergación de sus fechas tentativas de regreso.

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De hecho el 8 de octubre de este año, la Cámara de Turismo de Nicaragua (Canatur) pidió al Gobierno una estrategia clara para la reactivación del sector y señaló como dos problemas fundamentales: la crisis con las aerolíneas y los requisitos de ingresos al país, así como la falta de recursos financieros asequibles para los locales que están a lo largo de la cadena de servicios del turismo.

«El turismo ha demostrado ser en Nicaragua un motor fundamental de su economía y un fuerte generador de empleo; tiene una alta capacidad de resiliencia, pero ello depende también de la capacidad de los gobiernos de adoptar las medidas necesarias para su restablecimiento», dijo.

Los que más gastan

Las dificultades en el restablecimiento de las conexiones aéreas reducen la posibilidad de traer a turistas con alto poder adquisitivo. La Encuesta de Turismo al segundo trimestre de este año, del Inide, refleja que por región de procedencia, el mayor gasto per cápita diario se observó en los turistas procedentes de Suramérica con 47 dólares con una estadía de 20 días.

Detrás de este segmento se encuentran los llegados desde Norteamérica, en su mayoría de Estados Unidos, con un gasto de 42.3 dólares y una estadía promedio de 19 días; le siguen los europeos con un gasto de 33 dólares y pernoctan en promedio 27.5 días; y finalmente los procedentes de Centroamérica con gasto de 25.4 dólares y se quedan en promedio 15.6 días.

Son los turistas que ingresan vía aérea los que más gastan, especialmente porque estos llegan por motivo de negocios, principalmente. Por ejemplo en el segundo trimestre de este año los viajeros que entraron por el aeropuerto gastaron 45.9 dólares por día, un nivel que sin embargo sigue por debajo de lo que se observó en el 2017 cuando ascendía a 80.4 dólares.

Hasta junio de este año el flujo acumulado de viajeros que entraron o salieron por el Aeropuerto Internacional de Managua totalizó 83,971 pasajeros, lo que significó una reducción del 68 por ciento si se compara con el mismo periodo de 2020, esto como consecuencia de la crisis sanitaria por covid-19 y las dificultades de la terminal aérea de normalizar todas las conexiones.

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