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Ortega, exportaciones, economía

El presidente del Banco Central de Nicaragua, Ovidio Reyes; junto al asesor del Gobierno en temas económicos, Bayardo Arce (derecha) y el ministro de Hacienda, Iván Acosta. LA PRENSA/ARCHIVO

Números del BCN empiezan a dejar en evidencia el efecto rebote económico en sus tasas “deslumbrantes” de crecimiento

El IMAE, que suele estar ligado al comportamiento del Producto Interno Bruto, aumentó a julio 9.1 por ciento- frente a la caída de 3.5 por ciento en igual periodo del año pasado.

El efecto rebote en las tasas de crecimiento de las actividades económicas empieza a ser más evidente en las cifras del Banco Central de Nicaragua. El Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) en julio experimentó una fuerte desaceleración en cuanto al comportamiento que se había observado en los tres meses anteriores a ese mes, debido a que el efecto “rebote” empieza a ceder respecto a los valores observados en 2020.

El Índice Mensual de la Actividad Económica en julio creció 8 por ciento- sin incluir el efecto de los impuestos en el indicador- que está por debajo de las variaciones vistas entre abril y junio, cuyas tasas se calculaban sobre meses similares del año pasado cuando la pandemia azotaba con mayor fuerza.

En concreto, en abril de este año el máximo emisor bancario nicaragüense reportó un crecimiento de las 16 principales actividades económicas de 14.1 por ciento, pero comparado con una caída de 8.6 por ciento en igual mes del año pasado, cuando Nicaragua afrontó la primera oleada de contagios y lo que obligó a muchas empresas a parar parcialmente sus operaciones y la gente se sometió a una autocuarentena.

Esa misma tendencia se registró en mayo de este año, el IMAE de ese mes creció 14.3 por ciento, pero en igual mes del año pasado la contracción fue de 5.8 por ciento; y en junio de este año también se registró una tasa de 16.3 por ciento frente a la caída de 4.1 por ciento en similar mes del 2020.

En julio del año pasado las actividades económicas comenzaron a estabilizarse y las contracciones respecto a los tres meses antes mencionados fueron de menor ritmo y solo en ese mes se suavizó a una caída de 1.7 por ciento. Esta desaceleración en la contracción 2020 ocasiona que ese mismo mes de este año la tasa de recuperación también pierda fuerza y se sitúe en 8 por ciento en julio.

El efecto de rebote económico ocurre cuando tus cálculos aritméticos los hacés sobre la base de tasas menores o caída y por tanto se obtienen resultados extremadamente mayores, pero eso no significa que exista un crecimiento sostenido a lo largo del periodo, según han explicado economistas.

De esta manera el IMAE, que suele estar ligado al comportamiento del Producto Interno Bruto, se ubicó entre enero y julio de este año con un crecimiento de 9.1 por ciento- antes de impuestos- que al compararse con igual periodo del año había una caída de 3.5 por ciento.

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El sociólogo y economista Óscar René Vargas explica que “en economía cuando hablamos de crecimiento económico nos referimos a la expansión del PIB potencial de manera sostenida, es decir que la capacidad productiva de la economía pueda sostenerse en el tiempo y no sea de manera transitoria”.

Pero además recuerda que los cálculos se están haciendo sobre números que acumulan tres años de recesión. “Entre el 2018 y 2020, la economía nicaragüense terminó hundiéndose en un acumulado de menos 9.1 por ciento, cayendo al fondo del barril”, indica.

“El crecimiento económico verdadero es producto de un aumento de la capacidad productiva del país en bienes y servicios. Por esa razón no podemos llamar crecimiento económico cuando el país experimenta un incremento del PIB a un nivel inferior al alcanzado en años anteriores, eso nos indica que el PIB potencial se encuentra estancado, a pesar del aumento obtenido en el 2021”, explicó Vargas en un análisis titulado: 2021 la economía nicaragüense y el efecto rebote.

Los economistas han señalado que efectivamente Nicaragua puede alcanzar un repunte económico de 7 por ciento este año, tal como lo pronosticó el Banco Central y de 5.5 por ciento como lo proyecta el Banco Mundial, pero solo advierten que eso no significa que esa expansión pondrán cicatrizar los efectos de tres años de recesión ocasionada por el estallido social en abril del 2018, que se prolongó por la represión estatal que armó civiles para atacar las protestas por la imposición de una draconiana reforma a la Seguridad Social.

El brutal ataque de parapolicias y policías, envueltos en impunidad, asesinaron a más de 328 personas, según datos del organismos de derechos humanos. El régimen de Ortega no asume su responsabilidad y achaca los asesinatos a los opositores, pese hay que pruebas de los señalamientos del Estado y es acusado a nivel internacional de crímenes de lesa humanidad.

“Normalmente en un “rebote económico” no se alcanza a recuperar todo lo perdido. Entre 2018 y 2020, se perdieron empresas, puestos de trabajos y posiblemente la productividad se haya reducido. El “rebote económico” del 2021 se verá socorrido por las estadísticas, pero no será suficiente para recuperar lo perdido. Hay varias razones que nos permiten asegurar que la economía nicaragüense está experimentando solamente un efecto de “rebote económico” y no un crecimiento del PIB potencial”, enfatiza Vargas.

De hecho pese a las fuertes tasas de expansión del Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) la economía apenas ha podido generar 35,631 empleos, aún 155,359 que se perdieron durante los tres años de recesión siguen sin recuperarse. “Para hablar de un crecimiento económico real será cuando los empleos formales sean mayores al nivel alcanzado en el 2017”, dice Vargas.

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El comportamiento de las principales actividades

Pero más allá de eso, ¿cómo se han comportado hasta julio cada una de las actividades económicas en lo que va del 2021 y que entonces estarían generando un efecto sobre el 7 por ciento de aumento económico que espera el Banco Central de Nicaragua, además del aporte de otros sectores como remesas y exportaciones?

La agricultura acumula un aumento de 2.7 por ciento hasta julio, luego de experimentar una caída de 0.2 por ciento, “por menores labores en los cultivos de frijol, maíz, sorgo, soya y pastos, entre otros”.

El sector pecuario crece a julio 7.4 por ciento, tras crecer 14.2 por ciento en ese último mes, “debido a la mayor matanza vacuna, porcina y de aves, y aumento en las exportaciones de ganado en pie”.

La silvicultura y extracción de madera cae 0.1 por ciento, pese haber crecido 0.5 por ciento en julio, “debido
principalmente por la mayor extracción de leña y madera, así como por mayores áreas de plantaciones forestales”.

La pesca y acuicultura creció 4.7 por ciento hasta julio, aunque solo en ese mes se contrajo 21.9 por ciento, “debido a la menor producción de camarón de granja y captura de langosta, principalmente”.

La explotación de minas y canteras creció en julio 17.2 por ciento, lo que permitió que el promedio anual hasta ese mes se situara en 48.1 por ciento de aumento. Solo en julio hubo un “aumento en la extracción de oro, arena, piedra cantera, material selecto, piedra triturada, cal, carbonato, yeso, toba y piedra pómez”.

La industria manufacturera, acumula un crecimiento de 17.4 por ciento, luego de experimentar en julio una expansión de 8.8 por ciento por “mayor producción de arneses, productos no metálicos, textiles, derivados de petróleo,
lácteos, carnes y pescados, productos de tabaco, entre otros”.

La construcción crece a julio 30.1 por ciento, tras expandirse en julio 28.7 por ciento, especialmente por más producción en materiales como arena, piedra cantera, acero, bloques, madera, adoquines, concreto premezclado, cemento, y piedra triturada.

El comercio, que el año pasado fue muy golpeado por la pandemia, solo en julio repuntó 19.6 por ciento y su promedio a ese mes se situó en 17.2 por ciento. Está incidiendo el aumento en la demanda al por mayor y al detalle de productos.

Uno de los sectores que también está experimentando un efecto rebote es Hoteles y Restaurantes, que creció en julio 37.7 por ciento, para un acumulado de 2.7 por ciento a julio. El BCN no explica a que se debe esa recuperación, cuando el turismo internacional aún sigue decaído.

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LA PRENSA/ARCHIVO

Otro sector que es clave, pero aún sigue en negativo, es la intermediación financiera y servicios conexos que en julio disminuyó 3.4 por ciento, para un promedio anual de contracción de 5.7 por ciento. Según el Banco Central de Nicaragua hay una “disminución del margen entre los intereses en términos constantes de la cartera de créditos y la captación de depósitos. No obstante, se observó aumento en términos nominales de la cartera de crédito (3.3 por ciento) y del saldo de depósitos (18.5 por ciento)”.

Sobre este punto, Vargas dice que muestra de que los números son resultados de un rebote económico, es que en “el comportamiento del Sistema Financiero Nacional (SFN), los datos oficiales nos indican que en junio de 2021, la cartera de crédito bruta alcanzó los 126,626 millones de córdobas. En diciembre de 2017, el crédito era de 164,740 millones de córdobas. Es decir, hasta junio 2021 en relación al 2017, todavía 38,114 millones de córdobas seguían sin llegar a la actividad económica. Esto refleja la falta de financiamiento a los agentes económicos para dinamizar el PIB potencial y la incertidumbre que los agentes financieros tienen sobre el futuro, al incrementarse el riesgo político”.

Pero además sugiere echar una mirada a la cartera de riesgo del SFN. “A julio de 2021, el riesgo era el 15.5 por ciento del total del portafolio crediticio del sistema financiero nacional. Al cierre de 2017, la cartera de riesgo se situó en 2.8 por ciento, lo que nos explicaría la contracción del crédito de parte del sistema bancario nacional al sistema productivo”.

“No es correcto hablar de crecimiento económico en el PIB potencial, a pesar que el régimen y los medios de comunicación oficialistas lo llamen así en forma coloquial. Más bien se trata de un “rebote económico”, ese rebote no afectará positivamente a la totalidad de los sectores económicos, lo más probable es que sea parcial. Eso significa que al finalizar el año 2021 no se alcanzarán los niveles del PIB potencial previo al año 2018”, puntualiza.

A continuación el comportamiento de las otras actividades económicas:

Economía crecimiento económico IMAE Nicaragua archivo

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