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Familiares esperan conocer noticias de sus pacientes de Covid-19, hace algunas horas, cerca de mediodía de hoy. La Prensa

Familiares de jóvenes ingresados por Covid-19 relatan sus horas de angustia en las afueras de los hospitales

Esperan saber de pacientes que tienen 25, 30 y 40 años y que batallan contra el virus conectados a tanques de oxígeno

El Covid-19 dejó de ser una enfermedad que en Nicaragua le da solo a las personas mayores y con enfermedades crónicas. Varios hospitales en Managua están llenos de jóvenes que batallan contra el virus,  conectados a tanques de oxígeno.

Sus familiares sufren un tormento. Desde el pasado 18 de agosto, Marisol Castillo no ha tenido paz. Esta mujer de 28 años llega todos los días temprano al Hospital Sermesa, en Bolonia, desde el barrio Laureles Sur, y espera ansiosamente que el reloj marque las 2:00 de la tarde para poder conocer el estado de salud de su esposo, de 25.

A él lo ingresaron a la sala respiratoria, con un diagnóstico de “neumonía atípica moderada”. Lo trasladaron desde el Hospital Militar, previamente había asistido tres veces de emergencia, por opresión en el pecho y baja saturación de oxígeno, sin embargo, lo estabilizaban y regresaban a su casa a continuar con el tratamiento.

“Hasta que lo vieron extremadamente mal decidieron dejarlo, llegamos ese 18 de agosto por la madrugada al hospital, luego de sus exámenes y radiografía determinaron que no podía volver a casa porque podía seguir perdiendo oxígeno, él llegó al Militar con una saturación de 80 %”, cuenta entre lágrimas Castillo.

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Poca información

Su esposo todavía se mantiene delicado.  La información que le dan los médicos en Sermesa se limita a números. “Me indican cuál es su presión, la frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria y su saturación de oxígeno, uno debe anotar para así comparar la información con el día anterior, dejamos nuestro número telefónico donde te avisan cualquier novedad, pero uno sinceramente sale angustiado, porque no hay quién te dé información más clara sobre el paciente, no te das cuenta de su estado de ánimo, si come o no, u otras cosas que uno quisiera saber para estar tranquilo”, relata la joven.

Familiares esperan noticias de quienes están batallando contra el Covid-19. LA PRENSA

Castillo revela que asiste temprano al hospital, porque después de la 1:00 de la tarde, las filas empiezan a hacerse largas, cada vez ve más personas en busca de información y prefiere ser de las primeras para evitar la aglomeración.

Vilda García tiene a su hijo de 26 años también hospitalizado. El último reporte que le dieron los médicos de Sermesa fue que tiene ocho litros de oxígeno, con una saturación de 93 %, por debajo de lo normal.

“Las horas se me hacen eternas, mi hijo tiene una semana hospitalizado, luchando por su vida, en la casa estuvo siete días malito, no quería venir por miedo, pero tocó traerlo, él salía a muchos departamentos por trabajo, le tocaba viajar en bus y también de vez en cuando salía a disfrutar con sus amigos, no sabemos con exactitud cómo se enfermó, pero esto ha sido duro, sobre todo porque cada 24 horas recibís la limitada información”, comparte la madre de 57 años.

García comparte que desde que su hijo enfermó ha vivido un calvario. Aprovechó para hacer un llamado a los jóvenes para que “no bajen la guardia”. “Sigo viendo a la gente en la calle sin mascarilla, no se cuidan, la pandemia sigue golpeando a familias, matando gente, y ahora jóvenes, mi hijo decía que a él no le daría, lo subestimaba y ahora aquí está, luchando por su vida”, relata.

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Otro caso en el Hospital Sermesa es el de un joven de 30 años que ingresó el pasado viernes 20 de agosto.  Estuvo en su casa 11 días batallando contra el virus, pero empeoró. El joven llegó a su clínica previsional con la saturación en 80 %, de ahí y por recomendación del Ministerio de Salud (Minsa) fue trasladado a este lugar.

Angustiados esperan entregarles algo a sus pacientes que luchan por su vida contra el Covid. LA PRENSA

“Dos días antes que empeorara había visitado su hospital, pero lo enviaron a su casa con unas cuantas pastillas, no aguantó y regresó. Hasta entonces lo dejaron, lo mantienen con seis litros de oxígeno, es lo único que sabemos, también está recibiendo un tratamiento especial, estamos esperando evolución”, narró su pariente, que prefirió omitir su nombre.

Casos de jóvenes en aumento 

Familiares de estos jóvenes guardan las esperanzas de que se levantarán “porque tienen toda la leche”, dijo uno.

Ninguno de estos casos conocidos tienen enfermedades crónicas, sin embargo, se encuentran en estado delicado. Extraoficialmente se conoció que cada día entran más personas al Hospital Sermesa, la mayoría jóvenes.

“El número de hospitalizados es preocupante, tenemos más de 60 pacientes actualmente, a los que ya están adentro los van moviendo de cama. Hasta hace dos, tres días, había 30, se duplicó, y todos jóvenes de 20 a 30 años, hay otros de entre 35 y 50, también muy afectados, este virus no perdona”, manifestó la fuente.

Familiares de los hospitalizados también se sorprenden de cómo las filas cada vez son más grandes. El rostro de la mayoría no esconde su preocupación, pues por protocolo no les permiten ver al familiar. “Aquí te lo dicen claro los médicos cuando va a ingresar el enfermo, al pariente se ve hasta que le den el alta, y si lamentablemente pierde la batalla, te lo llevás sellado en su caja, es tensa la situación, solo Dios nos sostiene”, expresó otro familiar.

El consuelo de muchos parientes que están a las afueras del hospital esperando buenas nuevas, es que sus enfermos reciban la nota que le escriben con cariño y que les meten en los paquetes.

“Les damos ánimos y les decimos que no se rindan, que pronto estaremos nuevamente juntos, ojalá las lean, las metemos en los paquetes con las cosas que te permiten ingresar, como pampers, agua, alcohol, toallas húmedas, sueros, y así, porque comida les da el hospital, rogamos para que esta situación pase pronto”, comentó Omar Rocha, quien tiene a su esposa de 39 años ingresada.

El llamado que han venido haciendo los médicos a través de diferentes medios es retomar las medidas para evitar el aumento del contagio: uso de mascarilla, lavado de manos, aplicación de alcohol y evitar las aglomeraciones. Quienes tienen pacientes en los hospitales recomiendan lo mismo. “Es mejor cuidarse”, dicen.

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