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Menores migrantes EE. UU.

Algunos niños detenidos por la Migración estadounidense cuando intentaban cruzar hacia Estados Unidos, por la frontera de Río Grande. LA PRENSA/AFP

El alto costo que paga la niñez durante los procesos de migración en situaciones irregulares

Lo migración infantil en situaciones irregulares y sin acompañantes, potencian las violaciones su derechos humanos y provoca afectaciones a su salud mental, señalan especialistas

La migración infantil en situaciones irregulares es un problema que afecta a la niñez latinoamericana y Nicaragua no es la excepción. La historia de Wilton, niño migrante nicaragüense encontrado en Texas tras ser abandonado por un coyote en su travesía hacia Estados Unidos, retrata el drama de las familias y la niñez que se ve obligada a emigrar de sus países por la violencia, el desempleo o la búsqueda de más y mejores oportunidades. Pero durante estos procesos, además de arriesgarse físicamente, los niños se ven afectados en su salud mental y existe una evidente violación a sus derechos.

Defensores de derechos humanos y expertos en psicología infantil señalan que estos procesos —aunque empujados por las necesidades— tienen un serio impacto en el desarrollo y la salud mental de los menores, pues al emprender los viajes solos o junto a su familia, están expuestos a miles de peligros y violaciones a sus derechos.

“Cuando los niños, niñas y adolescentes son desprendidos de sus familias o tienen que migrar hacia otros lugares, eso genera una inestabilidad, afecta el desarrollo integral de la niñez y una vulnerabilidad de los derechos humanos”, explicó Braulio Abarca, defensor de DD. HH. del Colectivo de Derechos Humanos, Nicaragua Nunca +.

Según Abarca, estos procesos significan violaciones al principio de vida digna, integridad personal y el derecho a una familia, ya que durante el proceso de migración, los niños, niñas y adolescentes “podrían incluso ser víctimas de la trata de persona para cualquiera de los ámbitos o las categorías en los cuales se determina el tema de la trata, que puede ser desde explotación sexual a la niñez, tráfico de órganos, trata de personas para fines de mendicidad, esclavitud laboral. Puede ser también el tema de adopciones arbitrarias e ilegitimas que generan una clara transgresión a la niñez nicaragüense”, dijo el defensor de derechos humanos.

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Esta vulneración y transgresión a los derechos de la niñez y adolescencia también generan afectaciones en su salud mental.

Salud mental de los menores migrantes

Al emprender el viaje de forma irregular o sin documentos migratorios a otros países, el simple hecho de dejar a sus familias y sus raíces, genera un gran impacto en los niños y niñas, el cual a medida que transcurre el tiempo y, según la experiencia vivida en el recorrido, tiene efectos en su salud mental.

Según Gabriela Cerda, psicóloga especialista en niños y adolescentes del Centro Psicopedagógico Landa, los menores de edad que viven estos procesos migratorios, pueden presentar ansiedad por separación, ansiedad generalizada, miedos y estrés postraumático, por todo lo que viven y tienen que dejar.

Solo en marzo de 2020, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) reportaba la detención de casi 19,000 niñas, niños y adolescentes que ingresaron solos y de forma irregular a este país, en una nueva ola migratoria que crea presiones al sistema estadounidense y deja expuestos los problemas sociopolíticos y económicos de la región que se relacionan al origen de estas movilizaciones.

Lea también: Meylin Obregón viajó con su hijo Wilton y sus sobrinos gemelos hacia Estados Unidos. Solo los hermanos de 15 años lograron pasar 

“Esto les lleva a tener mucha ira, depresión, hipervigilancia. Son niños a quienes les cuesta mucho dormir o que si están durmiendo, de repente se mueven mucho, no logran tener un sueño reparador, por decir así, tienen muchas pesadillas, falta de concentración. También sienten mucha culpa, más cuando, por ejemplo, ellos lograron irse para tener una mejor vida y sus hermanitos o parte de su familia se quedó viviendo los problemas en su país, tristeza, también rechazo a lo desconocido”, explica la psicóloga.

Asimismo, se refirió al impacto que pueden tener el estar en albergues u otros lugares temporales, pues la estancia prolongada en esos sitios y lejos de su familia puede provocar que sean agresivos, impulsivos, inseguros y retraídos; sin embargo, las afectaciones dependerán también de cómo es el niño o cómo logra trabajar los cambios, según eso va a mostrar diferentes conductas.

Caso de Wilton Gutiérrez Obregón

El pasado siete de abril se dio a conocer el caso de Wilton Gutiérrez Obregón, un niño migrante nicaragüense que fue encontrado solo mientras transitaba por una zona fronteriza de Texas, entre Estados Unidos y México, después de ser abandonado por el grupo de personas con el que se movilizaba.

El niño fue separado de su mamá, con quien viajaba, debido a que ambos fueron secuestrados y la familia en ese momento solo había podido pagar la liberación de Wilton, según dijeron sus parientes ante medios de comunicación en ese momento. Luego la madre fue liberada y llevada a otro centro de detención de migrantes.

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Wilton estuvo en el Albergue Casa Padre, en Texas, Estados Unidos, por más de dos semanas. “Muy triste dice, porque dice que no sale ahorita, me dijo que hay un niño que tiene 140 días de estar ahí, que está triste porque piensa que va a estar mucho tiempo ahí”, declaró su tío Misael Obregón, cuando el menor aún estaba bajo la custodia del gobierno estadounidense. Afortunadamente y tras un proceso legal de reunificación familiar, madre e hijo —Wilton y Meylin— ya están juntos en Miami, Florida, donde los recibió su pariente.

Según la psicóloga, este proceso de viaje, detención y espera genera incertidumbre en el menor, como ya lo ha manifestado, debido a que tiene la necesidad de sentirse protegido como niño. “Van a haber secuelas, pero también tiene mucho que ver cómo se maneja en este momento, que el niño se sienta seguro y protegido, puede ser que no por las personas que obviamente a él le generan la mayor confianza. Es necesario escucharlo, proporcionarle herramientas como el dibujo o diferentes actividades donde él pueda expresar sus emociones, porque si él empieza a guardar todas estas emociones, a guardar ese temor que tiene, puede estar todavía más difícil sobrellevar todo”, explicó Cerda.

Nacionales Derechos migración infantil Salud mental archivo

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