La caída del turismo a nivel mundial y el cierre de las economías de algunos países consumidores de los productos pesqueros de Nicaragua aún le pasan factura a las exportaciones nacionales. La situación empeora por los bajos precios. Entre enero y marzo de 2021 los envíos de estos productos al exterior caen 2.4 por ciento en valor, porque pasó de 80 a 78 millones de dólares comparando periodos similares con 2020.
En el caso del volumen, Nicaragua ha mandado 11 millones de kilogramos frente a los 10 millones el año pasado en el periodo de referencia. Ese aumento en volumen equivale a 9 por ciento, según cifras preliminares del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex), facilitadas por el director ejecutivo de la Cámara de la Pesca de Nicaragua (Capenic), Armando Segura.
Al cierre del 2020 las exportaciones pesqueras y de cultivo aportaron 290 millones de dólares, un 10 por ciento por debajo de lo captado en 2019. Este 2021, la meta del sector es crecer entre 8 y 10 por ciento tanto en valor como en volumen. Los productos estrellas de las exportaciones de Nicaragua son el camarón de cultivo, camarón de mar, también la langosta del Caribe y pescado de diversas variedades, entre estos corvina, pargo dorado y pargo rojo. También figura el pepino de mar y el caracol.
“Venimos de un mal año, afectado por la pandemia de la Covid-19, eso afecta fuertemente las exportaciones de productos de acuicultura y de pesca. El mundo se vio afectado por esta pandemia, y muchos hoteles y restaurantes cerraron al público, y esos son los mayores consumidores de pescados y mariscos; entonces aunque todavía estamos bajo la pandemia, ahora las expectativas son diferentes para este año, porque ya entre febrero y marzo de 2021 se va notando recuperación en los precios”, dijo.
Entre enero y marzo de 2021 Nicaragua ha enviado 3.1 millones de kilogramos de camarón de cultivo por lo que ha recibido 1.76 millones de dólares. A la misma fecha del año pasado se habían exportado 2.9 millones de kilogramos para un ingreso de 1.70 millones de dólares, según Cetrex. El precio por kilogramo aún está 2.2 por ciento por debajo del que se tenía en 2020.
El precio del kilogramo de la langosta está también 17.7 por ciento más barato al primer trimestre del año si se compara con el año anterior. Así, mientras en 2021 se han vendido 444 mil kilogramos por 14 millones de dólares, en 2020 se mandaron 419 mil kilogramos y estos dejaron 16 millones de dólares en el primer trimestre.
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En noviembre pasado, los huracanes Eta y Iota, dos huracanes muy fuertes, uno de categoría 4 y el otro de 5, azotaron el país, pero principalmente en el Caribe Norte, recordó Segura. “Se dañaron embarcaciones, instalaciones de centros de acopio en frío, y eso afectó la capacidad de producción de productos de pesca en el Caribe. Entonces el año pasado fue un mal año, este trimestre del 2021 lo que está reflejando es un esfuerzo de recuperación en la producción y en las exportaciones”, enfatizó.
La ayuda después de los huracanes Eta y Iota ha sido canalizada por el Gobierno para los pescadores artesanales del Caribe, no ha habido incentivos para las grandes empresas. “Creo que hay ayuda para pescadores artesanales no para las empresas asociadas en Capenic, no ha habido una canalización de paquetes de ayuda hasta la fecha para la pesca industrial, pero desde el Instituto Nicaragüense de la Pesca y Acuicultura (Inpesca) con un fondo del Banco Interamericano de Desarrollo y algunos fondos propios han canalizado bonos pesqueros para algunos lugares que fueron afectados por los huracanes. Dicho bono pesquero está compuesto por equipos para pesca, material para fabricar nazas, mecates y boyas, pero esta ayuda ha sido canalizada particularmente para la pesca artesanal del Caribe”, reiteró.
En el tema de préstamos, el sector ha tenido algún acceso, pero con limitaciones y con altos intereses. “También las empresas han estado buscando recursos externos y en algunos casos entre préstamos de la banca comercial de Nicaragua y recursos externos que las empresas consiguen por la vía privada se va resolviendo el asunto de las operaciones y de las exportaciones”, dijo.
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Actualmente en Nicaragua hay veda de langosta del Caribe, es decir, que por cuatro meses se prohíbe la extracción de ese producto del mar para evitar que se capturen las especies jóvenes y para permitir la regeneración de estas. La medida comenzó el 1 marzo y termina hasta el 30 de junio, precisó el director ejecutivo de Capenic.
“Reiniciamos la temporada de pesca de langosta el 1 de julio, entonces mientras tanto se aprovecha para darle mantenimiento a las embarcaciones, a los motores y para hacer algunas reparaciones de los instrumentos de trabajo”, señaló.
En el sector de pesca y acuicultura siempre existen inversiones permanentes en generación de valor agregado. También en asuntos de carácter sanitario, mejoramiento de la capacidad de las plantas procesadoras y de los barcos. Asimismo, siempre los empresarios y los pescadores están haciendo inversión en capacitaciones, manifestó el empresario.