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Daniel Ortega, Nicaragua

The Economist Intelligence: las sanciones de EE. UU. y la economía, el talón de Aquiles de Ortega

La firma británica ha expuesto que pese a que todo apunta a que Ortega continuará en el poder, este goza de menos satisfacción, esto debido a varios factores, entre ellos el manejo de la pandemia. En el caso de la economía, apunta a una recuperación moderada.

The Economist Intelligence Unit (EIU) —la prestigiosa firma británica que sirve de brújula para los inversionistas en el mundo— espera que Daniel Ortega retenga el poder para el período 2021-2025, aún con la participación de la oposición en las elecciones, mientras que en el ámbito económico proyecta “una modesta recuperación”,  por debajo de los niveles  vistos hasta el 2017. Eso sí, la firma advierte que la mayor vulnerabilidad del Gobierno es que Estados Unidos arrecie las sanciones bajo la administración de Joe Biden, pero eso está por verse aún.

La EIU, en la actualización de su análisis sobre el país, mantuvo que pese a que 2021 es un año electoral, no espera  un cambio político, porque el régimen seguirá manteniendo el control de los poderes estatales, aunque el respaldo por parte de la población esté diezmada.

En paralelo a la crisis política, la economía ha declinado y desde el 2018 la situación no ha mejorado, pero este año la tendencia es positiva, “después de tres años de contracción económica, la economía nicaragüense está preparada para una moderada repunte en 2021. Una recesión que comenzó con el conflicto político en 2018 se extendió hasta 2020 como resultado del brote de coronavirus y, recientemente por una devastadora temporada de huracanes. Dicho eso, estimamos que el PIB real se habrá contraído solo un 2.3 por ciento en 2020, que es poco profundo en comparación con la región”.

El 2.3 por ciento de contracción económica que estima EIU, es cercana a la proyección de caída de entre 1.5 y 2.5 por ciento, calculada por el presidente del Banco Central, Ovidio Reyes.

Pero las previsiones para este año son mejores. The Economist Intelligence Unit indica que para este 2021 la economía tendrá una recuperación moderada. “Esperamos que el PIB real crezca un 3.5 por ciento relativamente firme en 2021, a medida que aumenta el gasto público tanto el consumo público como la inversión fija”.

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En paralelo, “el consumo privado se verá reforzado por fuertes entradas de las remesas de trabajadores del exterior. Las exportaciones de bienes, particularmente en el libre comercio de zona franca, también tendrá algo de dinamismo, ya que la demanda de los EE. UU. se recupera”, señala.

Riesgos para la economía

No obstante los especialistas indican que hay varios factores de riesgo y las perspectivas de mejora a corto plazo podrían cambiar. “En primer lugar, a pesar de la reciente estabilización de los casos de coronavirus, existe un riesgo sustancial de que se materialice una nueva ola de infecciones en los próximos meses y que frene las actividades de servicios. Un nuevo aumento de las infecciones podría tener un impacto duradero en la confianza del consumidor, dado que no se espera que la vacuna alcance a toda la población, sino hasta el 2022”.

“En segundo lugar, el crecimiento económico se verá paralizado por una deficiencia en el crédito al sector privado”, indica EIU.

Y un tercer elemento es el aumento de la inestabilidad política y el malestar social en torno a las elecciones de noviembre de 2021 “pesarán sobre la confianza de los consumidores y las empresas y aumentarán el riesgo de una corrida en el frágil sistema bancario de Nicaragua”.

La tasa promedio de crecimiento en el próximo quinquenio estimada por los analistas es de 1.7 por ciento, manteniéndose por debajo del nivel del 2017.

Insatisfacción con el FSLN

Pero además, la firma británica ha expuesto que pese a que todo apunta a que Ortega continuará en el poder, este goza de menos satisfacción, esto debido a varios factores, entre ellos el manejo de la pandemia.

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“Las encuestas de opinión apuntan a que existe una creciente insatisfacción con el FSLN— impulsado por la mala gestión del gobierno del brote de coronavirus (Covid-19), así como preocupación por el deterioro de la situación económica y la creciente inseguridad pública”, detalla.

Sin embargo, pese a eso, la oposición no están fuerte para frenar a Ortega, porque no han logrado unificar esfuerzos.

“Los esfuerzos de la Alianza Cívica para construir una coalición con Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), otra rama del movimiento de protesta posterior a abril de 2018 y otras los partidos políticos ha tropezado debido a divisiones internas. Pero además, incluso sí la oposición logra unirse y pasar a la boleta, es poco probable que se compita en elecciones libres y justas”, explica.

Los analistas consideran que la situación política es más complicada porque desde octubre del año pasado la Asamblea Nacional aprobó una serie de leyes diseñadas para sofocar la participación política.

“Más atrozmente, en diciembre, el FSLN aprobó una ley que prohíbe a cualquier persona que el régimen considere desleal o una amenaza para el país de convertirse en candidato a un cargo público. Esto podría ser una señal de que el régimen pretende imponer su voluntad durante los próximos años, convirtiendo las elecciones de 2021 en una réplica de 2016, cuando los sandinistas prohibieron todo oposición y prohibió la observación internacional de la votación”, advierten.

Los riesgos para Ortega

Pero EIU cree que si Estados Unidos aumenta la presión contra el régimen de Ortega, puede haber un vuelco en sus previsiones en cuanto a la permanencia en el poder.

“Existen riesgos sustanciales para nuestra previsión de que el FSLN se mantenga en el poder. Uno de La principal vulnerabilidad del régimen de Ortega es su exposición a las medidas punitivas de Estados Unidos, en caso de una escalada significativa de presión política o económica”, advierte.

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Estados Unidos ha aplicado sanciones a 27 altos funcionarios nicaragüenses, incluida la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo. Estados Unidos también ha utilizado su influencia a nivel multilateral instituciones para limitar los nuevos préstamos oficiales a Nicaragua. “Tales presiones podrían eventualmente debilitar posición de Ortega”

EIU considera que el gobierno de Ortega buscará reiniciar relaciones con Estados Unidos-Nicaragua bajo la administración dirigida por el presidente entrante, Joe Biden. “Sin embargo, seguimos escéptico de que las próximas negociaciones bilaterales produzcan ese resultado. Esfuerzos estadounidenses para promover la democratización en Nicaragua han disfrutado típicamente del apoyo bipartidista en los Estados Unidos, y es probable que esto continúe bajo la administración de Biden”, advirtió.

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