Pese a que el Gobierno aceleró en el 2020 la contratación de deuda externa, lo que ha generado suspicacias entre algunos críticos que temen que Daniel Ortega cometa el mismo error de su primer gobierno en los ochenta, que dejó al país altamente endeudado, el economista Néstor Avendaño asegura que los indicadores de sostenibilidad de deuda aún son saludables y por ahora no hay nada qué temer.
El Banco Central de Nicaragua informó que que hasta el 30 de noviembre el saldo de deuda externa pública ascendió a 6,619.8 millones de dólares, lo que representó un aumento de 44.7 millones de dólares con respecto al saldo del mes anterior.
Sin embargo, el incremento es más abultado si se compara con 2019. Desde entonces hay un aumento de 341.1 millones de dólares, porque al cierre de ese año el saldo ascendió a 6,278.7 millones de dólares, en parte debido a desembolsos de préstamos por 473.0 millones, principalmente de instituciones multilaterales 436.3 millones de dólares, pero el servicio de deuda ascendió a 196.2 millones de dólares.
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En una reciente comparecencia, el titular del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta dijo que el Gobierno consiguió el año pasado 966.6 millones de dólares, de los cuales 250 millones de dólares ya estaban en el país. Estos recursos proceden principalmente de organismos multilaterales y son para atender el daño de la pandemia y los huracanes Iota y Eta.
“Diría que no hay insostenibilidad, el rubro de cooperación internacional (excluyendo esta ayuda de emergencia que ha contratado Nicaragua ), no ha acelerado , incluso ha desacelerado”, observó Avendaño.
Según el economista si bien la proporción deuda externa como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) ha subido, esto se debe principalmente a la reducción de la economía.
A 12,520.9 millones de dólares ascendió en el 2019 el Producto Interno Bruto de Nicaragua, por debajo de los 13,063.9 millones de dólares en el 2018, según datos del BCN. En el 2017, previo a la crisis política, el PIB había cerrado en 13,786 millones de dólares.
“Entonces hay que saber leer bien ese porcentaje, ha superado el 50 por ciento del PIB la deuda, si lo vemos así a frías cualquier economista que no conozca la realidad del país dirá ya el Gobierno está endeudado en términos de producción, pero esa conclusión no se puede adoptar porque el PIB ha disminuido por las crisis que tiene el país, incluyendo la del Covid-19 y la del 2018”, enfatizó.
Desde hace dos años el flujo de la cooperación externa para Nicaragua se había paralizado a raíz de la aprobación de la Ley Nica Act, recordó Avendaño. “Aunque ha habido una mayor contratación con el BCIE, la contratación es distinta al desembolso”, explicó.
Avendaño considera que los organismos multilaterales han desembolsado dinero en estos momentos de pandemia y no han insistido mucho en lo insostenible que podrían tornarse los créditos, precisamente por el contexto adverso de la economía, no solo local sino mundial.
“El PIB, el que tiene que recuperarse y por supuesto el Gobierno se ha alejado involuntariamente del 50 por ciento hacia arriba. También tomando en cuenta los efectos del Covid-19, que es una pandemia mundial , todo eso lo entienden muy bien los organismos multilaterales y es por ello que no han insistido mucho en la insostenibilidad de la deuda, porque todos los países están en esa situación”, precisó.
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Multilaterales son el soporte del Gobierno
Según cifras del Banco Central, del saldo total de la deuda externa pública, el 71.3 por ciento corresponden a deuda con acreedores multilaterales (4,721.4 millones millones de dólares), 27.9 por ciento con acreedores bilaterales (1,847.1 millones de dólares) y el 0.8 por ciento con acreedores privados 51.3 millones de dólares.
Solo en noviembre, según el reporte oficial, el Gobierno abonó 24.3 millones de dólares, de los cuales 10.2 millones fueron en intereses y el resto en pago de principal. Por tanto el acumulado, en el servicio pagado fue de 298.2 millones de dólares, correspondiendo 270.3 millones a pagos de obligaciones con acreedores multilaterales, de los cuales 159.4 millones se pagaron al Banco Centroamericano de Integración Económica y 72.1 millones al Banco Interamericano de Desarrollo.
Aunque el Banco Central de Nicaragua aún no actualiza el reporte de deuda externa pública hasta el cierre del 2020, los números indican que hasta septiembre los préstamos ya contratados gozaban de un plazo promedio ponderado de aproximadamente 24 años, incluyendo 12 años de gracia y tasa de interés promedio de 2.46 por ciento. Los desembolsos permitieron financiar la ejecución de proyectos del programa de inversión pública, siendo el 65.6 por ciento a proyecto de construcción.