El gobierno de Daniel Ortega terminó el año pasado con un récord en los desembolsos de préstamos líquidos y atados a proyectos por parte de organismos financieros multilaterales, lo que habría impulsado que las Reservas Internacionales Brutas sobrepasaran por primera vez los 3,000 millones de dólares.
Al 31 de diciembre, en las arcas del Banco Central de Nicaragua habían 764 millones de dólares, de los cuales 355 millones de dólares se recibieron solo en el último mes de ese año, que se cree incluiría recursos del Fondo Monetario Internacional y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), entre otros. También hubo desembolso de donaciones en el contexto de huracanes Iota y Eta. Sin embargo, el BCN no desglosa el origen de esos fondos en sus reportes mensuales.
Esto es lo que habría permitido al Gobierno mejorar la posición de sus depósitos en el Banco Central, luego del duro revés que sufrió en noviembre, cuando sacó unos 2,200 millones de córdobas, lo que hizo caer drásticamente sus reservas en el máximo emisor bancario, llevándolo a niveles de diciembre del 2019.
Pero luego de los desembolsos en diciembre, el panorama financiero del Gobierno dio un vuelco, tanto así que sus depósitos pasaron de 14,328 millones de córdobas hasta noviembre del 2020 a un total de 22,473 millones de córdobas al finalizar el año pasado, superando con exceso los niveles precrisis 2018, según cifras del Banco Central de Nicaragua.
“El nivel de desembolso hasta el momento es extraordinario, porque mientras en 2018 los niveles de desembolso de recursos externos líquidos atados a las cuentas del BCN eran de 303.2 millones de dólares, en 2019 alcanzaron los 401, ya en 2020 son 764 millones, esto ya es récord, y se debe sobre todo al desembolso recibido en diciembre de 2020”, explicó un economista, que pidió no ser citado para no exponerse a represalia.
Añadió que la capacidad que exista en el país para ejecutar los proyectos para los cuales se contrataron los préstamos, marcará el inicio de más desembolsos. Es decir que a Ortega le continuará llegando más dinero desde el exterior a medida que muestre capacidad para ir ejecutando los proyectos.
Solo en donaciones en el 2020 el Gobierno recibió 54.9 millones de dólares y en préstamos 709.1 millones de dólares, todos estos atados a proyectos y de libre disponibilidad, según cifras del Banco Central. El promedio de la década es de entre 300 y 400 millones.
En un recuento realizado por LA PRENSA se determinó que hasta diciembre el gobierno de Daniel Ortega había conseguido, principalmente en el último tramo del 2020, más de 1,000 millones de dólares que se sumarían a los fondos ya contratados previamente y listos para ejecutarse en el 2021. Todo eso sumaba alrededor de 1,366 millones de dólares para hacerle frente al gasto por Covid-19 y recuperación de la actividad económica, así como por la reconstrucción de los huracanes Iota y Eta.
Adicionalmente a esos fondos el titular del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, estimó que para este 2021 iban a buscar otros 200 millones de dólares, lo que vendría a revitalizar las finanzas del Gobierno, tras dos años de serias dificultades generadas por la Nica Act, que aprobó Estados Unidos para castigar el acceso del régimen a las multilaterales por la represión violenta de abril del 2018 que le costó la vida a más de 328 nicaragüenses.
El mismo asesor para Asuntos Económicos de la Presidencia, Bayardo Arce, se quejó de la Nica Act y las dificultades que había impuesto al Gobierno en los últimos años.
La Nica Act busca presionar a Ortega para que retorne a Nicaragua a la democracia a través de elecciones libres, justas y transparentes, esta ley seguirá vigente, pese a los desembolsos extraordinarios registrados en el 2020.
BCIE fuera del radar de la Nica Act
Pero además, el economista aclara otro punto: el BCIE está fuera de los radares de la Nica Act, lo que ha permitido un significativo flujo de dinero hacia Ortega, aunque a un costo mayor que los recursos que suelen dar organismos como el BID y el Banco Mundial.
Además esta ley estadounidense, añade, permite desembolsos con fines humanitarios y gran parte de las contrataciones de préstamos que ganó Nicaragua son para atender la pandemia del coronavirus, de ahí la holgura que goza el régimen.
El Gobierno tenía contrataciones de préstamos previamente de la Nica Act y esos sumarían entre 400 y 500 millones de dólares por año, pero en los últimos meses las contrataciones que se hicieron fueron tan elevadas que ya llegan al estimado que se habían proyectado ante los organismos multilaterales, explicó el economista.
Y es que dado que no solo Estados Unidos tiene votos en el directorio de instituciones como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es que Ortega corrió con la suerte de acceder a millones de dólares los que por ahora no se han consumado, pero se puede decir que de parte del FMI se logró un préstamos por 185 millones de dólares y 20 millones de dólares para atender el impacto de la pandemia, salieron de las arcas del BM. No obstante, este último será canalizado a través de una organización de Naciones Unidas y además estará estrictamente supervisado, un esquema parcial que también se aplicará a una parte del préstamo del Fondo.
“Como Nicaragua esté en una situación tan difícil es posible que los países distintos a Estados Unidos votaran para que se concedieran préstamos a este país, a como también puede ser que Estados Unidos se flexibilizó por la pandemia, pero la Nica Act podría afectar los nuevos préstamos, no así los que ya están” amarrados, aclaró el economista.
El economista explica que será hasta el próximo anuario estadístico que publique el Banco Central correspondiente a 2020 cuando se sabrá con certeza qué organismo financiero internacional ya entregó los fondos frescos acordados por el Gobierno en ese año.
Impacto en las reservas internacionales
Pero más allá de eso, lo cierto es que esa oxigenación financiera del Gobierno se ve reflejada en la situación de las Reservas Internacionales Brutas (RIB), así como las Reservas Netas Ajustadas (RINA). Las RIB se ubicaron en diciembre en 3,211.9 millones de dólares, superando con creces los niveles vistos en abril del 2018, es decir antes de la explosión social.
Las RIB hasta abril del 2018 se ubicaban en 2,970.2 millones de dólares y llegaron a caer a un mínimo de 2,125 millones de dólares. Además las RINA también cerraron en 1,886.7 millones de dólares, cuando en abril del 2018 estaban en 1,938.4 millones de dólares, es decir que el Gobierno está cerca de revertir la tendencia negativa que este indicador exhibió en casi todo el 2018 y parte del 2019.
Para el economista y catedrático universitario, Luis Murillo, es lógico que ingresen recursos al país dada la situación crítica humanitaria que se atraviesa, pero le preocupa el nivel de endeudamiento externo que se va generando.
“A pesar de que la deuda externa no supera los 7,000 millones de dólares y va en crecimiento —tomando en cuenta que tenemos un país con tres años casi de recesión y con poca capacidad de pago— es decir la preocupación mía es de que está creciendo en intensidad el endeudamiento económico de Nicaragua”, aseveró el especialista.